Vie 07.08.2009

EL MUNDO  › CARTA AMBIGUA DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO SOBRE HONDURAS

“Zelaya ayudó a la polarización”

Las medias respuestas del gobierno de EE.UU. y los cotidianos anuncios de la OEA de una misión que nunca termina de formarse frustraron las ilusiones de los zelayistas, que creían que ya era tiempo para una condena contundente de la Casa Blanca.

La misma semana que el presidente hondureño Manuel Zelaya le pidió más contundencia a la Casa Blanca contra los golpistas, el Departamento de Estado dio una nueva señal de ambigüedad. Ayer, el vocero de la cartera, Robert Wood, se exasperó en una conferencia de prensa, intentando explicar la carta de un funcionario que se filtró a la prensa anteanoche y que aclaraba que Washington apoyaba a la democracia hondureña, no a Zelaya.

La carta, que los medios hondureños adeptos al golpe reivindicaron como el “giro” de Barack Obama contra Zelaya, había sido escrita por un funcionario de menor nivel, el secretario adjunto para asuntos legales Rochard Verma, como respuesta a un pedido del senador republicano Richard Lugar. El legislador de Indiana, especialista en temas militares, le había reclamado a la cartera de Hillary Clinton que explicara su posición concreta frente a la situación hondureña. La respuesta fue una de las declaraciones más débiles de Wa-shington desde que condenó el derrocamiento de Zelaya.

“Nuestra política y estrategia de compromiso no está basada en el apoyo a algún político o individuo en particular. Más que eso está basada en la búsqueda de una solución que sirva de la mejor manera al pueblo de Honduras y a sus aspiraciones democráticas”, explicaba la carta, fechada el martes pasado. “También reconocemos –continuó– que la insistencia del presidente Zelaya en tomar acciones provocadoras contribuyó a la polarización de la sociedad hondureña y condujo a una confrontación que desató los eventos que llevaron a su destitución.”

Ayer, Wood intentó explicar que Estados Unidos no había cambiado de postura con respecto al golpe. “No estamos ablandando nuestra posición con respecto a Zelaya (...) Nosotros hablamos de un golpe, pero explicamos que legalmente no podemos decir que fue un golpe militar. Eso sigue bajo revisión”, aseguró.

Las medias respuestas del gobierno norteamericano y los cotidianos anuncios de la OEA de una misión de negociación que nunca termina de formarse frustraron las ilusiones de los zelayistas, que creían que ya era tiempo para una condena clara y contundente de la Casa Blanca.

Sin embargo, la resistencia continúa pese a la dosis diaria de bastones, bombas lacrimógenas y las balas del régimen de facto, que ya dejaron ocho muertos, más de un centenar de heridos y miles de detenidos. “Obama, Obama, el pueblo de Honduras te reclama. No queremos paja”, gritaron más de dos mil personas ayer frente a la embajada norteamericana en Tegucigalpa.

Esta semana, Zelaya había conseguido el apoyo de México para aumentar la presión contra los militares hondureños y el gobierno de facto y, todo indica, se llevará una promesa similar de Luiz Iná-cio Lula da Silva la semana próxima cuando visite Brasil. El miércoles, el canciller de Lula, Celso Amorim, se reunió con el asesor de seguridad de Obama, el general Jim Jones y, según el diario Folha de S. Paulo, le habría propuesto congelar las cuentas bancarias del presidente de facto hondureño, Roberto Micheletti.

La mayoría de los países latinoamericanos se han pronunciado a favor de apretar un poco más las tuercas contra los golpistas. Lo hizo el Mercosur, lo hicieron Bolivia, Ecuador, Chile, México, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Pero Estados Unidos lo sigue analizando, según dejó bien claro ayer el vocero del Departamento de Estado.

Washington suspendió 16,5 millones de dólares en concepto de cooperación militar y canceló cuatro visas diplomáticas a funcionarios del gobierno de facto, entre ellos el juez que ordenó la detención de Zelaya si vuelve al país y el presidente del Congreso hondureño, que reemplazó a Micheletti cuando éste fue nombrado presidente de facto. Esta semana, los medios del país centroamericano empezaron a correr el rumor de que otros ocho funcionarios habrían perdido el privilegio de viajar a Estados Unidos. Ni el gobierno de facto ni el Departamento de Estado confirmaron la versión.

Por estos días, en Washington, todo lo vinculado con Honduras está cruzado por rumores, versiones, desmentidas y aclaraciones. Una fuente de la embajada hondureña que participa de las negociaciones en la capital norteamericana le dijo a este diario que la carta al senador republicano respondía más a una lucha interna que a la puja con los golpistas. “El gobierno de Obama está intentando conseguir el apoyo de los republicanos para confirmar la designación de Arturo Valenzuela como subsecretario para América latina y permitir que (Tom) Shannon parta a Brasil como embajador”, explicó la fuente. Hoy será la última sesión del Senado antes de entrar en el receso de verano y la última posibilidad de Obama de conseguir la aprobación de su hombre para Latinoamérica antes del próximo año legislativo, en septiembre.

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