EL MUNDO › EMBARQUES CON DESTINO INCIERTO, SUBA DE PRECIOS, PROTESTA Y REPRESIóN
Esta semana se inició una huelga regional en el sur exigiendo que se pare la exportación de gas y ya hubo un manifestante muerto.
› Por Carlos Noriega
Desde Lima
Movilizaciones de protesta y bloqueo de carreteras han sido la respuesta a la exportación de gas que se inició hace un mes y compromete la mitad de las reservas del país, afectando el abastecimiento interno. La guerra del gas, que tiene su epicentro en el sur del país, dejó el martes un muerto en Cusco, región donde se encuentran los yacimientos gasíferos pero que, como todo el sur, no tiene acceso a este recurso energético. Esta semana, coincidiendo con el comienzo del último año del gobierno de Alan García, se inició una huelga regional en el sur exigiendo que se pare la exportación de gas –parte de la cual podría ir a la Argentina– cuestionada por comprometer el abastecimiento interno y por realizarse a un precio varias veces menor de lo que debe pagar el consumidor local. En medio de esta guerra está la petrolera argentina Pluspetrol, una de las empresas que integran el Consorcio Camisea, encargado de la explotación y venta del gas.
Ante las crecientes protestas, el gobierno ha retrocedido parcialmente y ha anunciado una renegociación del contrato de exportación para aumentar las regalías que cobra el Estado por exportar el gas. En su mensaje a la Nación dado el último miércoles ante el Congreso, al cumplirse el cuarto año de su gobierno, el presidente Alan García, en un intento por calmar las protestas en el sur, aseguró que esa zona del país recibirá gas, pero insistió en defender la cuestionada exportación de este hidrocarburo.
Pero los anuncios no han calmado las protestas. “Alan García ha ensayado burdas mentiras para justificar la exportación, como negar el evidente desabastecimiento interno, inflar el nivel de reservas y asegurar que la exportación ha permitido la inversión para explotar el gas, lo que es falso porque esa inversión fue anterior al contrato de exportación”, asegura el ex diputado Manuel Dammert, miembro del Foro Soberanía Energética, que encabeza la oposición a la exportación de gas.
El gobierno asegura que sí existen reservas para exportar y abastecer el mercado interno, pero empresas industriales y generadoras de electricidad ya tienen problemas para abastecerse del gas que requieren porque éste está reservado para la exportación. “No estamos en condiciones de exportar gas, ya enfrentamos problemas de desabastecimiento interno. Las industrias ya están sintiendo este desabastecimiento y las tarifas eléctricas subirán un 30 por ciento por falta de gas. Este problema se comenzará a sentir con mayor fuerza en unos tres años”, asegura Carlos Herrera, ministro de Energía durante el gobierno de transición de Valentín Paniagua (20002001).
El destino de los 4,2 trillones de pies cúbicos (tcf) de gas reservados para la exportación –de un total de 8,8 tcf de reservas– es otro factor de controversia e irritación. La petrolera española Repsol, integrante del Consorcio Camisea y encargada de vender el gas en el extranjero, tiene un contrato de venta a México, pero al no estar construida la planta de licuefacción en ese país ha anunciado que los primeros embarques de gas están yendo a España. Sin embargo, los expertos aseguran que el destino real del gas sería Chile y que desde ese país parte del gas peruano sería reexportado a la Argentina.
“Repsol, que tiene un contrato para venderle gas a Chile, tiene una planta de licuefacción de gas en Perú y otra en Trinidad y Tobago. Es obvio que para la empresa es más rentable llevar el gas a Chile desde Perú que desde Trinidad y Tobago. Y desde Chile, parte del gas iría a la Argentina. Entre los dos países ya existen los ductos para transportar el gas, que ahora están vacíos. Se ha negado que el gas vaya a Chile, pero en los últimos días el gobierno ha dicho que la empresa debe exportar el gas al mercado que pague más y ese mercado es el de Chile y Argentina. Mientras en México el millón de btu de gas está a cuatro dólares, en Chile está a diez dólares y en Argentina a catorce dólares”, precisa Dammert.
Según el ex diputado Dammert, por esta exportación la empresa obtendrá 30 mil millones de dólares de utilidad, mientras que el Estado peruano recibirá solamente 1130 millones de dólares. “Con la renegociación planteada por el gobierno peruano para aumentar las regalías, en el mejor de los casos el monto recibido por el Estado peruano subiría a dos mil millones de dólares en los 18 años durante los cuales se exportará el gas”, señala Dammert. Carlos Herrera también considera que la exportación de gas es un mal negocio para el Perú. “Vamos a exportar gas barato y dentro de unos años tendremos que comprar gas caro. Esto le dejará al Perú una pérdida de 44 mil millones de dólares”, advierte Herrera. La guerra del gas está declarada.
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