EL MUNDO › PROTESTAS CONTRA EL GOBIERNO DE TRANSICIóN DE TúNEZ
La presión popular para exigir la dimisión del gobierno de transición tunecino, dominado por ministros del régimen de Ben Alí, se acentuó ayer, con el sitio del palacio del primer ministro por jóvenes llegados del centro del país, decididos a pasar la noche en el lugar.
Miles de manifestantes sindicalistas, opositores de izquierda, islamistas, ciudadanos comunes, mujeres y niños habían sitiado durante toda la jornada el palacio de la Kasbah en el centro de la capital, donde trabaja el primer ministro Mohamed Ghannuchi.
Los participantes de la llamada “Caravana de la liberación”, a los que se unió una masa de manifestantes en Túnez, fueron los primeros en poner sitio a la sede desde la mañana. La mayoría de ellos habían partido el sábado desde el centro-oeste rural y pobre del país, foco de la “revolución de los jazmines”, y que llegaron a la capital en la madrugada del domingo.
Al caer la noche, hora del inicio del toque de queda, varios centenares permanecían, con evidentes intenciones de quedarse, en la plaza frente a la oficina del primer ministro. “No nos iremos de la plaza antes de que se vaya el gobierno”, declaró Mizar, un estudiante de Túnez originario de Sidi Buzid (centro-oeste).
Las tiendas que comenzaban a montarse o el despliegue de simples sacos de dormir, así como los sándwiches y bebidas aportados por los vecinos, daban fuerza a las declaraciones del estudiante y mostraban la determinación de los manifestantes.
Las manifestaciones durante todo el fin de semana en Túnez agravaron los interrogantes sobre la capacidad del gobierno provisorio para resistir a la presión popular. El cuestionado gobierno de transición parece contar con un agotamiento del movimiento en los próximos días y ha redoblado sus esfuerzos para hacer funcionar de nuevo el país, sobre todo la actividad económica.
Hoy será una jornada clave para medir la evolución de la correlación de fuerzas entre los manifestantes y el gobierno. Alumnos de las escuelas, colegios y parte de los liceos deben teóricamente volver a clases, después que éstas fueron suspendidas el 10 de enero, cuatro días antes de la fuga de Ben Alí a Arabia Saudita. Pero el sindicato de los docentes de primaria llamó a una huelga general ilimitada para exigir un nuevo gobierno liberado de la presencia de todos los dirigentes de la era de Ben Alí.
Las autoridades anunciaron ayer el arresto y la asignación a domicilio de dos de los más cercanos colaboradores del dictador, el presidente del Senado y ex ministro del Interior Abdalá Kalel, y de su consejero especial y ex portavoz de la presidencia, Abdelaziz Ben Dhia. Otro allegado al antiguo régimen, Abdel Wahab Abdalá, que ejercía gran control sobre la información, “está siendo buscado”, según la agencia oficial TAP.
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