Mar 17.12.2002

EL MUNDO  › LA OPOSICION CORTO UN SECTOR DE CARACAS Y PROMETE MARCHAS

De las refinerías a las avenidas

Mientras el gobierno dice que la situación en la industria petrolera mejora e intenta retomar el complejo refinero clave de Paraguaná, la oposición organizará otra “toma de Caracas” el jueves. Washington dejó de pedir elecciones y se inclina por el referéndum.

La huelga general contra el gobierno de Hugo Chávez entró en su tercera semana y sus organizadores siguen envalentonados. La oposición cortó ayer varias arterias centrales de la capital y la Policía Metropolitana debió dispersar varios enfrentamientos con gases lacrimógenos, aunque no hubo heridos. Para el jueves, la oposición venezolana organizará una marcha para exigir la renuncia del presidente, similar a la “Toma de Caracas” del sábado pasado. Mientras el Washington Post decía que Chávez reconocía que podría dimitir si la violencia vuelve ingobernable el país, el gobierno afirmó ayer que lo peor de la huelga ya pasó y que se está logrando el normal abastecimiento de alimentos y combustibles (ver nota aparte), para lo cual está intentando retomar el complejo refinero de Paraguaná, el más grande del mundo.
El vicepresidente José Vicente Rangel no descartó la búsqueda de una “salida electoral”, en tanto el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, se vio obligado a rectificar las declaraciones de Estados Unidos del viernes, donde pedía el adelantamiento de las elecciones. Fleischer declaró ayer que en realidad se refería a “un referéndum”, como es la postura del propio gobierno de Chávez. El embajador venezolano en Roma, Fernando Gerbasi, renunció a su cargo porque “no puedo representar a un presidente que no respeta el Estado de derecho”.
En una entrevista que dio el sábado al Washington Post y que fue publicada ayer, Chávez no descartó dimitir si la violencia y la crisis económica vuelven ingobernable el país. Afirmó que el intento de la oposición de convertir a Venezuela en un caos social y obligarlo a renunciar está bajo control. “Si me doy cuenta de que he fallado, podría renunciar. Pero no si me ponen un revólver en la cabeza”, dijo Chávez. Según el diario, Chávez se mostró tan confiado en su habilidad para reactivar la economía y mantener su apoyo político que descartó la posibilidad de convocar a elecciones presidenciales anticipadas, la solución que había sugerido Washington el viernes. El mandatario dijo que la única solución aceptable para salir de la crisis es realizar un referendo en agosto del año que viene, y que la situación no es tan grave, sino que se trata de la propaganda. En este sentido, Chávez comparó la cobertura mediática de la crisis venezolana con la propaganda de Hitler y pidió apoyo internacional a su gobierno.
También señaló que importó carne, arroz y leche de Colombia y República Dominicana para solucionar el desabastecimiento de alimentos. Y que cuatro tanques con dos millones de crudo zarparon hacia Estados Unidos. Esta sería la primera exportación de petróleo desde que empezó la huelga. Mientras, el precio del crudo en Nueva York aumentó a 30.12 dólares el barril por la paralización de la industria petrolera venezolana.
El vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, dejó abierta la posibilidad de adelantar las elecciones presidenciales. En una entrevista que ayer publicó el diario mexicano El Universal, Rangel dijo que en Venezuela “existe un contexto de violencia, de tensión y eso debe ser conversado”. También dijo que “podemos discutir la cuestión electoral y decidiremos cuál es el mecanismo más adecuado”, después de que Estados Unidos reclamara comicios adelantados. Rangel dijo que el gobierno de Chávez no teme el voto popular, ya que obtuvo su respaldo en siete elecciones. “No existen motivos para pensar que perderíamos una más.” En Miami, el ministro de Finanzas Tobías Nóbrega fue escrachado por un grupo de venezolanos antichavistas que se encontraron con el funcionario en un hotel de esa ciudad.
La oposición antichavista planea subir el tono de sus movilizaciones. Para este jueves organizará la “Gran Toma de Caracas”, donde dos millones de personas, según sus estimaciones, marcharán hasta el palacio presidencial de Miraflores, en Caracas. “Por razones de estrategia no queremos hacer el anuncio antes de tiempo”, advirtió el dirigente antichavista Jesús Torrealba. “El oficialismo maneja grupos con gran movilidad y agresividad y no podemos exponer a la gente al fuego de estosseñores”, agregó. Por el momento, la oposición no planea levantar el paro general contra Chávez, que ayer entró en su tercera semana consecutiva. “Ni el 24 ni el 31 de diciembre serán obstáculos para seguir la pelea”, dijo un opositor al recalcar que el paro podrá seguir indefinidamente.
En todo caso, parece que la oposición también está dispuesta a recurrir a las tácticas que endilga al propio gobierno. Es el caso de las bandas. Los antichavistas suelen acusar al gobierno de animar a bandas armadas bajo el rótulo de los Círculos Bolivarianos, cuyas acciones se concentraron en los últimos días en los medios privados de comunicación. Pues bien, ayer surgieron denuncias sobre grupos de motoqueros de clase media alta que echaron, el sábado, a los clientes de restaurantes y bares de Caracas y obligaron a sus propietarios a unirse a la huelga. “Se va todo el mundo porque aquí estamos de paro”, dijo una mujer de 30 años que llegó en moto a una pizzería del coqueto barrio de La Castellana, al este de Caracas. Mientras, la policía del municipio de Chacao, cuyo alcalde es el opositor Leopoldo López, se mostró impasible.

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