EL MUNDO › ISRAEL APROBO UN JURAMENTO DE LEALTAD AL ESTADO JUDIO PARA LOS QUE QUIERAN LA CIUDADANIA
El principal impacto práctico de la medida será pedirle que prometan lealtad a los no judíos que quieran naturalizarse como ciudadanos israelíes. Un ministro laborista dijo que “se incitaría a la minoría árabe”.
› Por Donald Macintyre *
Desde Jerusalén
Un gabinete dividido aprobó ayer una medida altamente polémica que, por primera vez en los 62 años de historia de Israel, exige que los ciudadanos que no sean judíos juren lealtad al Estado “judío y democrático”. La norma fue apoyada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. La votación se realizó después de una ruptura dentro del oficialista Partido Likud y de una advertencia formulada ayer por un ministro laborista de que sería un “terrible error” y que “incitaría a la minoría árabe”.
El principal impacto práctico de la medida será pedirle que haga una promesa de lealtad a un número relativamente pequeño de no judíos que quieran naturalizarse como ciudadanos israelíes, incluidos los palestinos de Cisjordania. La resolución fue condenada hasta por algunos referentes de la derecha israelí tradicional. Dijeron que la norma cargaba con un innecesario mensaje discriminatorio hacia la comunidad internacional y hacia el millón de ciudadanos árabes de Israel.
La legislación fue promovida por Avigdor Lieberman, el canciller de ultraderecha. Durante la campaña del año pasado, el partido de Lieberman, Yisrael Beitenu, reclamó que un “juramento de lealtad” similar sea exigido a todos los ciudadanos árabes. Reconociendo que la medida aprobada ayer no iría tan lejos, Lieberman dijo ayer después de la votación: “Claramente ésta no será la última palabra sobre ciudadanía y lealtad, pero es un paso importante”.
Hubo especulaciones no confirmadas de que el apoyo de Netanyahu a la medida fue una negociación para asegurar la adhesión del canciller a un posible acuerdo con los Estados Unidos. La tratativa con la Casa Blanca se centraría en poner mayores límites a la expansión de la colonización, lo que se requiere para que se reinicien las conversaciones con los palestinos. Reiteradamente, Lieberman puso trabas al diálogo con los palestinos.
Tres miembros del gabinete, del partido de Netanyahu, se sumaron a sus colegas del Partido Laborista y votaron en contra de la decisión mayoritaria. Quienes se opusieron fueron Dan Meridor, Michael Eitan y Benny Begin (hijo del ex primer ministro Menachem Begin y visto como uno de los exponentes de la derecha del Likud). Avishai Braverman, el ministro laborista de Minorías, declaró después de la votación: “En el mundo, la opinión pública irá contra nosotros. Es más, al interior, incitaremos a los árabes. ¿Por qué? Porque Netanyahu tiene que aplacar a Lieberman. Un terrible error. Su compañero laborista, el ministro Yitzhak Herzog, manifestó al diario progresista Haaretz que el apoyo a la legislación demostraba que ‘el fascismo estaba devorando a la sociedad’”.
El ministro de Defensa y líder laborista, Ehud Barak, polemizó con sus compañeros de partido. Les dijo que él no objetaba la propuesta en principio, pero sugirió una enmienda que estableciera que el juramento debía realizarse en línea con la Declaración israelí de Independencia, de 1948. La declaración compromete a Israel a asegurar la “completa igualdad de derechos sociales y políticos para todos sus habitantes, más allá de su religión, raza o sexo”. El Gabinete rechazó ayer la iniciativa de Barak, después de que uno de los principales arquitectos de la medida, el ministro de Justicia, Ya’akov Ne’eman, dijera que incorporarla traería “problemas legales”. Como resultado, Barak, que antes había sido acusado por Braverman de abandonar los valores del Laborismo, votó en contra de la disposición.
Netanyahu informó que recomendaría al comité ministerial sobre legislación que busque una forma de incluir la referencia a la Declaración antes de que la medida se vuelva ley. Ahmad Tibi, un parlamentario árabe, afirmó que la medida era una provocación, cuyo propósito era “solidificar por ley el estatus inferior de los árabes”. Y agregó: “Netanyahu y su gobierno están limitando la esfera democrática en Israel y profundizando el prejuicio contra la minoría árabe”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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