EL MUNDO › EL FAVORITISMO A UNO DE SUS HIJOS SE SUMA A OTROS EQUíVOCOS DEL EJECUTIVO FRANCéS
Los socialistas abrieron fuego contra el nombramiento del joven Jean Sarkozy, de 23, como presidente del organismo que administra uno de los mayores barrios de negocios de Europa. La Defense está situado en las fronteras de París.
› Por Eduardo Febbro
Desde París
Nicolas Sarkozy ha vuelto a poner nerviosos a los parlamentarios de su mayoría. Una serie de medidas desacertadas tomadas por algunos miembros del Ejecutivo, críticas desde el propio campo del presidente por la falta de “debate sobre las orientaciones generales de la política”, la hoguera que se encendió en torno de un libro más que autobiográfico del actual ministro de Cultura, Frédéric Mitterrand –sobrino del ex presidente socialista François Mitterrand–, en el cual confesó haber practicado turismo sexual, y una áspera polémica por un caso de favoritismo familiar han abierto varios focos de tensión al mismo tiempo. El último, el nombramiento del hijo menor de Sarkozy a un puesto importante, viene pegado al penúltimo, es decir, el escándalo que se desató con Frédéric Mitterrand y sus aventuras homosexuales en países del Tercer Mundo publicadas en 2005 en un libro y puestas ahora sobre la mesa por la vicepresidenta del ultraderechista Frente Nacional. Pero el último desplazó al anterior y hoy la posibilidad de que uno de los hijos de Nicolas Sarkozy, Jean Sarkozy, se convierta a sus 23 años en presidente del organismo que administra uno de los mayores barrios de negocios de Europa, situado en las fronteras de París, La Defense, ocupa a editorialistas, socialistas, humoristas, conservadores y corresponsales.
Jean Sarkozy, que cursa actualmente su segundo año de derecho, está por ser nombrado presidente del EPAD, la estructura pública que administra el barrio de La Defense, una zona de torres y oficinas visibles desde la Avenue des Champs Elysées, que consta de 160 hectáreas, abarca tres millones de m2 de oficinas y alberga unas 2500 empresas que emplean a 150.000 empleados. La EPAD, que maneja un presupuesto de dos mil millones de dólares, fue dirigida por Sarkozy padre entre 2005 y 2006. Jean Sarkozy ara las tierras que llevaron a su padre a la cima del poder. La Defense está en el departamento de Hauts de Seine, dentro del cual está el distrito de Neuilly sur Seine, la plataforma local que propulsó a Sarkozy a la escala nacional. Desde junio de 2008, Jean Sarkozy es consejero general de Neuilly sur Seine y dirige el grupo regional de la Unión para un Movimiento Popular (UMP), el partido-máquina electoral que llevó a Nicolas Sarkozy a la presidencia francesa.
Este fin de semana y ayer, los socialistas abrieron fuego contra ese nombramiento. Si Jean Sarkozy “no tuviera el apellido que tiene, ¿ocuparía el lugar en el que está hoy en día?, se preguntó el domingo la dirigente socialista Ségolène Royal, rival de Nicolas Sarkozy en las elecciones presidenciales de 2007. La nota irónica la puso el ex primer ministro y ministro de Economía socialista Laurent Fabius, quien declaró: “Nos hace falta un jurista, Jean Sarkozy cursa el segundo año de derecho. Hace falta alguien que conozca bien los negocios, estoy seguro de que llena las condiciones”. “El sector inmobiliario de la región parisina es oro negro. Hay dinero detrás y hay intereses detrás”, sostuvo el diputado socialista Arnaud.
Montebourg, quien puso sobre el escándalo la palabra explosiva cuando dijo que este probable nombramiento, más allá del “nepotismo, es la destrucción desde el poder del espíritu republicano”.
El tema se politizó con la perspectiva cercana de las elecciones regionales, que se llevarán a cabo dentro de cinco meses. En ese contexto, otro diputado socialista, Manuel Valls, consideró que el nombramiento era una forma de que el “clan Sarkozy recupere la caja fuerte” regional. La derecha puso el escudo delante de los ataques. El diputado Patrick Balkany salió al paso diciendo: “A los 22 años, Jean Sarkozy tenía mucho talento. Y puedo decirle que a los 23 tiene quizá todavía más que su padre a su edad”. Jean Sarkozy se pronunció recién ayer sobre estas críticas. “El Príncipe Jean” –así lo llama la prensa británica– resaltó que “diga lo que diga, haga lo que haga, siempre me criticarán. (...) Si tuviese que ser juzgado a la luz de los comentarios amputados, de las críticas y de las mezclas de las que soy objeto, seguramente me condenarían a cadena perpetua”. Como suele ocurrir en estos escándalos de corte más bien tercermundista, aparece alguien con cierto sentido del humor. Un diputado del partido centrista Movimiento Demócrata (Modem) lanzó una petición por Internet en la que aconseja al joven Sarkozy que “renuncie a La Defense y termine sus estudios”.
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