Tras el espectacular intercambio de espías entre Estados Unidos y Rusia a comienzos de julio en Viena, el primer ministro ruso Vladimir Putin se reunió con los diez agentes de Inteligencia liberados. Según contó el mismo mandatario, los espías que volvieron al frío charlaron animadamente con el también ex agente de la KGB y le agradecieron las gestiones ante Washington. “Ellos continuarán trabajando para nosotros. Les encontraremos un lugar digno”, les prometió Putin, durante una visita que realiza por Ucrania. El ex KGB no quiso detallar dónde ni cuándo se encontró con los agentes descubiertos a fines de junio pasado por el FBI.

Muy distendido, Putin relató que les preguntó por sus vidas, sus gustos y sus aspiraciones. “Hablamos sobre la vida y también cantamos canciones”, aseguró el actual premier y ex presidente ruso. En ningún momento habló de ellos en términos de espías, pero lejos quedaron las negativas tajantes e indignadas del gobierno de Rusia ante las acusaciones del FBI y de Washington.

A finales de junio pasado, el FBI anunció con bombos y platillos que había desbaratado una red de espionaje ruso, que incluía a una decena de personas, todos ciudadanos rusos. Los detuvieron, confiscaron sus computadoras y allanaron sus casas en los suburbios, ante la mirada atónita de sus vecinos. Inmediatamente los sentaron en un tribunal y ante los ojos del mundo los acusaron de espiar para el Kremlin. Pero antes que el proceso pudiera avanzar, comenzaron los rumores de un posible intercambio de prisioneros, como en los tiempos de la Guerra Fría.

Mientras que la Justicia norteamericana retrasaba las audiencias, Rusia trasladaba a la capital a varios detenidos acusados de pasar información a las potencias occidentales. Después de dos días de incontables versiones periodísticas, dos aviones se encontraron en el aeropuerto internacional de Viena, uno proveniente de Estados Unidos y el otro de Rusia. El intercambio se realizó allí mismo, dándole un cierre a uno de los affaires de espionaje más extraños de los últimos años.