Sáb 12.09.2009

EL MUNDO  › EL VENEZOLANO ANUNCIó EL DESCUBRIMIENTO DE UN GRAN YACIMIENTO GASíFERO

Chávez en Madrid, con gas y sonrisas

La buena noticia, que involucra como socia a Repsol, sirvió para relanzar las relaciones entre ambos países con gestos de buen humor y fotos amistosas. Chávez pasó apenas unas horas en la capital española.

Hugo Chávez pasó unas horas por España para compartir una buena noticia con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y con el rey Juan Carlos I. Con una sonrisa llena de satisfacción y orgullo, el mandatario venezolano anunció en Madrid que Pdvsa, la petrolera estatal de su país, y la española Repsol descubrieron uno de los mayores yacimientos de gas del territorio venezolano y el más importante que haya tenido la petrolera de capitales españoles. En un clima de distensión y buen humor, Chávez primero se reunió con Zapatero en el Palacio de la Moncloa y luego visitó al rey en su residencia. Su última reunión fue con el presidente de Repsol, Antonio Brufau, y ocurrió detrás de un volante: Chávez lo invitó a ser su copiloto hasta el aeropuerto. Parecían ser los mejores amigos.

–Brufau, ¿qué vamos a hacer con tanto gas?

–Alguna utilidad le encontraremos.

Chávez y el presidente de Repsol se encontraron en la Casa del Libro en Madrid, donde el mandatario venezolano dio entrevistas a los principales medios españoles. Bromearon, cuchichearon e intercambiaron elogios. Las diferencias del pasado por la nacionalización de la explotación de la Faja del Orinoco, la región venezolana que acumula la mayoría de las reservas de hidrocarburos, había quedado atrás. Ahora los unía el proyecto gasífero Rafael Urdaneta y sus potenciales 22 trillones de metros cúbicos de gas, es decir, unos 1200 millones de barriles. Pdvsa conservará el 50 por ciento del negocio, mientras que Repsol y la italiana ENI se llevarán la otra mitad.

Unas horas antes, el mandatario venezolano les había comunicado la buena nueva a Zapatero y al rey. Las dos reuniones estuvieron marcadas por excesivas sonrisas. Después de varios choques, diplomáticos y comerciales, los dos gobiernos relanzaron su relación este año después de una visita del canciller español Miguel Angel Moratinos. Unos meses después, el gobierno socialista de Zapatero sorprendió al ser el único país europeo en cuestionar el acuerdo militar entre Estados Unidos y Colombia, un tema de especial sensibilidad para el gobierno de Chávez.

Dentro de ese nuevo tono amistoso, Zapatero se ofreció ayer para mediar entre Chávez y su par colombiano, Alvaro Uribe. El mandatario venezolano no aceptó aún, pero dejó abiertas las puertas. “España podría ayudar mucho a buscar los caminos de la paz”, sugirió. La reunión en la Moncloa duró apenas 45 minutos, ya que Zapatero debía viajar a París ese mismo mediodía para reunirse con su par francés, Nicolas Sarkozy.

No bien salió del palacio de gobierno, Chávez se fue directo a La Zarzuela, la residencia oficial de la familia real. Llegó media hora tarde y el rey, que acaba de volver de sus vacaciones, salió a la entrada a recibirlo. Lo recibió con un apretón de manos y Chávez le contestó con una broma. “Se ha dejado la barba, como Fidel”, le dijo. El rey no quiso quedarse atrás y le siguió el juego. “Es para cambiar un poco el look”, aseguró, mientras se tocaba la barba de unas semanas.

La escena, por momentos forzada, tenía un solo objetivo: mostrar ante las cámaras que el mal trago de Santiago había quedado enterrado en el pasado. Hace cerca de dos años, en la Cumbre Iberoamericana en Chile, el rey Carlos I, un líder de bajo perfil, se había convertido en el héroe de la derecha latinoamericana y un referente para los antichavistas en todo el mundo. Irritado por las constantes interrupciones del presidente venezolano a Zapatero y sus insultos al ex jefe de gobierno español José María Aznar, el rey dejó de lado el protocolo y lo mandó a callar. Su “¿Por qué no te callas?” aparece desde entonces en remeras y banderas en las manifestaciones contra el líder bolivariano.

Cumplida la formalidad de la foto y el intercambio de bromas, y después de una corta reunión a puertas cerradas, Chávez dejó el Palacio y fue al centro de Madrid para su última parada, la Casa del Libro. Allí, alrededor de un centenar de personas lo esperaban en la puerta. La mitad lo recibió con pancartas con frases como “Manos fuera de Cuba y Venezuela” y “Chávez amigo España está contigo”. Enfrentado, otro grupo similar lo repudiaba. “Sinvergüenza”, “Amigo de Ahmadinejad”, le gritaron al mandatario, que optó por ignorarlos.

Ya adentro de la librería, cuando los medios españoles le preguntaron si le molestaba el repudio, el presidente venezolano respondió restándole importancia a lo que llamó la “mediática furibunda oposición”. “Yo ni le hago caso. Como Cantiflas: ‘Yo a ti ni te ignoro’. Nosotros tenemos nuestra verdad y luchamos por la unión en América latina”, aseguró.

Según el mandatario, las renovadas relaciones con España abren una nueva época, en la que América latina ya no mirará a la antigua metrópolis como una puerta de entrada a Europa, y Madrid ya no verá a la región como sus ex colonias. “Somos almas que nos necesitamos pero, eso sí, en condiciones de igualdad, no con partes superiores”, reclamó.

Sin embargo, Chávez reconoció que las empresas españolas tienen contratos por más de 10 mil millones de dólares y eso, dijo, hay que cuidarlo. “España es un país muy importante para nosotros y tenemos grandes amigos aquí”, señaló, antes de dejar el Viejo Continente y volver a Caracas.

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