EL MUNDO › BAJA DE IMPUESTOS PARA LAS EMPRESAS QUE INVIERTAN EN MODERNIZARSE
El presidente norteamericano propuso ayer reducir los impuestos a las empresas para que inviertan en nuevas tecnologías que las hagan más competitivas en los mercados internacionales. Podría costarle a Washington cerca de 100 mil millones de dólares.
El presidente Barack Obama habló por cuarta vez en sólo seis días acerca de la economía estadounidense. El mandatario propuso una reducción de impuestos para las empresas para que inviertan y creen puestos de trabajo. También se pronunció a favor de que no haya recortes fiscales para los ricos como los que había establecido George W. Bush. Además, el jefe de gobierno arremetió contra la oposición republicana, que critica el programa económico de la Casa Blanca.
Desde Cleveland, una de las zonas más deprimidas de los Estados Unidos, Obama llamó a profundizar los planes de obras públicas para combatir el desempleo, que trepa al 9,6 por ciento. El lunes ya había propuesto dedicar 50 mil millones de dólares al desarrollo y modernización de infraestructura para fomentar la creación de empleo y mostrar una vigorizada iniciativa pública de cara a las elecciones legislativas de noviembre.
Obama propuso ayer reducir los impuestos a las empresas para que inviertan en nuevas tecnologías que las hagan más competitivas en los mercados internacionales. Se estima que esa política podría costarle a Washington cerca de 100 mil millones de dólares, pero que facilitará la creación de puestos de trabajo altamente calificados. “Durante años nuestra política fiscal ha destinado miles de millones de dólares a estimular a las empresas a crear empleos y obtener beneficios en otros países. Quiero cambiar eso. Propongo una más generosa y permanente extensión de créditos fiscales a las empresas que desarrollen e innoven aquí, en Estados Unidos”, explicó Obama.
Además, Obama disparó contra la política fiscal de su predecesor. George W. Bush había ordenado un recorte universal de impuestos, medida que aún es apoyada por la oposición republicana y algunos analistas que sostienen que fomenta el consumo. “No es responsabilidad fiscal. No es un plan serio para gobernar”, sentenció el mandatario. “Estamos preparados para recortar esta semana los impuestos para cada estadounidense que gane 250 mil dólares al año o menos. Para cualquier ingreso que supere ese monto, las tarifas impositivas volverán a lo que eran durante la gestión del presidente Bill Clinton”, anunció. El jefe de la Casa Blanca negó que fuera una medida destinada a castigar a los que más tienen, sino que apunta a levantar el déficit de 700 mil millones que tiene la administración.
Más allá de los anuncios, el grueso de la exposición del presidente estadounidense estuvo dedicado a hacer frente a las críticas republicanas, que recrudecieron con la campaña por los comicios del 2 de noviembre, cuando se renovará la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Todo indica que la cuestión económica ocupa el centro de la agenda en la contienda electoral. Las encuestas presagian un panorama negro para Obama y un triunfo demoledor para los republicanos. Por eso, el mandatario respondió a cada las acusaciones que le hace la oposición. “¿Queremos volver a las mismas políticas fracasadas que dejaron nuestra economía en el pozo o seguimos avanzando con políticas que poco a poco nos saquen de ella?”, desafió Obama.
El presidente denunció que los republicanos pretenden que se destinen 700 mil millones en los próximos diez años para otorgar un recorte de cerca de 100 mil dólares en los impuestos de cada persona que ya es millonaria. La respuesta de la oposición no se hizo esperar, especialmente en lo referido a la eliminación de los beneficios impositivos impuestos por Bush. El vocero republicano en la Cámara de Diputados, John Boehner, sacó de la galera una contrapropuesta. La receta republicana sería el congelamiento de todos los impuestos durante dos años y la reducción del gasto público a los niveles en que estaba antes de la crisis de 2008. Para la oposición, la inversión pública es la responsable de la debilidad de la economía y, por ende, del desempleo.
Aunque durante su discurso Obama dijo que la economía está creciendo nuevamente y que los mercados financieros se estabilizaron después de la crisis, ayer se difundió el Libro Beige de la Reserva Federal, que contradice los dichos del mandatario. De acuerdo con la publicación, existen signos de desaceleración generalizados en la economía norteamericana. Según analistas, esta tendencia estaría mostrando probabilidades de que Estados Unidos entre en su segunda fase de la recesión.
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