EL MUNDO › EL GOBIERNO DE LíNEA DURA CON LAS FARC ANUNCIó QUE LIBERó A TRES SECUESTRADOS DE LA GUERRILLA
El candidato Juan Manuel Santos aprovechó la operación militar de ayer para reafirmar que no está de acuerdo con el intercambio humanitario que reclamen los familiares. Su rival Antanas Mockus declaró que él tampoco aprueba un canje.
› Por Katalina Vásquez Guzmán
Desde Medellín
En una fuerte operación militar, como la que resistió el día de su secuestro, el general Luis Mendieta fue rescatado de las manos de la guerrilla de las FARC. Ayer, día de su cumpleaños, terminó su cautiverio de 12 años. Para sacarlo vivo y sano de la selva, las Fuerzas Militares comenzaron un operativo desde noviembre pasado, que también dio como resultado la liberación del coronel Enrique Murillo y el sargento mayor Arbey Delgado. El éxito militar dispara la ya alta popularidad del presidente Alvaro Uribe, y de su candidato a la presidencia, Juan Manuel Santos, a una semana del ballottage.
Por las condiciones del clima, los liberados no pudieron salir de la zona selvática ayer mismo, pese a que su rescate se produjo al mediodía. Al cierre de esta edición, el contingente con los policías, enfermos y desnutridos, intentaba llegar por tierra a San José del Guaviare, capital del Oriente del país. Alimentos concentrados y revisiones médicas fueron las primeras atenciones para los ex rehenes al momento de la liberación en una zona de bosque espeso entre los ríos Inírida y Guaviare. La base Barrancón, una de las siete ocupadas por Estados Unidos, sería el destino de los uniformados antes de volar hacia Bogotá, donde los familiares los esperan hoy junto a los dirigentes políticos y la cúpula militar.
El presidente Uribe, quien dio el anuncio emocionado desde un consejo comunal en la provincia de Chocó (Occidente), sería el principal anfitrión. Le quedan menos de 50 días en la presidencia y el golpe de ayer se convierte, según analistas, en el cierre de oro de un gobierno cuyo principal cometido fue acabar con la guerrilla y devolver la seguridad al país. “Qué hermoso y alegre día para Colombia, con este nuevo triunfo para nuestra patria y para nuestra seguridad democrática”, dijo Juan Manuel Santos, candidato del Partido de la U, que aprovechó lo de ayer para reafirmar que no está de acuerdo con el intercambio humanitario que exigen los familiares de una veintena de policías y militares aún privados de la libertad. En su eventual gobierno, según Santos, “canje no va a haber porque eso estimularía el secuestro”.
Este logro militar representa un espaldarazo para el ex ministro de Uribe, quien se perfila como ganador de las elecciones presidenciales con el 60 por ciento de la intención de voto. Su contendiente Antanas Mockus, candidato del Partido Verde, felicitó a las fuerzas militares y recordó que tampoco él negociaría con la guerrilla la libertad de militares y civiles (ver recuadro).
Mendieta era el secuestrado de mayor rango y con más tiempo en poder de los rebeldes. Durante su cautiverio fue ascendido de coronel a general. Mendieta y Murillo fueron secuestrados en la llamada Toma de Mitú, en 1998, cuando por 72 horas soportaron el ataque de la guerrilla al pequeño pueblo. Sobrevivieron a los tiros de fusiles, las ametralladoras y los misiles caseros que asesinaron a 51 personas. Otras 60 quedaron heridas y fueron tomadas como rehenes. En una de las pruebas de vida que la guerrilla permitió enviar a su familia, Mendieta describe los horrores del secuestro que ayer llegó a su fin. Contó que tenía llagas, paludismo y no podía caminar. “Me tocaba arrastrarme para ir al baño por el barro únicamente con la ayuda de mis brazos porque no podía levantarme”, le escribió a su esposa, hoy “la mujer más feliz del mundo”, como les dijo a los medios gritando y llorando. “Le pedía al señor que lo trajera. Como está de happy birthday le hicimos una gallina”, narró la hermana, María Ovalle. Leonardo, el hijo de Murillo, podrá al fin conocer a su papá, que perdió la libertad cuando el pequeño aún no había nacido.
En 2001, cuando el presidente Andrés Pastrana realizó un intercambio con los rebeldes, fueron liberados 55 de los retenidos de Mitú. Dos más murieron durante el secuestro, y uno se escapó. De este grupo sólo resta César Augusto Lasso por liberar, a quien le queda la opción del rescate o la decisión de la fuga, porque las FARC anunciaron que no liberarían un secuestrado más como gesto humanitario. Si un guerrillero arrepentido entrega información del paradero de los secuestrados, como ocurrió en la operación que ayer terminó con éxito, es una puerta para la libertad, pero también un riesgo. Los rebeldes podrán “reaccionar”, como invitó ayer el comisionado de Paz Frank Pearl, con su completa desmovilización, como lo sugiere el gobierno, o con el asesinato de los “canjeables”, como ocurre en esta guerra cuando el rescate no es un triunfo y no es temporada electoral.
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