EL MUNDO › SUS DICHOS COINCIDEN CON LA VISITA DEL ENVIADO DE OBAMA
› Por Catrina Stewart *
Desde Jerusalén
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechazó el pedido de Estados Unidos de congelar la construcción de viviendas en Jerusalén Este, creando una amenaza clave para la renovación de las conversaciones de paz justo cuando el enviado de Washington a Medio Oriente llegó a la ciudad.
“Digo una cosa. No habrá congelamiento en Jerusalén”, dijo Netanyahu durante una entrevista en el Canal 2 de Israel anoche. “No debería haber ninguna precondición a las conversaciones.”
El líder israelí había respondido formalmente al pedido de congelamiento de las construcciones de la administración Obama durante el fin de semana, informó The Wall Street Journal (WST). Sus comentarios públicos, hechos justo después de la llegada de George Mitchell, en su primera visita en seis semanas, parecía cronometrada para socavar la tarea del enviado de la Casa Blanca para reavivar las negociaciones entre los israelíes y los palestinos.
Los palestinos han pedido un total congelamiento de las construcciones en Cisjordania y la anexada Jerusalén Este, capturados por Israel en 1967, antes de regresar a las conversaciones de paz, que han estado paralizadas durante más de un año. “Es un desastre”, dijo Moshe Ma’oz, profesor de estudios islámicos y de Medio Oriente en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Los asentamientos judíos son “el quid de la cuestión para los palestinos. No se qué es santo para los judíos sobre Abu Dis y Sheik Jarrah (barrios palestinos)”.
El momento elegido por Netanyahu para dar a conocer su decisión envía un fuerte mensaje al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien ha invertido un significativo capital político para lograr un tratado de paz en Medio Oriente. Se informó que el mandatario le presentó a Netanyahu una lista de medidas, entre ellas la paralización de las construcciones, durante una reunión en la Casa Blanca a fines de marzo destinada a conseguir que los palestinos volvieran a la mesa de negociaciones. Washington puso su mejor diplomacia en stand-by mientras esperaba la respuesta israelí.
Las construcciones judías en Jerusalén Este, internacionalmente reconocido como territorio ocupado, en un tema profundamente contencioso. Ahí viven unos 180.000 judíos y 250.000 palestinos. Los palestinos reclaman la parte Este de Jerusalén –que Israel capturó en 1967 y luego anexó– como capital de su futuro Estado independiente y temen que Israel busque predeterminar su destino y hacer que sean una minoría ahí. Netanyahu insistió en que Israel retendrá toda la ciudad y la mantendrá como su capital.
Mark Regev, el vocero de Netanyahu, insistió ayer en que Israel estaba comprometido a mantener conversaciones de paz con los palestinos. En un esfuerzo por mostrar su voluntad, Israel aceptó hacer varias otras concesiones, como aliviar el flujo de bienes a la Franja de Gaza, la libertad de los prisioneros palestinos y la remoción de algunos retenes en Cisjordania, informó el WST.
Pero la falta de movimiento de Israel sobre los asentamientos complicará probablemente la misión de Mitchell cuando trate de convencer a los palestinos de volver a la mesa de negociaciones. El jefe negociador palestino, Saeb Erekat, dijo que la posición de Netanyahu era “muy desafortunada” y agregó que esperaba que Estados Unidos “sea capaz de convencer al gobierno israelí de dar una oportunidad a la paz frenando la construcción de colonias en Jerusalén Este y en todas partes”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.(Versión para móviles / versión de escritorio)
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