EL MUNDO
› MATAN A TRES TURISTAS ISRAELIES; PUDIERON HABER SIDO 261 MAS
Con un coche bomba y dos misilazos
En dos atentados casi simultáneos, 14 personas –tres de ellas israelíes– murieron en una playa de Mombasa, Kenia, y terroristas lanzaron dos misiles –que fallaron– contra un avión israelí de pasajeros que despegaba del lugar. Israel prometió represalias.
Por Stuart Millar y Richard Norton-Taylor*
El vuelo IZ582 de Líneas Aéreas Arkia recién estaba pasando la marca de los 150 metros tras despegar del aeropuerto de Mombasa hacia Tel Aviv cuando el pasajero Ezra Gozlan escuchó una clara explosión desde afuera. Mientras el avión se sacudía, miró hacia arriba, justo a tiempo para ver un rastro de humo a la izquierda del jet charter Boeing 757. “Pasó a un metro por encima del ala... Era una bazooka o algo por el estilo –dijo el israelí de 62 años ayer–. Le dije a alguien ‘es un misil’, pero me respondió ‘no, quizá algo se enganchó en el motor’.” Otros pasajeros estaban igualmente confundidos. “Sentí como que algo se caía del ala”, dijo Kerry Levy.
En la cabina de comando, el capitán, Rafi Marik, estaba haciendo el chequeo de rutina después del despegue cuando sintió “un leve golpe”. Al principio creyó que un pájaro había golpeado el fuselaje. Luego vio dos colas de vapor blanco pasando desde atrás, no lejos de su ala a babor. Su avión, con 261 pasajeros y 10 tripulantes a bordo, estaba bajo ataque misilístico. Los misiles eran disparados desde lanzadores Strela 3 sostenidos en el hombro, dijo anoche la policía de Kenia. Informes de testigos oculares dijeron que provenían de un vehículo blanco de cuatro ruedas estacionado a más de un kilómetro y medio del perímetro del aeropuerto. El lanzador y las cápsulas de los misiles fueron encontrados en los alrededores.
Los terroristas pueden haber errado su blanco, mientras un ataque de un coche bomba mataba por lo menos a 14 personas en tierra, en un hotel de propiedad israelí. Pero la demostración más alarmante de la capacidad devastadora y consistente de los terroristas para planear nuevas formas de ataque es el intento de derribar un jet de pasajeros. Los gobiernos han buscado llenar cada brecha de seguridad desde el 11 de septiembre, pero expertos en terrorismo dijeron anoche que los servicios de seguridad eran impotentes para evitar ataques de misiles contra aviones de pasajeros. “No hay absolutamente nada que se pueda hacer para proteger a la aviación civil de alguien que, parado afuera del perímetro del aeropuerto con un lanzamisiles de hombro ataque a una aeronave mientras despega o aterriza”, dijo Chris Yates, el editor de seguridad de aviación en Transport Jane.
De vuelta en el vuelo IZ582, no hubo pánico después de los tiros fallidos. El capitán Marik habló por radio a la torre de control de Mombasa y a la central de su aerolínea para decirles lo que había pasado. El jet no podía regresar a Mombasa y arriesgar nuevos ataques, de manera que se hicieron preparativos para un aterrizaje de emergencia en Nairobi. Pero al no haber señales de daños serios al avión, ni heridas a los pasajeros, el capitán Marik recibió la orden de continuar hacia Tel Aviv.
Para evitar el pánico en los pasajeros, la tripulación les informó que el problema había sido causado por un percance técnico menor. Durante las próximas cuatro horas y media, volaron en alegre ignorancia. Ya en tierra en Tel Aviv, los impactados seres queridos ya se estaban reuniendo en el aeropuerto Ben Gurión después de escuchar sobre el ataque por radio y televisión. Pero no fue hasta poco antes de aterrizar, mientras dos aviones de combate israelíes F-15 de la Fuerza Aérea se acercaban para chequear los daños externos y escoltar el jet hacia el aeropuerto, que el capitán Marik reveló a los pasajeros qué cerca habían estado de una catástrofe.
La noticia fue recibida con incredulidad. La gente comenzó a aplaudir espontáneamente. Algunos comenzaron a cantar canciones tradicionales israelíes. “Hubo un gran alboroto”, dijo Sharon Heldth. Mientras los pasajeros celebraban su suerte, las fuentes de seguridad y los analistas independientes advirtieron que los misiles lanzados desde los hombros eran el arma ideal de los terroristas. Son baratos, fáciles de ocultar, generalmente fáciles de operar y, sobre todo, hay gran cantidad de ellos.
El lanzamisiles Strela es una versión mejorada y modernizada del sistema anti-aéreo SAM-7 diseñado por los soviéticos que gozó de perdurablepopularidad con el IRA y los grupos terroristas en el mundo desde la década de 1970. Christopher Langton, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, dijo que el SAM-7, como el rifle Kalashnikov AK-47, estaba en todas partes. El arma es tan fácil de operar que los expertos estaban asombrados de que los terroristas hubieran errado su objetivo ayer. Equipados con una cabeza rastreadora de plomo de sulfuro que busca el escape de las turbinas de los jets, pueden dar en el blanco hasta una distancia de 4,5 kilómetros y hasta una altura de 3000 metros, seis veces la altura de que había alcanzado la aeronave.
Las autoridades encontraron un lanzador SAM-7 quemado y piezas de misiles afuera de la base. Otro misil sin usar fue encontrado enterrado en la cercanías. El descubrimiento llevó a la FBI a emitir una advertencia de inteligencia que los terroristas podrían usar misiles disparados desde los hombros para derribar aviones comerciales norteamericanos. Se sabe que otros sistemas de armas disparadas desde los hombros están disponibles en toda Africa, especialmente cerca de la frontera con Somalía donde se pueden adquirir por unos pocos miles de dólares. Estos incluyen los sistemas Stinger hechos en EE.UU., usados con efectos devastadores por los mujaidines afganos contra las fuerzas de ocupación soviéticas.
Otra elección popular es el misil Igla, que fue culpable de dos ataques sobre helicópteros rusos en Chechenia en los últimos tres meses. Esta semana, expertos rusos dijeron que decenas de millones de misiles Igla y Strela han entrado en circulación desde arsenales pobremente custodiados durante la década del 90. Un informe decía que el Ministerio de Defensa había perdido rastro de 260.000 armas ligeras, incluyendo misiles, solamente de la región transcaucásica.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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