EL MUNDO › PIDIó REFORMAS EN EL SECTOR PETROLERO Y FUE DURO CON BP
Adelantó que impulsará un plan de restauración a largo plazo para el Golfo de México, que también buscará compensar las secuelas que dejó el huracán Katrina. BP pagará los costos por el impacto que provoque el derrame.
Barack Obama dedicó ayer su primer discurso en la Oficina Oval en horario estelar a prometer una pronta solución al derrame petrolero en el Golfo de México. Habló poco –unos 18 minutos– y fue muy concreto en sus reclamos: British Petroleum (BP) debe hacerse cargo de las pérdidas de las empresas y familias que se vieron afectadas en los estados de Mississippi, Alabama y Florida y debe garantizar la extracción de todo el petróleo derramado en el golfo. Además, planteó dos demandas para el Estado norteamericano: imponer medidas de seguridad y planes de contingencia más estrictos a las empresas petroleras, como BP, y aprobar una amplia reforma energética, que incluya también una ley de medio ambiente que sancione duramente las emisiones de carbono excedentes.
El presidente norteamericano arrancó diciendo lo que la mayoría de los norteamericanos quería escuchar. “Le haremos pagar a BP todo lo que sea necesario”, sentenció con contundencia y a continuación enumeró las tareas que vendrán en los próximos días y semanas. “BP debe separar fondos para compensar a las familias afectadas. Este fondo no será manejado por BP, será administrado por una tercera parte”, explicó el mandatario, quien adelantó que presentará el reclamo hoy en la reunión que mantendrá con los ejecutivos de la petrolera en la Casa Blanca. También adelantó que impulsará un plan de restauración a largo plazo para el Golfo de México, que también buscará compensar las secuelas que dejó el huracán Katrina. BP pagará los costos por el impacto que provoque el derrame y la gestión estará a cargo del secretario de la Marina y ex gobernador de Mississippi, Ray Mabus.
Eso sí, aclaró Obama, manteniendo un hablar pausado y calmo, los resultados tardarán en llegar. “Una operación de esta dimensión nunca será perfecta. Si hay quejas, queremos escucharlas; si hay problemas, queremos arreglarlos”, aseguró el presidente, intentando compensar la ineficacia demostrada por BP y por el propio gobierno. Pero su principal apuesta fue –en palabras de su jefe de Gabinete, Rahm Emanuel– convertir la crisis en una oportunidad.
“Hace décadas que sabemos que el petróleo barato y accesible tenía los días contados”, anunció Obama, en lo que parecía que sería el preludio a su tan esperada reforma energética. Pero no lo hizo. Recordó que el año pasado los congresistas demócratas aprobaron una ley contra el cambio climático, pero cuestionó a los que sostienen que ejecutarla conllevaría un costo demasiado grande para la difícil situación económica del país. “Creo que no podemos darnos el lujo de no cambiar la forma en que producimos y utilizamos la energía. Por eso estoy abierto a escuchar otras ideas de cualquier partido”, señaló el mandatario, dejando en offside a los medios que habían adelantado un proyecto de reforma energética ambiciosa, al estilo de la del sistema de salud que se aprobó en 2009.
Obama había comenzado su día recorriendo las playas turísticas de Pensacola, una de las zonas afectadas por el derrame en el estado sureño de Florida. Se reunió con empresarios locales para escuchar cómo los afectó la llegada de la marea negra y el cierre de algunas costas y pantanos, claves para la industria pesquera regional. Más tarde visitó la Estación Naval de Pensacola, en donde dio un discurso en clave castrense sobre el problema. “Este es un ataque a nuestras costas y vamos a combatirlo con todo lo que tenemos, y eso incluye movilizar los recursos de las mejores fuerzas armadas del mundo”, explicó el mandatario norteamericano, ganándose la aprobación del auditorio uniformado.
En Pensacola selló su gira de dos días por la región del Golfo de México afectada, que incluyó también las costas de los estados de Mississippi, Alabama y Florida. “La gente tiene toda la razón de enojarse. Este no es sólo un desastre ambiental. Para muchas familias es un desastre familiar”, aseguró el mandatario, en unas de sus paradas, luego de hablar con las personas que se acercaban a reclamarle una solución rápida y efectiva. Luego de disertar durante varios minutos, su conclusión era siempre la misma: “Mi gobierno hará todo lo que sea necesario, durante el tiempo que sea necesario”.
La promesa, que repitió nuevamente anoche en su discurso televisivo, significa poco a ocho semanas de la explosión de la plataforma marítima en pleno Golfo de México.
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