Desde Medellín

La certeza de que Uribe no será más el presidente de Colombia abrió una nueva etapa en la historia política del país y aceleró la campaña para las elecciones presidenciales del 30 de mayo. El uribismo aún no define la estrategia para no perder la presidencia, mientras los liberales, opositores, conservadores e independientes celebraron el freno que anteayer puso la Corte Constitucional a la ley que, aprobada por el Congreso en controvertidas circunstancias, cambiaría la Constitución para permitir a Uribe continuar en el poder.

Los presidenciables no paran de aparecer en los medios ratificando sus deseos de reemplazar a Uribe, incluidos los múltiples herederos del presidente, Juan Manuel Santos, Andrés Felipe Arias y Germán Vargas Lleras. Santos es quien puntea las encuestas, y propuso ayer a los demás unirse a él para ser un candidato único del uribismo. Sin el actual presidente a la cabeza, su reconocido proyecto político-militar de mano dura con corazón fuerte está en veremos. “Me anima una ilusión: que nuestra democracia mejore el rumbo, pero que no abandone el rumbo”, dijo el primer mandatario desde Barranquilla, tras conocer el anuncio de la Corte. Se trata de la más importante decisión jurídica en la historia reciente, pues al derrotar el referendo se defendió el Estado de derecho sobre el estado de opinión. Pero lo más impactante tiene que ver con las fuertes repercusiones políticas. Todos los sectores empezaron a barajar sus cartas para acceder al trono presidencial.

En Cali, Uribe se reunió ayer, por separado, con Santos y Arias. Al primero, que le prometió “lealtad”, le dio la bendición, y del segundo dijo que se trata de “mi versión mejorada”. El guiño es para los dos, como la encrucijada en el alma que no le permitió nunca decir públicamente si quería ser, por tercera vez consecutiva, presidente del país. Aunque no se dieron declaraciones sobre el encuentro en Cali, en los medios se habla de una nueva iniciativa para darle continuidad al uribismo que se concretó allí. Germán Vargas, de Cambio Radical, separado del partido pero no del proyecto seguridad democrática, dijo que recibió “con entusiasmo” la noticia de la Corte, pero no acepta la propuesta de unirse a otros para la contienda electoral. Por su parte, el liberal Rafael Pardo aplaudió que “la Constitución está a salvo”.

Sergio Fajardo, candidato independiente, matemático y ex alcalde de Medellín, resulta ser uno de los más beneficiados con el nuevo rumbo político. Fajardo, junto con Santos, está arriba en las encuestas y dice confiar en que ganará las elecciones en la primera vuelta. Desde que el referendo empezó su trámite, Fajardo venía diciendo que Uribe no sería candidato. “El país debe asumir que Alvaro Uribe no estará más en el poder y debe darles la oportunidad a nuevos líderes”, afirmó ayer en Cali. Gustavo Petro, el candidato del opositor Polo Democrático Alternativo, reaccionó de manera llamativa. Se encargó de señalar que “Juan Manuel Santos debe ser el hombre más feliz en este momento”, en vez de reflexionar sobre lo que significa la histórica decisión para sus propios deseos de ser presidente.

En cuanto a la continuidad del uribismo, los ojos están sobre Santos. “La mejor manera de mostrar nuestro agradecimiento (a Uribe) es construir sobre lo avanzado. Por eso quiero ser presidente de la República, porque hemos logrado mucho y no podemos darnos el lujo de echar reversa, porque retroceder no es una opción”, afirmó el candidato del Partido de la U, uno de los políticos más experimentados en la contienda. Nunca ha ocupado un cargo de elección popular, pero fue el ministro más exitoso de Uribe. Al frente de la cartera de Defensa logró asesinar y capturar a los más importantes miembros de la cúpula de la guerrilla de las FARC, y además dirigió una lucha frontal contra los capos de la mafia. Sin embargo, no pudo detener el avance del proyecto paramilitar, lo que no le impide ser el más popular entre los uribistas. Es economista y administrador formado en Estados Unidos e Inglaterra. Pertenece a una familia influyente en el periodismo y es primo del vicepresidente Juan Manuel Santos, pero muchos señalan que no tiene el carisma de Uribe.

Hoy su principal contendiente es Andrés Felipe Arias, otro ministro de Uribe, que al frente de Agricultura creó uno de los programas más polémicos, Agro Ingreso Seguro, en el cual –según denunciaron los medios– se pagaron favores políticos a empresarios que apoyaron las campañas de Uribe. El escándalo no le impidió contar con un gran apoyo popular. Usando los mismos gestos y maneras afectuosas de hablar del presidente Uribe, Arias se ganó el alias de Uribito. Aún no tiene su puesto asegurado como candidato, pues no consigue el aval del Partido Conservador, por lo que tendrá que ganárselo en elecciones internas. Allí tendrá que ganarles a otras ex integrantes del equipo de Uribe como Noemí Sanín, única mujer presidenciable hasta ahora, pero que en dos ocasiones ha perdido las elecciones y que hoy no cuenta con muchos votos y popularidad. “Siento un vacío muy grande”, fue la opinión de Arias cuando se enteró del fracaso del referendo. En el encuentro de Cali, el presidente le agradeció su sinceridad. Otros políticos importantes no ahorraron en opiniones. Luis Guillermo Giraldo, promotor del referendo, se declaró a sí mismo culpable del fracaso. Los ex presidentes celebraron que al impedir una nueva reelección futura de Uribe se salvó la Constitución.