Mar 23.02.2010

EL MUNDO  › EL PRESIDENTE PALESTINO ABBAS CONSINTIó EN LLEVAR ADELANTE CONVERSACIONES INDIRECTAS CON ISRAEL

Francia al rescate de las negociaciones

El jefe de gobierno Nicolas Sarkozy no hizo ninguna referencia a la idea lanzada por el canciller francés sobre el reconocimiento de un Estado palestino antes mismo de que concluyan las negociaciones con Israel sobre las fronteras.

› Por Eduardo Febbro

Desde París

La causa palestina es una brasa incandescente. La visita a Francia del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, dio lugar a una serie de malabarismos y proezas verbales para evitar la confrontación no sólo con Israel, sino en el seno mismo del Ejecutivo francés. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, prometió a Mahmud Abbas una serie de iniciativas a fin de destrabar el bloqueo del proceso de paz, pero no hizo ninguna referencia a la idea lanzada el domingo por el canciller francés, Bernard Kouchner, sobre el reconocimiento de un Estado palestino antes mismo de que concluyan las negociaciones con Israel sobre las fronteras.

En una entrevista publicada el domingo por el diario Le Parisien, Kouchner había dicho que se podía “contemplar” la proclamación de un Estado palestino y “el reconocimiento inmediato por la comunidad internacional, antes de las negociaciones sobre las fronteras”. Kouchner dijo que esta idea lo tentaba, pero que no estaba “seguro de que me sigan ni siquiera de que tenga razón”. En la misma entrevista, el jefe de la diplomacia francesa agregó: “La pregunta que se plantea en este momento es la construcción de una realidad: Francia está formando policías palestinos, se están creando empresas en Cisjordania”. El primer ministro francés, François Fillon, había “corregido” la posición de su canciller y Sarkozy la evacuó. El jefe de Estado dijo que Bernard Kouchner había “puesto sobre la mesa cierto número de posibilidades alternativas en caso de que las cosas no se desbloquearan”. Sarkozy reiteró que “lo que queremos es un Estado real, un Estado palestino en las fronteras de 1967 (...). Ese Estado debe ser viable, moderno y democrático”. Dirigiéndose a la comunidad internacional, Sarkozy dijo que “todo debe ser hecho para que se reanuden las discusiones” porque, agregó, “si no hay discusiones, con o sin conferencia, corremos el riesgo de una tercera Intifada”.

Las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos están empantanadas. Abbas consintió que se lleven a cabo discusiones indirectas con Israel por medio de Estados Unidos sin dejar en suspenso su principal reclamo: el congelamiento total de la colonización israelí en Cisjordania ocupada. Si ello no se cumple, no habría entonces negociaciones directas con Israel. Los palestinos plantean también que su futuro Estado esté diseñado a partir de las fronteras previas a la guerra árabe-israelí de junio de 1967, con el sector árabe de Jerusalén como capital, lo que desembocaría en una capital para dos Estados.

Son esas negociaciones finales las que imposibilitan desde hace mucho la conclusión de un acuerdo para la proclamación del Estado palestino. Las posiciones de los actores de esta negociación accidentada son ambivalentes. Así, luego de la posición manifestada por Bernard Kouchner en Le Journal du Dimanche, el canciller francés firmó junto al jefe de la diplomacia española, Miguel Angel Moratinos, una columna en el vespertino Le Monde en la cual no retoma la idea de reconocer el Estado palestino antes de que se terminen las discusiones sobre las fronteras. Ambos cancilleres aseguran que la Unión Europea debe proponer “un calendario de negociaciones” sobre las cuestiones del estatuto final del Estado palestino y “una conferencia por la paz”. De un día a otro cambian los parámetros: el domingo se reconoce, el lunes hay abstinencia de reconocimiento. Ha quedado en el medio un secreto: ni Sarkozy ni Abbas revelaron el contenido de las “iniciativas” que van a ponerse en marcha para reactivar la negociación.

Una prueba suplementaria del malabarismo de los europeos es la declaración emitida en Bruselas por los 27 cancilleres de la UE a propósito del asesinato en Dubai del fundador del brazo armado de Hamas, Mahmoud al-Mabhouh (ver aparte). Los ministros de Relaciones Exteriores condenaron el uso de documentación falsa de ciudadanos europeos en ese operativo, pero no mencionaron ninguna vez a Israel. La agenda, es cierto, se les hizo complicada: el canciller español Miguel Angel Moratinos debía reunirse con su homólogo israelí Avigdor Liberman y el ministro de Defensa Israelí, Ehud Barak, acababa de anular su visita a Francia, también por problemas de “agenda”.

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