Cuba dio otro pequeño paso en dirección a un mejor trato con su enemigo de los últimos sesenta años, Estados Unidos. El gobierno de Raúl Castro decidió permitir el acceso consular norteamericano a los ciudadanos cubano-estadounidenses detenidos en la isla. Hasta ahora los diplomáticos de la otra costa sólo podían tener contacto con los estadounidenses presos, no con los cubanos que poseen doble ciudadanía.

Según explicó ayer uno de los voceros del Departamento de Estado, funcionarios del país del Norte podrán visitar a los presos una vez cada tres meses. Según las estimaciones del Departamento de Estado norteamericano, el gobierno castrista tiene encarcelados a diecinueve ciudadanos estadounidenses, de los cuales diez u once serían cubanos con doble nacionalidad.

El gobierno cubano habría anunciado su decisión durante la visita que realizó la subsecretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Bisa Williams, a la isla, el mes pasado. La llegada de la funcionaria pasó casi desapercibida en la prensa cubana e internacional, pero políticamente significó un nuevo gesto de confianza de ambas naciones. Williams fue la visita gubernamental norteamericana de mayor nivel en La Habana en los últimos seis años.

Su misión oficial era impulsar las negociaciones sobre el restablecimiento del correo entre la isla y su vecino del Norte. Sin embargo, los cubanos se ocuparon de aprovechar la visita hasta el máximo. El gobierno cubano no sólo paseó a la funcionaria por La Habana, sino que la llevó a la parte occidental de Cuba para mostrarle la devastación que dejó la temporada de huracanes del año pasado. En el medio de los paseos y las reuniones, el gobierno cubano le anunció que, como venía pidiendo Washington hace tiempo, les permitirían acceso diplomático a los detenidos estadounidenses, a todos.

El gesto no fue azaroso. El gobierno de Barack Obama está siendo presionado por aliados y críticos, para levantar todas las restricciones a los viajes a la isla. Desde que asumió a principio de año, el mandatario y ahora Premio Nobel de la Paz suspendió las restricciones a los viajes de familiares y envíos de remesas a Cuba. Desde entonces en la Casa Blanca no descartaron dar más pasos hacia una reconciliación, aunque, por ahora, no piensan en levantar el bloqueo comercial que crearon hace casi medio siglo para ahogar al gobierno castrista.