EL MUNDO › EL VICEPRESIDENTE DE EE.UU. RECHAZó LA MEDIDA DE TEL AVIV POR SER UN OBSTáCULO AL DIáLOGO
El gobierno israelí aprobó la polémica construcción de 1600 viviendas nuevas para colonos judíos en Jerusalén Este. Hasta hace unas semanas, el presidente palestino, Mahmud Abbas, se negaba a dialogar mientras no se frenen los asentamientos.
Israel aprobó ayer la polémica construcción de 1600 viviendas nuevas para colonos judíos en Jerusalén Este. La Casa Blanca condenó la medida inmediatamente y afirmó que la decisión no era bienvenida especialmente si se tiene en cuenta que se anunció cuando el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, está de visita en Israel y los territorios palestinos con el propósito de relanzar el proceso de paz.
Israelíes y palestinos tardaron menos de 24 horas en acompañar su aparente buena voluntad para el diálogo, con provocaciones al ansiado proceso de paz antes siquiera de que empiece a ser negociado. La decisión de Israel de construir 1600 casas judías en Jerusalén Este parece truncar todas las esperanzas de un diálogo fructífero en las próximas semanas. Tras quince meses de impasse en las negociaciones de paz, el anuncio el lunes del enviado especial estadounidense para Medio Oriente, George Mitchell, de que israelíes y palestinos comenzarían un diálogo indirecto con la mediación de Estados Unidos era recibido con sorpresa.
No sólo se hacía público a la misma hora en que el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, aterrizaba en Israel, sino pocas horas después de que Israel se atreviese a jugar con el punto más sensible de las negociaciones: el ministro israelí del Entorno, Gilad Erdan, anunciaba la construcción de 112 viviendas en una colonia de Cisjordania ocupada.
La construcción de las 1600 viviendas adicionales se hará en el barrio de Ramat Shlomo, una colonia judía en el sector oriental de la Ciudad Santa. La comunidad internacional no reconoce esta anexión. “La decisión de construir en Jerusalén Este significa que los esfuerzos de Estados Unidos fracasaron incluso antes del inicio de las negociaciones indirectas” entre israelíes y palestinos, declaró Nabil Abu Rudeina, vocero de los palestinos. “Está claro que Israel no quiere ni paz ni negociaciones y que el gobierno norteamericano tendrá que responder a las provocaciones israelíes inmediatamente y tomar una decisión urgente sobre una medida eficaz”, añadió.
Estos anuncios se producen después de que los palestinos aceptaron sin entusiasmo el principio de llevar a cabo durante un período limitado a cuatro meses discusiones indirectas con Israel a través del emisario estadounidense, George Mitchell. Horas antes del anuncio israelí, Biden había expresado su apoyo “absoluto y total” a la seguridad de Israel. “La piedra angular de nuestra relación es nuestro compromiso absoluto, total y sin reservas a favor de la seguridad de Israel”, declaró el vicepresidente norteamericano en rueda de prensa, tras entrevistarse con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
“No hay distancias entre Estados Unidos e Israel cuando se trata de la seguridad de Israel. Me alegra que tanto ustedes como las autoridades palestinas estén de acuerdo en lanzar negociaciones indirectas”, señaló Biden, el político estadounidense de mayor rango en visitar Israel y Cisjordania desde que Barack Obama asumió la presidencia hace un año.
La decisión que hace meses hubiese despertado la ira del gobierno de Ramalá ayer fue obviada por Mahmud Abbas, a quien le llovieron críticas dentro de su propio partido, Al Fatah, por “arrodillarse ante Israel”. Y es que el avance de la colonización judía en Cisjordania es la gran piedra en el zapato de Abbas durante el impasse de quince meses en el proceso de paz. Hasta hace unas semanas el presidente palestino se negaba rotundamente a intercambiar una sola palabra con Israel mientras no paralizase por completo las construcciones en asentamientos.
Netanyahu, que en noviembre respondió con un congelamiento parcial y temporal de las colonias durante diez meses –que en la práctica no fue respetado–, aparecía ayer como el caballo ganador. Sin embargo, el gobierno israelí podría estar abusando del beneplácito de Estados Unidos.
Poco después de conocerse la decisión de Israel, Biden emitió un comunicado en Washington criticando de forma inusualmente dura los nuevos planes israelíes. El anuncio es “justamente ese tipo de medida que socava la tan necesaria confianza y se contrapone con los diálogos constructivos que tuve aquí en Israel”, señaló. “Debemos crear una atmósfera que apoye las negociaciones y no una que las complique”, agregó. Si como decía ayer el jefe negociador palestino, Saeb Erekat, ésta es “la última oportunidad” para sentarse a hablar con el gobierno de Netanyahu, Israel tendrá que medir mucho los pasos a partir de ahora.
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