Sáb 05.09.2009

EL MUNDO  › MANIFESTACIONES A FAVOR Y EN CONTRA DEL LíDER BOLIVARIANO EN TODO EL MUNDO

Un día dedicado a hablar de Chávez

Miles marcharon ayer en repudio a Chávez en Madrid, Barcelona, París, Sydney, Bruselas, Hamburgo, Buenos Aires, San Pablo, Santiago, Tegucigalpa y ciudades de Venezuela y Colombia. Pero en Caracas y Buenos Aires hubo marchas a favor.

Hugo Chávez despierta pasiones más allá de las fronteras venezolanas. En un movimiento transnacional inédito contra un mandatario en funciones, cientos de personas marcharon ayer en repudio a Chávez en las calles de Madrid, Barcelona, París, Sydney, Bruselas y Hamburgo, y otros miles en las principales ciudades de Venezuela, Colombia, Estados Unidos, en Buenos Aires, San Pablo, Santiago y la capital hondureña. Los organizadores, un grupo de jóvenes empresarios colombianos, habían pronosticado mareas humanas en las principales ciudades del mundo, pero la convocatoria consiguió apenas pequeñas multitudes. De todas formas, los seguidores del presidente venezolano quisieron recordarle al mundo que Chávez no está solo y salieron a mostrar su fuerza en Venezuela. En Buenos Aires, organizaciones sociales y partidos de izquierda se solidarizaron con el gobierno venezolano en el Hotel Bauen.

Las noticias de las marchas y contramarchas cruzaron el globo y resonaron en el agitado Medio Oriente. “Por ahí veo que están convocando una marcha mundial contra Chávez. Yo digo: ¡Qué cosa tan estúpida!”, se burló el presidente venezolano durante su visita en Siria, uno de sus aliados internacionales. Los gritos de los manifestantes apenas si afectaron al mandatario, quien en cambio se enfrentó a un estadio de fútbol lleno de sirios que lo recibieron como un héroe en Suiada, una provincia del sur del país. Al terminar su visita, y antes de partir hacia Irán, Chávez aprovechó su buen humor para denostar por última vez la convocatoria mundial en su contra. “Vayan y marchen contra Chávez, porque no es contra Chávez, es contra los pueblos”, advirtió.

La movida, bautizada “No más Chávez”, había nacido el 23 de agosto pasado. Según relató Juan David Lacoutore, uno de los organizadores, él y tres amigos decidieron unir fuerzas después de escuchar la emisión de Aló Presidente de ese día, en la que Chávez acusó a los colombianos de estar traicionando el sueño de Simón Bolívar de crear una América latina unida. Irritados por el comentario, convocaron desde Facebook, Twitter y su página de Internet (www.nomas chavez.org) a una marcha mundial para repudiar la “injerencia” del mandatario venezolano en los asuntos colombianos y de sus vecinos.

“Estamos cansados de que el presidente Hugo Chávez nos insulte, insulte a Latinoamérica y al mundo, y nos trate de imponer a punta de mentiras, de miedo y de la mala educación su revolución anacrónica y delirante”, escribieron en su página web, y miles de personas utilizaron las mismas palabras ayer. “Paren el intervencionismo de Chávez en América latina” y “Chávez, terrorista internacional” fueron las principales consignas coreadas por el centenar de personas que se concentró en los jardines de la sede de Naciones Unidas en Manhattan. Un poco más al sur, en Miami, dos mil miembros de la comunidad hispana marcharon bajo la lluvia, liderados por los empresarios y dirigentes sindicales que se exiliaron después del fallido golpe de Estado contra Chávez en 2002.

En Honduras, el dictador Roberto Micheletti aprovechó la movida internacional para erigirse como la vanguardia del antichavismo. “Aquí sí se pudo, detuvimos a Chávez”, gritaron miles de golpistas. “En Honduras no tenemos petróleo, no tenemos dólares, pero tenemos dignidad”, celebró el presidente de facto. A unas cuadras de allí, una marcha, el doble de grande, reclamaba la vuelta de Manuel Zelaya y se solidarizaba con el gobierno venezolano, uno de los más férreos aliados del mandatario derrocado y un socio del ALBA.

Pero como era de esperar, el epicentro del enfrentamiento entre los chavistas y los antichavistas estuvo en Caracas. Los sectores que apoyan al gobierno se embanderaron detrás del rechazo al acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos. Desde la mañana, miles de hombres y mujeres en remeras rojas se reunieron en la Plaza Bolívar, rodeados de carteles que leían: “En pie de paz”.

Uno tras otro, los oradores repudiaron la “política belicista” de su vecino, el gobierno colombiano, y su enemigo número uno, el norteamericano. Del otro lado de la frontera, los manifestantes antichavistas colombianos, la mayoría de clase media urbana, devolvían la calificación de belicista y acusaban al mandatario venezolano de apoyar a las FARC, la principal guerrilla colombiana.

Para la analista de Relaciones Internacionales de la Universidad de los Andes, Arlene Tickner, las manifestaciones, de uno y otro lado, no hicieron más que aumentar la tensión entre los dos países. “Es muy preocupante que estas marchas hayan nacido en Colombia. Están tratando de construir un nuevo enemigo a la patria colombiana. Ahora no son las FARC, sino Chávez”, advirtió la analista colombiana.

El comentario no es azaroso. Los mismos que organizaron las marchas de ayer convocaron la marcha global contra las FARC el año pasado. Sin embargo, esa vez tuvieron más éxito y millones de personas respondieron a su llamado, marchando por las principales capitales europeas y en la mayoría de las del continente americano.

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