Desde Londres

A sólo meses de las elecciones generales y a kilómetros de los conservadores en las encuestas, los laboristas presentaron su último programa legislativo con medidas contra los banqueros, cuidado gratis para los ancianos más vulnerables y promesas de reducir el deficit fiscal a la mitad. En el tradicional “discurso anual de la reina”, el gobierno de Gordon Brown apostó a cerrar las líneas de ataque de los conservadores y reivindicar sus propias credenciales keynesianas y sociales. La oposición calificó las medidas de “electoralistas”. En lo que parece un preanuncio de una de las campañas electorales más largas y sucias de la política británica moderna, los conservadores anticiparon al matutino The Guardian que van a “liquidar” la legislación demorando su aprobación en la Cámara de los Lores.

La deuda pública del Reino Unido se ha disparado desde la crisis con los sucesivos rescates que realizó el gobierno de gigantes financieros como el Royal Bank of Scotland y el Lloyds, y hoy supera las 800 mil millones de libras. Consciente de que el tema preocupa a los británicos, siempre medidos en temas de dinero, el gobierno presentó un proyecto de Responsabilidad Fiscal por el que se compromete a reducir el déficit a la mitad en los próximos cuatro años. Por su parte, el proyecto de ley de los Servicios Financieros otorga a la Autoridad Regulatoria, el FSA, la potestad para impedir que los financistas cobren altas bonificaciones por incurrir en riesgos “excesivos” como los que condujeron a la debacle financiera.

La agenda social del gobierno se expresó en una serie de proyectos como el de otorgar a los trabajadores con contratos temporarios los mismos derechos que a los fijos, medidas para mantener bajo el precio de la energía y la más llamativa de todas: cuidado gratis para unos 400 mil ancianos “vulnerables”. En total se trató de trece proyectos de ley que el ministro de Industria y número dos del gobierno, Peter Mandelson, defendió como la necesidad de seguir gobernando hasta las elecciones de junio, mientras que el líder de los conservadores, Dave Cameron, lo tildó de “juego político” y “pérdida de tiempo”.

Los conservadores llevan 13 puntos de ventaja a los laboristas, pero por las dudas Lord Strahclyde, su líder en la Cámara de los Lores, anticipó a The Guardian que difícilmente estos proyectos sean aprobados por los lores. “Si estas medidas eran tan importantes no sé por qué no las presentaron el año pasado”, se justificó. Una reciente victoria local de los laboristas en un distrito de Escocia es un aviso de que todavía es muy temprano para suponer que las elecciones de junio están decididas.