Desde Santiago

Cuando llega una llegan todas. Este viejo refrán refleja lo que está sucediendo en Chile. A las ya conocidas consecuencias del terremoto y el posterior tsunami que azotó la zona centro-sur del país el pasado 27 de febrero, una seguidilla de réplicas de magnitudes importantes, los consiguientes efectos económicos y sociales en la población y el duro comienzo de un nuevo gobierno, se sumó el apagón del pasado domingo, que dejó a más del 70 por ciento del país a oscuras, luego de que el Sistema Interconectado Central (SIC) dejara de funcionar intermitentemente por más de dos horas.

Como ha sido la tónica de las nuevas autoridades, encabezadas por el presidente Sebastián Piñera, las responsabilidades han sido endilgadas a los efectos de los sismos. El secretario general del debutante gobierno, Cristian Larroulet, afirmó que “es una consecuencia más del terremoto que afectó a nuestro país”.

El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, dio más datos al confirmar que la falla del servicio se debió a la caída de una central de 500 kilowats de potencia en Charrúa, región del Bio Bio (una de las zonas más devastadas por el terremoto), lo que habría provocado el efecto dominó en nueve de las quince regiones del país.

Y si de reacciones en cadena se trata, el apagón produjo varios problemas, principalmente en Santiago, donde cientos de personas debieron ser evacuadas de los vagones y de las estaciones del Metro. Lo mismo ocurrió en un recital en el centro de eventos Arena Santiago, donde diversas bandas realizaban un concierto en favor de los damnificados.

Situaciones similares se vivieron en casi todo el país, aumentando la confusión y el miedo, sobre todo en los lugares más golpeados por la naturaleza.

Mientras la ex secretaria de la Comisión Nacional de Energía de los gobierno de la Concertación, María Isabel González, explicaba ayer que después del terremoto, muchos de los equipos quedaron con problemas técnicos, por lo cual es probable que durante los próximos meses la ciudadanía se vea enfrentada a cortes similares, Piñera instaba a la población a ahorrar energía eléctrica, debido a la inestabilidad del sistema: “Al igual como ocurrió desde el terremoto del 27 de febrero, por los próximos siete días vamos a tener un sistema eléctrico inestable. Espero que esa estabilidad, que significa seguridad, se recupere íntegramente”. Si bien el 90 por ciento del suministro ya estaba reestablecido en la madrugada del lunes, las críticas al gobierno –principalmente por lo que consideran improvisación y desorden– no han parado. Piñera sigue visitando lugares y anunciando medidas de sol a sombra, pero ya muchos cuestionan la efectividad de ese ritmo de trabajo y si sus equipos podrán mantener esa marcha.

La Bolsa de Comercio de Santiago tuvo una caída del 0,85, cuyos papeles líderes fueron arrastrados por la baja de las acciones de las empresas eléctricas. En tanto, el índice general de la Bolsa santiaguina (IGPA) descendió un 0,66 por ciento, mientras se espera que el jueves Piñera se desprenda de otro paquete de acciones en LAN, en cumplimiento de sus promesas electorales.