Sáb 25.07.2009

EL MUNDO  › EL PRESIDENTE CRITICó LA DETENCIóN DE UN PRESTIGIOSO PROFESOR AFROAMERICANO

Ser negro en tierra de Obama

Ayer un grupo multirracial de policías de Cambridge, donde fue arrestado el profesor, pidió que el presidente Obama y el gobernador de Massachusetts se disculpen por criticar a la policía, pero Obama no se retractó.

› Por Rupert Cornwell *

Desde Washington

La controversia sobre el arresto del profesor negro de Harvard Henry Louis Gates tomó un giro dramático ayer, cuando un grupo multirracial de oficiales de la policía de Cambridge, donde fue arrestado Gates, pidió que el presidente Obama y el gobernador del estado de Massachusetts se disculpen por criticar a la policía involucrada en el arresto. Obama intervino en el asunto el miércoles, cuando dijo que el sargento James Crowley “actuó estúpidamente” durante el arresto en la casa del profesor.

El asunto comenzó cuando Gates regresó de un viaje académico a China la semana pasada y no pudo entrar en su casa. Con su chofer, forzó la puerta y llamó a la empresa que se encarga del mantenimiento de la casa para quejarse. Lamentablemente, alguien había visto a “dos hombres negros con mochilas en el porche” aparentemente tratando de robar y llamó a la policía.

Sobre lo que sucedió después, los relatos difieren. Gates mantiene que le mostró al oficial que llegó su licencia de conductor y su documento de identidad de Harvard University. La policía, sin embargo, dice que se enojó y comenzó a gritar y a hacer acusaciones de racismo, diciendo en un momento: “Ustedes no saben con quién se meten”. Ante lo cual fue arrestado por conducta impropia y llevado a la comisaría de Cambridge.

Y de verdad, la policía no sabía con quién se estaba metiendo. Gates, de 58 años, es un destacado erudito en asuntos afroamericanos contemporáneos, un profesor titular de Harvard, autor de diez libros y de dos series para televisión sobre Estados Unidos negro, y que en 1997 fue nombrado por la revista Time uno de los 25 estadounidenses más influyentes. Además, es un buen amigo del negro más celebrado en el mundo, el 44º presidente de Estados Unidos.

Fue así que este punto de molestia local surgió en la conferencia de prensa del miércoles en la Casa Blanca, dirigida al sistema de salud, sobre el cual Barack Obama se manejó con asombrosa habilidad. Luego, cuando todo se estaba terminando (la conferencia duró casi una hora), alguien le preguntó abruptamente qué pensaba del arresto de Gates.

Inicialmente el presidente volvió la pregunta hacia sí mismo, con un chiste –lo que podría suceder si lo vieran tratando de abrir su propia puerta si estuviera trabada. “Supongo que ésta (la Casa Blanca) es mi casa ahora, de manera que no sucedería. Aquí me dispararían”–. Quizás Obama estaba esperando que le preguntaran por el incidente, quizá no. Pero que lo había seguido de cerca fue evidente en la conferencia, mientras contaba rápidamente lo hecho desde el jueves anterior. “La policía hizo lo que debía. Hay un llamado y ellos van a investigar. ¿Qué sucede? Entiendo que el profesor Gates les muestra su credencial para probar que ésa es su casa y en ese momento es arrestado por conducta impropia.”

Eso sólo habría sido un comentario bastante inusual viniendo de un presidente de Estados Unidos sobre lo que todavía puede convertirse en un juicio –sobre un incidente del cual, según su propia admisión, no había visto todo–. Pero Obama no había terminado. No sabía si la raza había sido un factor, pero tres cosas quedaban claras. Primero, “cualquiera de nosotros estaría bastante enojado” en tales circunstancias. Segundo, la policía de Cambridge actuó “estúpidamente” al arrestar a alguien cuando ya existía la prueba de que estaba en su propia casa. Y en tercer lugar, declaró el presidente, “aparte de este incidente, hay una larga historia en este país de afroamericanos y latinos detenidos por la policía desproporcionadamente. Es un hecho”. Más tarde, la Casa Blanca emitió una aclaración, enfatizando que el presidente “no había llamado estúpido al oficial”. Pero el impacto de sus palabras fue claro.

Sobre el último punto de lo dicho por el presidente, no puede haber discusión. Oficialmente, perfilar racialmente no debería suceder en Estados Unidos. Formal o informalmente, sucede todo el tiempo. Obama mismo podría haber sufrido un incidente semejante, como profesor de derecho, como legislador del estado de Illinois o aun como senador de Estados Unidos cuando vivía en los barrios de Kenwood y Hyde Park, en el lado sur de Chicago, habitado mayoritariamente por negros.

Ayer, Dennis O’Connor, presidente de la Asociación de Oficiales Superiores de la Policía de Cambridge, dijo que los comentarios del presidente Obama fueron “mal empleados” y que la policía de Cambridge “lamenta profundamente la implicación” de que la raza fuera el factor desencadenante del arresto. Sin embargo, en la comunidad negra el asunto es visto abrumadoramente como prueba de que el perfil racial –la práctica por la cual la raza es en sí sospechosa de conducta ilegal– está vivo y bien en Estados Unidos a pesar de las protestas oficiales en contra.

Obama declinó retirar su comentario de “estúpido”, diciendo más tarde que era “un comentario bastante directo de que probablemente no era necesario esposar a un tipo, un hombre de mediana edad que usa un bastón, que está en su propia casa”. Aun así, algunos prominentes afronorteamericanos no estuvieron de acuerdo con el enfoque del primer presidente negro del país. Declarando que está “shockeado” por los comentarios de Obama, el comediante Bill Crosby dijo que “si yo fuera el presidente de Estados Unidos, no me importaría cuánta presión la gente quiere poner sobre la raza. Mantendría mi boca cerrada”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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