EL MUNDO › EL JEFE DE LA ALIANZA MILITAR QUIERE AUNAR ESFUERZOS CON SU VIEJO ENEMIGO
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, propuso ayer en un discurso unir en un futuro los sistemas antimisiles de Rusia, Europa y Estados Unidos. Moscú aplaudió las propuestas para reforzar la cooperación en materia defensiva.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, propuso ayer en un esperado discurso que la Alianza Atlántica y Rusia refuercen su cooperación en todos los ámbitos, abogando incluso por unir en un futuro sus sistemas antimisiles junto al de Estados Unidos. Por su parte, el embajador ruso ante la OTAN, Dimitri Rogozine, juzgó “muy positivas y constructivas” las propuestas de reforzar la cooperación entre la Alianza y Rusia formuladas poco antes por el secretario general de la organización.
Al día siguiente de que Washington anunciara que abandonaba su proyecto de implantar un escudo antimisiles en Europa central, que tanto irritaba a Moscú, Rasmussen hizo en Bruselas “tres propuestas concretas” para reforzar la asociación OTAN-Rusia, seriamente truncada durante dos años.
La primera consistiría en “examinar inmediatamente un refuerzo de cooperación en todos los ámbitos”, dijo el secretario general de la Alianza Atlántica, citando como ejemplos la lucha contra el terrorismo, la proliferación de armas de destrucción masiva y la estabilización de Afganistán.
En segundo lugar, Rasmussen expresó su deseo de “revitalizar el Consejo OTAN-Rusia”, órgano de consulta entre la Alianza y Moscú, para abordar todas las cuestiones “sin prejuicios”. “Creo que es posible que la OTAN y Rusia empiecen de nuevo’’, resumió el secretario general. Finalmente, el ex primer ministro danés ofreció a Moscú pasar juntos revista a los “nuevos desafíos de seguridad” que plantea el siglo XXI, haciendo especial referencia a la creciente amenaza balística.
En este sentido, propuso que Moscú, Washington y la Alianza conecten los sistemas de defensa antimisiles, una oferta que retoma una idea abordada por primera vez durante una cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Bucarest, en abril de 2008. “Nuestros países y nuestros ejércitos van a ser cada vez más vulnerables a los ataques de misiles y el interés fundamental de la OTAN y de Rusia es explorar la posibilidad de conectar, llegado el momento, los sistemas de defensa antimisiles de Estados Unidos, la OTAN y Rusia”, afirmó Rasmussen durante su primer discurso desde su llegada al puesto, en agosto.
“Deberíamos explorar la posibilidad de vincular los sistemas de defensa misilísticos de Estados Unidos, la OTAN y Rusia en el momento apropiado. Tanto la OTAN como Rusia tienen una rica experiencia misilística. Ahora deberíamos trabajar para combinar esta experiencia en beneficio mutuo”, continuó Rasmussen.
“Si Corea del Norte sigue siendo una potencia nuclear, y si Irán llega a serlo, algunos de sus vecinos podrían sentirse obligados a seguir su ejemplo. La proliferación de tecnología de misiles balísticos es causa de preocupación no sólo para las naciones de la OTAN, sino también para Rusia”, agregó.
El proyecto abandonado por Washington, que preveía instalar de aquí a 2013 un potente radar en República Checa asociado a diez interceptores de misiles balísticos de largo alcance en Polonia, estaba destinado a disuadir a Irán de utilizar algún día sus cohetes contra Estados Unidos.
Pero Moscú estimaba que el proyecto amenazaba con cercar su arsenal estratégico y se planteaba, como “contramedida”, desplegar misiles tierra-tierra en su enclave de Kaliningrado. A cambio de su gesto, Washington desearía que Rusia adopte una postura más firme frente al programa nuclear iraní, según el diario ruso Kommersant.
Rasmussen emplazó ayer a Rusia a sumarse a los occidentales para “ejercer un máximo de presión” sobre Irán, de manera que renuncie a sus “ambiciones” nucleares y balísticas. Un acercamiento supondría el deshielo de las relaciones entre Rusia y los occidentales, enconadas especialmente por el conflicto ruso-georgiano de mediados de 2008 y los planes de la OTAN de integrar en su seno a las ex repúblicas soviéticas Ucrania y Georgia.
El primer ministro Putin elogió la decisión de Obama y urgió a Washington a cancelar también restricciones comerciales que pesan sobre Rusia desde la Guerra Fría. “Espero esta decisión justa y valiente siga con la cancelación total de todas las restricciones a la cooperación con Rusia y a la transferencia de alta tecnología a Rusia, así como de una expansión de la Organización Mundial del Comercio que englobe a Rusia”, dijo Putin en la ciudad de Sochi, sobre el mar Negro.
El presidente ruso, Dimitri Medvedev –que también elogió la decisión de Obama–, había amenazado con desplegar misiles de corto alcance en el enclave báltico de Kaliningrado, cerca de Polonia, si Estados Unidos instalaba el escudo. La agencia de noticias rusa Interfax informó ayer que Rusia renunciaba a sus planes de instalar misiles en Kaliningrado.
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