Hamid Karzai se acerca al 51 por ciento de los votos que se necesita en Afganistán para una victoria indiscutida. El mandatario saliente se mantenía a la cabeza de la elección presidencial con un 48,6 por ciento de los sufragios, escrutado el 74 por ciento de los votos. Sin embargo, también ayer se anunció que fueron anulados los votos de 447 colegios electorales por sospecha de fraude.

La Comisión Electoral Independiente (IEC) afirmó “no tener precisión” sobre la fecha en que entregarán nuevos resultados, parciales o totales y definitivos. Según los difundidos ayer, Karzai obtiene el 48,6 por ciento de los votos válidos, contra 31,7 por ciento para su principal adversario, el ex canciller Abdulá Abdulá. El candidato opositor pidió que se detenga el cómputo aduciendo que hubo fraude masivo.

Por otro lado, los votos de 447 colegios electorales sobre los 25.450 habilitados el día de los comicios presidenciales en Afganistán “fueron anulados por fraude”, dijo Noor Mohammed Noor, portavoz de la IEC, quien precisó que eso afectaría a “alrededor de 200.000 votos”.

Numerosos observadores afganos y extranjeros constataron irregularidades el 20 de agosto pasado, en mayor o menor grado según las fuentes.

Desde el día después de los comicios, Karzai ha reivindicado su victoria en la primera vuelta. Pero su principal rival, Abdulá Abdulá, dice también ser el vencedor y amenaza con no reconocer los resultados.

Esta situación se da en un contexto de disturbios y amenazas de los talibán a la población que fuera a votar, que se suma a la desilusión de los ciudadanos hacia la clase política. Esto hace temer que los resultados finales indiquen una participación muy baja, entre un 30 y un 35 por ciento según fuentes diplomáticas. Para que sean definitivos, los resultados de la IEC deberán ser validados durante las investigaciones en curso por las miles de demandas por fraude. La Comisión de Queja —-independiente de la IEC recibió 2301 denuncias.

Lo que resta del recuento no debería revelar grandes sorpresas, ya que los colegios electorales que quedan por escrutar son de provincias del sur y del sudeste, tradicionalmente proclives al candidato oficial.