Desde Los Angeles

John Edwards anunció que se separa de su mujer Elizabeth, quien tiene una enfermedad terminal, días después de verse obligado a admitir que era el padre de una hija ilegítima con una referente de la sociedad neoyorquina. El ex senador y candidato presidencial, que pasó de hijo pródigo a la vergüenza nacional, dijo que era un “momento extraordinariamente triste. Quiero a mis hijos más que a nada y todavía tengo profundo cariño por Elizabeth”, dijo.

Su mujer, que desde hace 32 años tiene un cáncer de mama inoperable, no hizo ningún comentario público. Pero su hermana, Nancy Anania, señaló: “Estoy orgullosa de ella, que de alguna manera tiene la fuerza que raramente se ve en una persona”. Fue el último capítulo de una telenovela que comenzó en octubre de 2007, cuando Edwards, quien estaba entonces compitiendo con Hillary Clinton y Barack Obama por la nominación presidencial demócrata, se vio involucrado sentimentalmente con Rielle Hunter, de Manhattan. Al principio Edwards describió las afirmaciones como “falsas, mentirosas y ridículas”. Pero luego se obtuvieron fotografías de él reuniéndose con Hunter en el hotel Beverly Hills.

Edwards rápidamente admitió un breve romance con Hunter y se retiró de la campaña presidencial. Pero continuó negando la paternidad de su hija Frances. En pocos días los detalles serán de dominio público, cuando salga a la venta El Político, un libro de memorias escrito por Andrew Young, que fuera asesor de Edwards.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: C. D.