El canciller del Vaticano, Dominique Mamberti, se autofelicitó por la liberación de un preso político cubano el sábado pasado y prometió seguir avanzando en el diálogo con el gobierno de Raúl Castro. El líder católico llegó a La Habana ayer, oficialmente, para participar de la Décima Semana Social Católica y conmemorar los 75 años de relaciones entre la Santa Sede y Cuba. Extraoficialmente aprovechó para agradecer los gestos de Castro de excarcelar a Ariel Sigler, un opositor parapléjico preso desde 2003, y trasladar a otros 12 detenidos a prisiones ubicadas en sus provincias de origen, más cerca de sus familias. “Naturalmente nos felicitamos por el diálogo que está ahora en curso y espero que se fortalezca también con mi visita. Es muy importante, ya se ven los frutos de esto, también me felicito”, aseguró monseñor Mamberti, tras conversar con el canciller cubano, Bruno Rodríguez.

El miembro del clero se quedará cinco días en Cuba y ya adelantó que no se reunirá con líderes de la oposición, como las Damas de Blanco. No quiere que nada ni nadie ponga en peligro el buen diálogo establecido con el gobierno comunista. “Están dadas todas las condiciones para que continúen estos fructíferos intercambios. Mi visita contribuirá a fortalecer las buenas relaciones entre Cuba y la Santa Sede y también las buenas relaciones, el diálogo, entre la Iglesia en Cuba y las autoridades cubanas”, contó a los medios, que siguen de cerca su visita. Sus palabras aumentaron el entusiasmo entre los disidentes cubanos, que ayer estimaban que el gobierno podría anunciar más liberaciones pronto, probablemente de los presos más enfermos. Según los cálculos de la oposición, el Estado cubano mantiene tras las rejas a unos 200 dirigentes, de los cuales se cree que 25 sufren problemas de salud.

Tras la reunión con el canciller cubano, monseñor Mamberti inauguró la Décima Semana Social Católica, durante la cual expertos de dentro y fuera de la Iglesia debatirán a puertas cerradas asuntos sociales y políticos del país y del mundo. Entre los temas de la agenda de las charlas se destacan el espacio público de la Iglesia en Cuba y el diálogo y la reconciliación entre cubanos. En otro gesto inédito, la isla aceptó la participación de cubanos que viven en Estados Unidos, como el vicerrector de la Universidad de Harvard, Jorge Ignacio Domínguez, y el economista Carmelo Mesa-Lago.

Desde la visita del fallecido Juan Pablo II en 1998, el Vaticano empezó un proceso de acercamiento a la isla y, especialmente, a su gobierno. En 2008, a las pocas semanas de la asunción de Raúl Castro como presidente de la Nación, la Santa Sede envió al cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone. Fue una visita clave en un momento clave. Hoy, cuando las relaciones entre Cuba y Estados Unidos y Europa parecen haber vuelto a congelarse (por la muerte del preso político Orlando Zapata tras 85 días en huelga de hambre), el Vaticano volvió a tomar la batuta y abrió un canal de diálogo internacional con Castro.