El electo presidente chileno, Sebastián Piñera, presentó ayer a los 22 integrantes de su gabinete ministerial. El futuro mandatario delineó el perfil de sus próximos cuatro años de gobierno, marcado por un equipo predominantemente técnico y con escasa experiencia política. Entre los nombramientos, el anuncio del ex ministro de la Democracia Cristiana (DC) Jaime Ravinet como nuevo titular de la cartera de Defensa asestó un golpe a la saliente Concertación, que desde el 11 de marzo pasará a ser la nueva oposición de gobierno.

Pasadas las 6 de la tarde en la capital trasandina, se dio comienzo a la ceremonia de nombramiento en el emblemático Museo Histórico Nacional, frente a la Plaza de Armas de Santiago. La nómina de ministros quedó integrada por figuras del círculo más cercano al líder de la Coalición por el Cambio (Renovación Nacional+ Unión Democrática Independiente), destacándose entre ellos un alto número de figuras educadas en la Pontificia Universidad Católica de Chile y la fuerte presencia del mundo empresarial en la venidera gestión. Las 22 carteras presentaron un equilibrio para la coalición gobernante, con ocho puestos divididos equitativamente entre la RN y la UDI. Sin embargo, el número predominante fue para los funcionarios independientes, que ocuparán trece de los puestos de gobierno, mientras que la oposición tuvo una sola cartera, fracasando en el objetivo del futuro mandatario en lograr un gabinete de unidad nacional.

En un escenario azul enmarcado por cuatro banderas chilenas, un sonriente Piñera presentó y felicitó a cada uno de los miembros que formarán parte de su gabinete del Bicentenario. La ceremonia se inauguró con el llamado del dos veces coordinador de la campaña electoral y mano derecha del empresario multimillonario, Rodrigo Hinzpeter. Con 44 años de edad y diez años de trabajo conjunto con el futuro mandatario, el abogado conservador de la Universidad Pontificia de Chile se aseguró el cargo al frente del Ministerio del Interior.

El reconocido empresario Alfredo Moreno Charme fue el próximo en la lista. Director de la cadena Falabella y accionista en varios proyectos empresariales, este ingeniero industrial de 53 años será el próximo canciller chileno. Aunque se define como independiente, el poderoso terrateniente mantuvo estrechos vínculos con el UDI, habiendo trabajado en la campaña presidencial del ex candidato Joaquín Lavín, en 2005.

Pasados los primeros dos nombramientos, el llamado del experimentado militante del DC Jaime Ravinet para ocupar el Ministerio de Defensa trajo sorpresa. El abogado de 63 años es un personaje destacado en el mundo político chileno, fue alcalde de Santiago por dos períodos consecutivos, entre 1992 y 2000, y ocupó la cartera de Defensa durante el gobierno del ex presidente de la Concertación Ricardo Lagos, desde el año 2000 al 2006. Aunque ya se especulaba con su nombre desde la mañana, el anuncio oficial dejó a todos boquiabiertos.

“He presentado a las 18 mi renuncia al DC. Lo hago con pena y dolor, pero no he compartido las decisiones políticas del último tiempo. Es importante dar señales a Chile de que es posible hacer un gobierno de unidad”, dijo Ravinet a los medios locales durante la ceremonia. “Lo hago como un homenaje a acercar lo que ha hecho grande la reconstrucción democrática en Chile”, aseguró el funcionario tras presentarse como un nuevo miembro dentro del proyecto derechista.

Un golpe bajo recibió el ex candidato a la presidencia por el UDI y el actual miembro de la alianza que llevó al poder a Piñera, Joaquín Lavín. Pese a que su nombre sonaba para las carteras de Vivienda o la de Desarrollo y planificación, el socio presidencial recibió la difícil tarea de comandar el Ministerio de Educación.

No hubo grandes novedades en el puesto de ministro de Economía. El ingeniero comercial de la Universidad Católica y master de la Universidad de Chicago Juan Andrés Fontaine quedó a su cargo. Dueño de su propia empresa de asesoría económica y financiera, Fontaine y Paul, el experto es también miembro del think tank neoliberal Libertad y Desarrollo. Entre sus propuestas de cara a la nueva gestión, Fontaine aboga por los estímulos tributarios para impulsar la inversión, mejoramiento de los mecanismos de financiamiento de largo plazo de las pymes, elevación de la productividad mediante la reforma del Estado y el relanzamiento de un vasto plan de concesiones de obras públicas.

Tampoco hubo novedades en el Ministerio de Hacienda. El mismo quedó en manos del Ph. D. en Economía de la Universidad de Harvard Felipe Larraín. El futuro jefe de las arcas fiscales goza de una estrecha amistad con el electo presidente y sus íntimos aseguran que ambos “hablan el mismo idioma, tienen la misma frecuencia”.

“Este es un gabinete que a mí me enorgullece y que va a estar a la altura de los enormes desafíos que vamos a tener que enfrentar en los próximos años. A no claudicar, a no resignarse. Manos a la obra, los espero mañana muy temprano”, instó el flamante presidente electo, quien en dos ocasiones durante el acto se encomendó a Dios para que lo guíe.