Lun 16.12.2002

EL MUNDO

Los peligros de morder la mano que da de comer

El gobierno iraquí rompió un contrato de explotación con el gigante petrolero ruso Lukoil por sus contactos con sectores de la oposición. Rusia es un aliado de peso de Irak en la ONU.

Sorpresivamente, en momentos en que Estados Unidos continúa declamando sobre una guerra contra Irak, Saddam Hussein decidió romper un contrato petrolero firmado en 1997 con el gigante petrolero ruso Lukoil para la explotación de uno de los principales yacimientos petrolíferos del país. Algunos analistas consideran que la decisión, motivada por las versiones sobre contactos entre la oposición iraquí y la empresa rusa, puede restarle el apoyo de Rusia a la posición iraquí en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU. Los otros dos países con poder de veto en el Consejo, y que tienen varios negocios con Irak, son Francia y China.
“Bagdad se quedó sin defensores sólidos en Moscú tras su decisión de romper el contrato de explotación de uno de sus yacimientos petrolíferos más importantes, el West rna 2, al sur del país, que suscribió en 1997 con la primera compañía petrolera rusa”, estimó el experto político militar independiente Pavel Felgenhauer. “Era Lukoil quien marcaba las directrices de la política sobre Irak en el Ministerio de Relaciones Exteriores y en el Kremlin”, afirmó Felgenhauer. “El Kremlin deseaba desde hace tiempo renunciar a su apoyo a Irak, ahora ya puede hacerlo”, añadió el experto. Una fuente gubernamental rusa, citada por la agencia Ria Novosti, estimó que el gesto de Bagdad “arrebataba a Rusia una de sus razones más poderosas de oponerse a una intervención militar contra Irak”.
La ruptura del contrato fue anunciada por Irak el viernes, pero se conoció ayer. Dicho contrato había sido aprobado por el Parlamento iraquí, y aparentemente la ruptura fue firmada por un funcionario menor del Ministerio de Energía iraquí. Lukoil expresó su furia por el hecho y la Cancillería rusa prefirió ayer reaccionar con cautela, lamentando la decisión de Irak y expresando su deseo de que la disputa pueda solucionarse a través del diálogo. También Irak minimizó el alcance de la noticia: el vicepresidente iraquí, Taha Yassin Ramadan, se reunió ayer con el embajador ruso en Bagdad y dijo que la relación con Rusia no había cambiado. “Rusia tiene importantes intereses en la región, en Irán y en Medio Oriente. No variará su posición por algunos barriles de petróleo”, declaró el embajador.
Según el politólogo ruso Andrei Piontkovski, Saddam Hussein “explotó” de ira cuando se enteró de los presuntos contactos que mantuvieron los dirigentes de la petrolera Lukoil con miembros de la oposición iraquí en el exilio. En cualquier caso, dice el politólogo, la decisión iraquí de romper el contrato contribuirá a clarificar la situación. Hasta ahora, según Piontkovski, Moscú estaba “sentada entre dos sillas: Lukoil apoyaba a Irak, mientras el presidente Vladimir Putin apostaba por Estados Unidos”.
Por otra parte, ayer llegaron 15 inspectores de armas más a Bagdad, con lo que el equipo asciende a 105. Las inspecciones continuaron ayer sin problemas, mientras las 12.000 páginas que tiene la declaración de armas entregada por Irak hace más de una semana sigue siendo analizada por Estados Unidos y la ONU.

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