EL MUNDO › NETANYAHU DESAUTORIZó EL DISCURSO QUE DIO SU CANCILLER
Lieberman había afirmado que la paz con los palestinos podría tardar décadas en llegar y había propuesto un nuevo trazado de límites para resolver el conflicto. El premier israelí dijo que él es quien negocia el tratado.
El canciller israelí, Avigdor Lieberman, propuso ayer trazar nuevas fronteras en la región y hacer un intercambio de territorios con los palestinos. Para evitar que las conversaciones de paz se empantanen aún más, el premier Benjamín Netanyahu salió a decir que su ministro de Exteriores había dado un mensaje en Naciones Unidas que no había sido consensuado en el gabinete.
Netanyahu designó a su canciller para reemplazarlo en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero su delegado lo terminó complicando. En su discurso, Lieberman afirmó que la paz con los palestinos podría tardar décadas en llegar. No sólo eso, el jefe de la diplomacia israelí se animó a proponer un nuevo trazado de límites para resolver el conflicto con los palestinos. “El principio que guíe el proceso hacia un acuerdo final no debe ser paz por territorios, sino intercambiar territorios poblados. No hablo de trasladar poblaciones, sino de trasladar las fronteras para ajustarlas a las realidades demográficas”, precisó. La propuesta que el jefe de la diplomacia hebrea formuló ayer en la ONU no es nueva. Es una idea que se conoce en Israel bajo el nombre de “transfer” y consiste en separar físicamente a judíos de árabes y sólo permitir la residencia en Israel a aquellos árabes que se sientan conectados con el Estado hebreo.
Las palabras de Lieberman detonaron un alerta en la oficina de Netanyahu, que respondió a la alocución con un comunicado. “El contenido del discurso del ministro de Exteriores ante la ONU no ha sido coordinado con el primer ministro”, decía la comunicación. “El primer ministro israelí es quien dirige las negociaciones con los palestinos”, insistía el comunicado, en un intento de relativizar las declaraciones del canciller. “Los asuntos que atañen al proceso de paz serán discutidos y determinados en la mesa de negociaciones y no, en ningún otro lugar”, remarcó.
Las declaraciones de Lieberman y la desmentida de Netanyahu no hicieron más que visibilizar las diferentes posiciones al interior de la coalición gobernante en Israel. El actual canciller es líder del partido de extrema derecha Israel Beitenu. Encabeza el sector más intransigente del gabinete de Netanyahu y desde el principio se ha mostrado escéptico frente a las negociaciones entabladas por el premier israelí y por Mahmud Abbas, el líder palestino. En junio pasado, el conflicto entre el primer ministro y el canciller había quedado al descubierto, cuando denunció que no había sido avisado de una reunión secreta turco-israelí. Después de una semana de acusaciones cruzadas, Netanyahu debió disculparse y reconocer que se había tratado de un error.
Pero los dichos de Lieberman en la Asamblea General no sólo molestaron en el frente interno, también repercutieron en la relación con los palestinos, ya molestos porque el domingo se terminó la moratoria para la construcción hebrea en Cisjordania. “El que decide continuar construyendo las colonias y proporciona ayuda y protección a los colonos es el que decide detener las negociaciones”, se quejó Abbas. Los palestinos habían pedido un cese total de las construcciones para seguir discutiendo, pero Israel no lo otorgó. “Seguimos determinados a asistir al éxito de negociaciones serias y sinceras”, remarcó el líder palestino.
Mientras tanto, el enviado estadounidense para Medio Oriente, George Mitchell, regresó ayer a Jerusalén para tratar de salvar las negociaciones entre israelíes y palestinos. Anoche se entrevistó con el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, en Tel Aviv. La agenda de Mitchell se completa hoy con una entrevista con Netanyahu y mañana, con una reunión con Abbas. La Casa Blanca informó ayer que la secretaria de Estado norteamericano, Hillary Clinton, se comunicó con el premier israelí.
Por su parte, Netanyahu adelantó que se verá en octubre con Abbas en París, por invitación del presidente Nicolas Sarkozy. Es un intento para no hacer naufragar las conversaciones que se reiniciaron el pasado 2 de septiembre, después de 20 meses de interrupción.
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