Un importante clérigo iraní inesperadamente elevó la temperatura ayer, en la crisis sobre la detención del personal de la embajada británica, al anunciar que dos empleados que todavía están detenidos serían juzgados por incitar a la violencia post-elecciones contra el régimen islámico. La amenaza provocó una protesta coordinada de la Unión Europea (UE) contra Irán y una advertencia de que todos los estados miembros de la UE pueden llamar a sus embajadores como represalia.

El ayatolá Ahmad Jannati aprovechó las oraciones del viernes para decirles a los fieles que los individuos en cuestión habían “confesado”. Discutiendo la intranquilidad después de las elecciones presidenciales del 12 de junio, añadió: “En esos eventos, la embajada tuvo una presencia. Algunos fueron arrestados. Naturalmente serán juzgados”. Gran Bretaña, continuó, había “diseñado” una revolución al estilo Praga del ’68. “Después de la elección, el enemigo no soportó la alegría de la gente. El enemigo trató de envenenar a la gente. Habían planeado una revolución ‘disfrazada’ antes de la elección.” Citó advertencias hachas por el Foreign Office británico desde marzo de que probablemente habría “disturbios callejeros” alrededor de la elección como evidencia de que estaba comprometido en promoverlos.

El gobierno británico estaba aún descifrando los hechos mientras la declaración sorpresiva contradecía las señales conciliatorias que se filtraron fuera de Irán anteriormente en la semana. Estas señales habían alimentado la esperanza de que por lo menos uno de los dos miembros del personal sería liberado hoy. David Miliband, cabeza del Foreign Office, dijo que estaba “profundamente preocupado” y estaba buscando una urgente aclaración de Irán.

El embajador iraní en el Reino Unido fue llamado para explicar cuáles eran los cargos contra el personal. Gran Bretaña repetidamente negó las afirmaciones del gobierno iraní de que había jugado un rol activo en fomentar las mayores protestas vistas en el país desde la Revolución Islámica de 1979. “Estamos seguros de que nuestro personal no se ha comprometido en ninguna conducta impropia o ilegal”, dijo el canciller Miliband.

El ayatolá Jannati no tiene un rol en los ministerios de Interior o Exterior, de manera que teóricamente no tiene influencia sobre ninguna decisión para levantar cargos. Algunos analistas dijeron que sus comentarios pueden haber sido un ejemplo del habitual sermón de los viernes para conformar a la multitud, a lo que son afectos las figuras lideres del régimen iraní.

Jannati es el presidente del Consejo de los Guardianes, el poderoso cuerpo de 12 clérigos que vetan la legislación aprobada por el Parlamento iraní, y es muy cercano al líder supremo ayatolá Ali Jamenei. El lunes, el Consejo de los Guardianes dio su aprobación a la aplastante victoria proclamada por el presidente Mahmud Ahmadinejad.

Si se confirma la amenaza de un juicio, marcaría una peligrosa escalada en la actual disputa. “Estamos extremadamente preocupados de que esto tome la dirección equivocada”, dijo un funcionario británico. También podría desatar una disputa bilateral con Gran Bretaña –que es considerada en Irán sospechosa por lo que Teherán considera su entrometimiento poscolonial en Medio Oriente—, a una crisis diplomática a gran escala entre Irán y la Unión Europea.

Bajo presión de Gran Bretaña, los otros 25 gobiernos de la UE acordaron llamar a los embajadores iraníes en sus capitales en una protesta coordinada por la conducta de Teherán. También advirtieron a Teherán ayer de que la emisión de visas para los funcionarios iraníes sería restringida mientras estén encarcelados el personal de la embajada. Frank Belfrage, secretario de Estado para la cancillería de Suecia, que tiene la rotativa presidencia de la UE, le dijo al embajador iraní: “Exigimos que Irán libere inmediatamente al personal detenido. Si esto no ocurre, la UE accionará”.

Alemania e Italia todavía se oponen a las propuestas de Gran Bretaña al llamado colectivo de todos los embajadores de la UE, pero la escalada de ayer al enfrentamiento inevitablemente llevó a esto. La reacción a la crisis iraní dominará también la cumbre del G-8 la semana que viene, en Italia.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.