Desde Jerusalén

Israel les dio ayer un nuevo revés a los esfuerzos de Barack Obama por revivir el moribundo proceso de paz con los planes para la aprobación de cientos de nuevas unidades de vivienda para los colonos judíos en Cisjordania ocupada. Los asesores del primer ministro Benjamin Netanyahu dijeron que él quiere que proceda la aprobación para la nueva construcción antes de acordar cualquier congelamiento sobre los asentamientos. Un congelamiento completo es la precondición palestina para la reanudación de las negociaciones de paz.

La Casa Blanca dijo que “lamentaba” la decisión, que se cree que refleja la creencia de Netanyahu de expandir las fronteras a expensas de un viable Estado palestino, así como un deseo de apaciguar a los políticos pro asentamientos de ultraderecha, dentro del partido Likud, que se hacen oír cada vez más. También podría provenir de una creencia de que a la administración Obama le falta la voluntad o el deseo de obligarlo a cumplir con el congelamiento total de asentamientos, exigido por la Hoja de Ruta o programa de paz.

La noticia de las planeadas aprobaciones llegó días después de las conversaciones sobre el congelamiento entre el enviado a Medio Oriente de Obama, George Mitchell, y los funcionarios israelíes. Los estadounidenses esperan que el acuerdo sobre el congelamiento puede alcanzarse más tarde, en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, este mes.

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, dijo que la nueva construcción era inaceptable, añadiendo: “Queremos congelar la construcción de todos los asentamientos”. Mientras Washington también apoyó la demanda de que Israel debe detener la construcción, la administración Obama, para consternación de los palestinos, se dejó arrastrar a meses de negociaciones con los israelíes sobre los detalles.

Un asesor de Netanyahu dijo que, después de que se apruebe la nueva construcción, Netanyahu estaría preparado para considerar un congelamiento que dure unos pocos meses. Israel también está buscando excluir de la moratoria a 2500 unidades que se están construyendo en Cisjordania, y continuar construyendo en el área de Jerusalén Oriental que ocupó en 1967.

Todas las construcciones contravienen la prohibición de la Cuarta Convención de Ginebra para que una potencia ocupantes establezca a sus connacionales en territorio ocupado.

Ophir Pines-Paz, un miembro laborista del Knesset, dijo que la decisión anulaba el congelamiento. “Estos son dos actos que se neutralizan entre sí.” Netanyahu quiere quedarse con el pan y con la torta”, dijo. Pero Yuli Edelstein, un ministro y una línea dura del Likud que vive en Cisjordania, expresó ayer su satisfacción por el anuncio de las nuevas unidades, elogiando la posición de Netanyahu contra Washington. “Está demostrando que es posible ponerles fin a los regalos”, dijo.

La científica política Galia Golan dijo que la movida de Netanyahu era un desafío para la credibilidad de Estados Unidos en Medio Oriente y un “serio golpe” para recomenzar las conversaciones. Obama puede tener que atenuar sus exigencias sobre los asentamientos para asegurar un progreso en “temas mayores”, dijo.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.