Cambio de rostro

El miércoles pasado, Lucio Gutiérrez asumió la presidencia de Ecuador con un discurso centrado en el combate a la corrupción y las promesas de cambiar el país. Sin embargo, la primera medida de este coronel retirado que encabezó una revuelta militar-indígena en enero de 2000 no fue simpática: ordenó un aumento de combustibles al que sus aliados políticos se oponen.

El Mercurio
Lucio Gutiérrez nos desconcierta en todo momento. Fue la angustia de los ecuatorianos, el rechazo a la vieja clase política que nos ha gobernado por siempre, lo que motivó el triunfo del coronel. En su discurso actual viene hablando de la creación de un cuarto poder. El cuarto poder, nos han dicho, será un súper ministerio desde donde el presidente podrá controlar a los otros dos poderes, al legislativo y al judicial, y no para el bien general de los ecuatorianos. Cuando las cosas no son claras surge la cultura de la sospecha y el rechazo frontal a cualquier intento de intromisión en las otras funciones del Estado, pues atenta al principio de independencia institucional.
(Simón Valdivieso Vintimilla)

El Comercio
El nuevo gobierno debe tener cuidado y sagacidad para designar algunos puestos estratégicos de la administración pública, si aspira a ser consecuente con la lucha contra la corrupción y el manejo eficiente del Estado. El gobierno anterior, por razones desconocidas, declinó la potestad de designar al presidente del Consejo Directivo del Instituto Estatal de Seguridad Social dando al traste con el proceso de reestructuración de la seguridad social en Ecuador. En consecuencia, tan estratégica designación será de exclusiva responsabilidad del nuevo presidente de Ecuador. El presidente logró un gabinete adecuado y, en algunos casos, con probada experiencia. Si logra cohesionar ese conjunto, su gestión tendrá un soporte efectivo.
(Editorial)

La Hora
La oposición inicia un partido en el que los políticos tradicionales han madrugado al neófito presidente. El equipo de Lucio necesita contratar “refuerzos extranjeros” o con más experiencia en el teje y maneje de la política para emparejar el marcador. Poco ayudan al presidente las posiciones orgullosas de sus allegados, como la tozudez de los diputados de Pachakutik que, al tratar de imponer una supuesta segunda mayoría, hizo que se quedaran sin el pan ni la torta. Y colocó al presidente en una posición comprometida al inicio de su mandato. Los partidos que apoyan al presidente deben estar conscientes de que ahora son el Ejecutivo. No es conveniente desafiar al Congreso tratando de desautorizarlo.
(Luis Fernando Suárez)


Un gobierno en apuros

A cinco meses del inicio de su gestión, el presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada consiguió generar su primera crisis: mandó a reprimir cortes de rutas realizados por cocaleros y jubilados y el saldo, en seis días de disputas, ya es de 18 muertos. El líder de los cocaleros, Evo Morales, llamó a derrocar al gobierno con protestas masivas.

La Razón
Cuando la política es sustituida por piedras y balas, la democracia se debilita y todos salen perdiendo. En tres días, se dilapidó esa dosis de oxígeno que recibió el sistema político con los resultados del 30 de junio y tanto la coalición oficialista como el principal partido opositor han apostado a estrategias con objetivos difícilmente realizables. El gobierno encaró el conflicto apuntando a debilitar al MAS confiando en el aislamiento en el que se encontraba el movimiento cocalero al inicio de los bloqueos. Los resultados de la represión militar en vez de debilitar la protesta tienden a fortalecerla, porque pasa a imperar una lógica de solidaridad y surge el cálculo instrumental en otros sectores sociales que empiezan a abrir otros frentes de conflicto.
(Fernando Mayorga)

El Diario
El pueblo y los jubilados son víctimas de los desaciertos gubernamentales: han sido burlados sus derechos y aspiraciones. No son culpables de la descapitalización del país y han sido despojados de su patrimonio y condenados a vivir en la pobreza. No son culpables de las administraciones politizadas e ineficaces que han malversado sus recursos: son víctimas de las autoridades que asumieron una actitud contemplativa, hasta cómplice, ante la corrupción denunciada permanentemente por la prensa. Y de la impunidad de los sindicatos que gozan de sus derechos ciudadanos y la habilitación para seguir asumiendo funciones públicas.
(Diógenes Bustillos Zeballos)

La Prensa
El canal quedó habilitado y era de esperar que de él emane una corriente que devuelva a la República la anhelada y requerida paz en circunstancias de crisis como las presentes. Las reuniones entre el gobierno y los sectores que por separado vienen protagonizando el bloqueo de caminos con epicentro en la región del Chapare abrieron la posibilidad de un entendimiento que prive al país del estado de convulsión en el que vive desde principios de la semana. Se hizo siguiendo en alguna medida la línea trazada por la Defensoría del Pueblo, la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos y la Iglesia Católica en su invocación para que las partes en conflicto se sentaran a una mesa y reanudaran el diálogo.
(Editorial)


La calle vs. la guerra

Este fin de semana se produjeron manifestaciones masivas en varios países, sobre todo en Estados Unidos, contra la cada vez más probable guerra en Irak. Mientras tanto, los inspectores de la ONU hallaron material bélico prohibido en Irak y la afluencia de tropas y equipos británicos y norteamericanos hacia el Golfo Pérsico sigue sin pausa.

The New Republic
El eslogan preferido de los que se oponen a la guerra en Irak es “No a la sangre por petróleo”. Creen que el gobierno de Bush, dominado por hombres del petróleo, va a la guerra para asegurarse las copiosas reservas de petróleo de Irak. “Un ‘cambio de régimen’ permitiría la privatización de las reservas estatales iraquíes y una bonanza para las petroleras estadounidenses”, dicen en el izquierdista Instituto de Estudios Políticos en Washington. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, dijo que la guerra “no tiene nada que ver con el petróleo”. Estas dos visiones tienen algo de verdad. Hay poca evidencia de que el gobierno haya diseñado esta política para enriquecer a Chevron o Exxon. Pero incluso si el petróleo no jugara ningún rol en los planes del gobierno, cobrará importancia en la reestructuración del Irak post-Saddam.
(John B. Judis)

The Washington Post
Occidente todavía no ha desarrollado una estrategia política para la región árabe. Algunos dicen que la destitución de Saddam Hussein debería ser la prioridad de Occidente porque abriría oportunidades para manejar otros temas de la región, como el conflicto entre israelíes y palestinos, Irán, Siria y el terrorismo. Otros, especialmente en Europa, dicen lo contrario. Una acción militar contra Irak podría ser otra humillación para el mundo árabe, que a la vez podría alimentar más fanatismo y terrorismo. Mientras unos pocos dudan de que una guerra contra Irak podría ganarse, muchos europeos temen que en el proceso perdamos dos grandes guerras: una contra el terrorismo y la batalla por los corazones y mentes de millones de árabes y musulmanes.
(Wolfgang Ischinger)

The Times (Londres)
Las primeras semanas de inspecciones en Irak fueron estériles. Unidades pobremente equipadas fueron recibidas por los iraquíes como si fuesen celebridades en vez de profesionales de elite. Bagdad tenía razones para estar satisfecho. Esa satisfacción se convirtió en hostilidad. Blix se muestra inflexible respecto del documento enviado por Irak el mes pasado y los sabotajes que ha padecido. Su advertencia a Irak de que necesita cooperar totalmente con los inspectores o enfrentar las consecuencias es un avance del que será su viaje crucial a Bagdad esta semana.
(Editorial)