EL MUNDO › SUS PALABRAS DE MAñANA SERáN LAS DE UN PASTOR QUE HABLA DE UNIDAD NACIONAL Y CONCILIACIóN
El tema número uno que planteará será el futuro de los norteamericanos –y el suyo, con su reelección–. “Es asegurar que seamos competitivos y que estamos creando puestos de trabajo”, dijo este fin de semana a sus seguidores.
› Por David Usborne *
El presidente Barack Obama estará en el centro de las miradas cuando mañana pronuncie el ritual discurso anual sobre el estado de la Unión. Atrás quedó el campeón del cambio y la reforma legislativa: hoy le da paso al pastor de la unidad nacional y la conciliación entre los partidos.
Con el sonido del reloj recordándole que su aspiración a ser reelecto está más próxima –2012–, Obama sabe que los votantes quieren progreso, especialmente con el empleo, no con la ideología. “Mi tema número uno –dijo el presidente en un mensaje a sus seguidores– es asegurar que seamos competitivos y que estamos creando puestos de trabajo no sólo para ahora, también para el futuro.” El asunto central del discurso, dijo, será “ganar el futuro”.
Incluso el escenario de mañana a la noche va a cambiar. Los dos bloques partidarios, demócratas y republicanos, que se sientan habitualmente enfrentados esta vez van a ir mezclados. Es un gesto simbólico por una noche, pero no deja de ser fuertemente simbólico.
Pero en los pasillos del Congreso el perfume de la primavera no durará mucho. Ayer, los republicanos –que ganaron el control de la Cámara de Representantes en noviembre– cargaron con el asunto de la deuda del país. La oposición espera condicionar cualquier incremento de la deuda de 14,3 billones de dólares a un compromiso de Obama de reducir los gastos a largo plazo. “Los republicanos no van a votar ese aumento del límite de la deuda a menos que haya recortes y reformas”, dijo ayer el número dos en diputados, Eric Cantor a la NBC. “Es así. Sabemos que hay cientos de programas que van a ser reducidos.”
Obama hará el pequeño recorrido entre la avenida Pennsylvania a Capitol Hill con un inesperado apoyo en su gestión. El nivel de aprobación de su gobierno superó el 50 por ciento en los últimos sondeos, especialmente atribuido a su reacción ante el tiroteo en Arizona contra la congresista Gabrielle Giffords y al progreso logrado a finales de año en varios frentes, como los gays en el ejército y el sentimiento de que se mejoró en la economía. “El tuvo probablemente los mejores 45 días de su presidencia”, dijo Matthew Dowd, un consultor republicano. “Tiene el poder de la retórica otra vez.” Casi asegurado, sin embargo, Obama está cosechando el beneficio político de la percepción de que se está moviendo hacia el centro. El mandatario nombró a Jeffrey Immelt, el jefe ejecutivo de General Electric, como su principal asesor económico. Un comentador republicano dijo que el fruto de su visible repunte en las encuestas se debe a que hoy un 10 por ciento menos ven en Obama a “un progre” de los pocos que lo veían.
“Grandes desafíos nos esperan”, dijo el líder demócrata en el video a los miembros de “Organizados por EE.UU.” que colaboró en su campaña en 2008. “Vamos a conseguirlo tan pronto como todos –republicanos, demócratas, independientes– nos enfoquemos en lo que nos une como personas”, dijo Obama. Los discursos ante el público nacional pueden dar un empujón al menos temporario a los líderes norteamericanos. Sucedió cuando Obama habló durante el homenaje a las víctimas de Tucson hace dos semanas.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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