Mié 02.06.2010

EL MUNDO  › ABU AL YAZID COMANDABA LA GUERRA AFGANA PARA LA RED TERRORISTA DE OSAMA BIN LADEN

Un misil mató a un líder de Al Qaida

Se cree que Yazid, de 54 años, también conocido como Sheik Sa’id al Masri, fue muerto en el pueblo de Boya, cerca de Miranshah, en el norte de Waziristán, una región fronteriza que ha sido un baluarte del talibán afgano.

› Por Kim Sengupta *

Uno de los principales lugartenientes de Osama bin Laden, a cargo de la guerra afgana de Al Qaida, murió durante un ataque aéreo –se supo ayer– en la víspera de la “paz jirga” dirigida a ponerle fin al brutal conflicto del país. El asesinato de Mustafa Abu al Yazid dentro de Pakistán, con misiles disparados desde un avión no tripulado el mes pasado, fue recibido como un gran éxito por la OTAN. El veterano jihadista nacido en Egipto era uno de los miembros fundadores de Al Qaida y era considerado la tercera figura más poderosa de la organización.

Se cree que Yazid, de 54 años, también conocido como Sheik Sa’id al Masri, fue muerto en el pueblo de Boya cerca de Miran-shah, en el norte de Waziristán, una región fronteriza que ha sido un baluarte del talibán afgano y paquistaní y de combatientes extranjeros. Una declaración de Al Qaida subida a un sitio web islamista dijo que la mujer de Yasid, tres hijas y una nieta también murieron cuando un misil impactó el complejo donde se estaba quedando. “Su muerte sólo será una fuerte maldición sobre los infieles”, decía el mensaje.

Yazid fue arrestado por la muerte del presidente egipcio Anwar Sadat en 1981 y pasó tiempo en la cárcel con Ayman al Zawahiri, un compañero egipcio que se convertiría en el segundo de Al Qaida, antes de ir a Afganistán a unirse a la lucha contra los rusos. Para 1991 estaba viajando con Bin Laden cuando se fue de Afganistán a Sudán, trabajó como contador en la empresa de construcción de Bin Laden antes de que ambos regresaran a Kabul, controlado por los talibán en 1996. Se convirtió en un cercano confidente de Bin Laden y se dice que fue el encargado de financiar los ataques del 11 de septiembre en Nueva York.

Se cree que Yazid heredó el puesto del número tres de Al Qaida después de que su predecesor, Abu Ubaidah al Masri, muriera de hepatitis en Pakistán. Recientemente se había convertido en una figura en los videos emitidos por Al Sahab, el brazo mediático de Al Qaida, elogiando los ataques islamistas en varios países y los “martirios” de aquellos que habían caído en la lucha.

Su última aparición pública fue el 4 de mayo, cuando leyó los responsos para Abu Omar al Baghdadi y Abu Ayyub al Masri, los altos comandantes de Al Qaida en Irak muertos por el gobierno iraquí y las fuerzas estadounidenses. La creciente frecuencia de sus videos hizo crecer su perfil en la red internacional jihadista. Sin embargo, también atrajo más interés de los servicios de inteligencia occidentales y les facilitó poder rastrear sus movimientos.

Aunque Al Qaida también está involucrada en la insurgencia afgana, su rol ha sido relativamente limitado. Se dice que Yazid, un hablante fluido de pashto, fue requerido por Bin Laden para establecer operaciones conjuntas con el talibán y otras redes militantes como los grupos Gulbuddin Hekmatyar y Jalaluddin Haqqani.

Ninguno de estos grupos insurgentes estará representado entre los 1600 delegados que deberán reunirse bajo una enorme tienda en Kabul hoy, después de que los insurgentes declararan que la conferencia era un ejercicio sin sentido. En el otro lado del espectro político y social existía la preocupación de que el gobierno del presidente Hamid Karzi pudiera ceder en temas tales como los derechos femeninos para llegar a un trato con los militantes fundamentalistas en el Pashtun sur.

Fauzia Kofi, una miembro del Parlamento Tajik de Badakshshan en el norte, una de las delegadas femeninas que constituyen el 20 por ciento de la conferencia, dijo: “Este programa con Karzai suena como una clase de trato con el talibán. Estamos muy preocupados”.

Sin embargo, el gobierno afgano insistió en que la conferencia ayudará a construir un consenso sobre cómo llevar a la insurgencia a un final negociable. Farooq Wardak, el principal organizador, dijo: “Los participantes debatirán entre ellos durante tres días o más y eventualmente surgirán con un plan para presentarle al presidente sobre negociaciones de paz”.

Para Occidente, algún tipo de progreso en el frente político en Afganistán también es algo conveniente, frente a la antipatía interna hacia la guerra que llevó a países como Canadá y los Países Bajos a retirar sus tropas. “Es importante para los públicos afganos y occidentales saber que algo se está produciendo”, dijo Vygaudas Usackas, el embajador de la Unión Europea en Afganistán.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

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