EL MUNDO › LA EUROZONA ESPERA QUE EL ANUNCIADO RESCATE A GRECIA CALME LOS MERCADOS
El paquete de ayuda propuesto le dará a Grecia casi 110.000 millones de euros en préstamos de la Unión Europea y del FMI durante los próximos tres años. Atenas se compromete a una austeridad a la que se oponen los sindicatos.
› Por John Lichfield *
Desde París
Los gobiernos de Europa esperan ansiosamente esta mañana las repercusiones que tendrá en el mercado financiero global el plan de rescate de 110.000 millones de euros por tres años dispuesto para Grecia, finalmente acordado ayer en sus lineamientos por los países de la Eurozona y el FMI.
El plan, que estaba siendo terminado por los ministros de Economía del conjunto de estados miembro en Bruselas anoche, es más concreto y vastamente más caro que el anterior, teniendo en cuenta que las promesas de rescate de la Unión Europea han fracasado en estabilizar los mercados griegos y la Eurozona en semanas recientes.
Los temores a que las dificultades económicas arrastren a otros países seriamente endeudados de la Unión –incluyendo a Portugal y a España y que podrían poner en jaque al mismísimo euro– finalmente forzaron a que la canciller alemana Angela Merkel se guardara sus objeciones sobre el rescate a Grecia. La jefa de Gobierno afirmó que impulsará el acuerdo –el cual involucra un nuevo compromiso de austeridad para Atenas– a través de su parlamento el viernes. Otros políticos alemanes advirtieron, sin embargo, que la aprobación en el Congreso de Berlín dista de ser una conclusión definitiva para el tema.
El paquete de ayuda propuesto le dará a Grecia casi 110.000 millones de euros en préstamos de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional durante los próximos tres años buscando reemplazar futuras necesidades de prestaciones a tarifas exorbitantes de mercado. Este será el primer rescate a un país de la Eurozona.
A cambio de esto, el gobierno del primer ministro George Papandreu se comprometió a un draconiano plan de ajuste que lleve a reducir su déficit público cercano al 14 por ciento a un 8,1 por ciento este año mediante la imposición de recortes incluso más fuertes a los salarios del sector público, reducción de las pensiones y un aumento del 2 por ciento en impuestos como el IVA, que ascenderá a un 23 por ciento en su valor.
En anticipación al respaldo financiero, un visiblemente preocupado Papandreu anunció en una reunión de gabinete –transmitida por la televisión griega en directo– la nueva ronda de medidas de austeridad. “Este paquete de ayuda sin precedentes requerirá en igual medida un esfuerzo sin precedentes de nuestra ciudadanía. Estos sacrificios nos darán espacio para respirar y el tiempo que necesitamos para hacer grandes cambios. Quiero decirle al pueblo griego con honestidad que tenemos una gran tarea frente a nosotros”, señaló el premier.
Muchos ciudadanos del país –y algunos economistas extranjeros– han advertido que la dosis de la medicina aplicada será tan fuerte que sin quererlo podría matar al paciente, hundiendo a Grecia en una depresión económica aún más profunda. “Estas medidas son duras e injustas. Llevarán a los trabajadores a la miseria y al país a una recesión más profunda”, aseguró el vocero de la Confederación de Trabajadores Griegos (GSEE), Stathis Anestis.
Durante las últimas seis semanas, la Unión Europea ha jugado un juego de gallinas con el mercado financiero. Media docena de vagas promesas fueron hechas por los gobiernos de la Eurozona, indicando que se mantendrían al “pie del cañón” por Grecia. Las declaraciones estaban destinadas a ahuyentar a especuladores que apostaban por el default de Atenas. Sin embargo, los amagos de los países del bloque hicieron que las tácticas especulativas disminuyeran por momentos, para volver con más fuerza en el transcurso de los últimos días.
Mientras la especulación aumentaba, el costo de los préstamos al gobierno griego se incrementaba y Atenas era empujada hacia el default o la insolvencia. El acuerdo de ayer fue el primero en poner los puntos sobre las íes y delimitar el valor, los períodos y las condiciones del préstamo. Sin embargo, los críticos apuntan a que un pacto similar hace un mes podría haberle costado muchísimo menos a la UE y al pueblo griego.
Funcionarios del gobierno de Alemania aseguraron que simplemente no existían las condiciones políticas para que la canciller Merkel firmara el préstamo con anterioridad. Algunos políticos señalan que Berlín dio la bienvenida a las especulaciones como medio para disminuir el valor del euro. En días recientes, el valor de la moneda cayó a su nivel más bajo en el último año. Las exportaciones alemanas, ya sanas antes de la crisis, ahora están en auge. El éxito del plan de rescate ya no será medido en términos de si los mercados financieros le dan un recreo a Grecia. Los gobiernos de la Unión Europea también buscan que los bancos y los fondos especulativos se den cuenta de que si apuestan por el default de cualquier país de la Eurozona, llevan las de perder.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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