EL MUNDO › MORALES CONFíA EN SU VICTORIA, PERO TEME QUE NO ESTé LISTO EL PADRóN
La derecha boliviana recurre a alianzas entre partidos para sumar puntos y fantasea con un candidato único que le dé pelea a Evo. Pero algunas formaciones terminaron de quebrarse, como Poder Democrático Social (Podemos) y Unidad Nacional (UN).
› Por Sebastián Ochoa
Desde Santa Cruz
Se acercan las elecciones y empiezan a proliferar partidos como si estuvieran en temporada. Hay varios candidatos a presidente, pero ninguno podría eclipsar a Evo Morales, que tendría un 47 por ciento de intención de voto. Según la misma encuesta, el segundo sólo obtendría el 9 por ciento de los votos. La oposición, desconsolada, recurre a alianzas entre partidos que permitan asegurar algunos puntos porcentuales más. Pero en vez de juntarse, algunos terminan de quebrarse, como el derechista Poder Democrático Social (Podemos) y la centroderechista Unidad Nacional (UN). En el gobierno de Morales sólo hay un temor: llegar al 6 de diciembre sin que esté listo el padrón biométrico, condición de los opositores para someterse a las urnas.
La semana pasada, el Ejecutivo envió a Diputados un proyecto de ley para modificar la Ley Electoral Transitoria, acordada entre los congresistas en abril, con el ingrediente de miles de huelguistas de hambre, incluido el presidente. La Cámara baja, donde el Movimiento Al Socialismo (MAS) tiene mayoría, aprobó el texto para que las próximas elecciones pudieran hacerse con el padrón antiguo, cuestionado por la oposición. Pero Senadores, dominada por Podemos y presidida por Oscar Ortiz, rechazó el proyecto y lo consideró “una burla”.
El gobierno acaba de firmar contrato con NEC Argentina, que venderá los equipos para armar el padrón biométrico. Aunque los tiempos aprietan, la Corte Nacional Electoral (CNE) confía en cumplirlos. “Si no hay reempadronamiento, no hay elecciones en diciembre”, dijo a Página/12 el quechua Alejo Véliz, uno de los candidatos en danza. De participación destacada en la Guerra del Agua, en 2001, Véliz pasó a apoyar al ex militar Manfred Reyes Villa, múltiple candidato a presidente y prefecto de Cochabamba hasta agosto de 2008, cuando lo revocaron.
Ortiz era el más presidenciable de Podemos, todavía más que Jorge “Tuto” Quiroga, creador de esa agrupación ciudadana y presidente de Bolivia en 2001-2002, cuando Hugo Banzer (de quien Quiroga era el vicepresidente), abdicó su única presidencia democrática para morir, ya octogenario. Según la encuesta de Ipsos, el delfín de Banzer sólo obtendría el cinco por ciento de los votos. Ortiz todavía no mide.
El presidente del Senado dejó Podemos y fundó Consenso Popular, integrada por once legisladores cruceños que reniegan del acuerdo congresal de 2008, cuando la oposición aceptó ir a referéndum por la nueva Constitución. La presentación del partido, su bandera y su canción, se hizo en el hotel cinco estrellas Camino Real, de la ciudad de Santa Cruz. En el Congreso, el MAS y Podemos dicen que los legisladores consensistas tienen una semana para presentar sus renuncias, ya que habrían cometido un delito al cambiarse de partido.
Ortiz sostuvo que la nueva agrupación ciudadana cree “en la necesidad de modernizar la sociedad y la economía. Nos basamos en los postulados del humanismo cristiano”. El senador aún no oficializó su candidatura como presidente. Para ello esperarán dos o tres semanas, previa consulta con posibles partidos aliados, Podemos, entre otros. En la misma sintonía está el resto de los partidos opositores, conscientes de que un frente amplio es la única forma de sumar puntos ante un Morales que, al parecer, cumplirá su deseo de controlar las dos terceras partes del Congreso.
Otro que aún no se atrevió a oficializar su candidatura es Víctor Hugo Cárdenas Conde, ex vicepresidente de Gonzalo Sánchez de Lozada entre 1993 y 1997. Es aymara y militante del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). En marzo pasado, un grupo de indígenas aliados a Morales tomaron y quemaron una de sus casas, cercana al lago Titicaca, por sus vínculos con el ex presidente acusado de genocidio y por sus críticas al MAS. El presidente se refiere a él como “señor Choquehuanca Condori”, que serían sus verdaderos apellidos –según Morales–, pero le darían vergüenza por ser indígenas.
Como de costumbre, el ex prefecto Reyes Villa se presentará para presidente. Aunque tendría el cinco por ciento de intención de voto, ya estableció varias alianzas, una de ellas con José Luis Paredes, prefecto de La Paz revocado también en agosto de 2008.
Con el seis por ciento estaría el líder de UN, el empresario cementero Samuel Doria Medina. UN perdió a dos de sus legisladores, Alejandro Colanzi y Peter Maldonado, que crearon Bolivia Para Todos.
Román Loayza, fundador del MAS y ex constituyente, dejó a Morales para candidatearse por su lado. Pero aún no tiene seguidores ni aliados.
El quechua René Joaquino, alcalde de Potosí y ex aliado de Morales, se postulará para presidente por Alianza Social. También confía en armar un frente ante Morales y tuvo escarceos con el Consejo Nacional Democrático (Conalde) que no llegaron a nada.
El Conalde, que agrupa a prefecturas, municipios, comités cívicos, empresarios y políticos, hizo tambalear al gobierno socialista en el llamado intento de golpe cívico-prefectural de septiembre de 2008. Pero la matanza de campesinos en Pando, la movilización de la población en su contra y, últimamente, la desarticulación de la banda separatista de Eduardo Rózsa Flores, vinculado con varios paladines demócratas del oriente, la hicieron caer en un descrédito del que todavía no logró recuperarse. De hecho, el Conalde aún no ungió a ningún candidato propio ni ajeno. El gobernador cruceño (no le gusta que le digan “prefecto”) Rubén Costas, dijo ayer que podría apoyar la candidatura de Ortiz, pero en estos días nadie se anima a comprometerse.
La derecha fantasea con armar un gran frente con un solo candidato, preferentemente indígena. Pero todavía priman los cálculos y los intereses de cada grupo opositor. Como nunca, en Bolivia se presentan candidatos indígenas y campesinos, sean de derecha o de centro. “Son tiempos de abarcas, no tanto de corbatas”, dijo el quechua Véliz. Según este candidato, “hay que reconducir el proceso de cambio. Va a caminar, pero con otro chofer. El de ahora (Morales) está aplomado, enfermo. Sólo incitó al racismo con la idealización del pasado de los incas, con la aplicación de un socialismo dogmático ya muerto naturalmente”. Hace días, Véliz firmó una alianza con los indígenas agrupados en el Comité Pro Santa Cruz.
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