EL MUNDO › TúNEZ, CON SU REVUELTA, AVIVó LAS MANIFESTACIONES EN OTROS PAíSES áRABES
Los opositores al gobierno de Mubarak se inspiraron en la “revolución de los jazmines” y salieron a las calles de varias ciudades egipcias. La policía chocó con los manifestantes y el saldo fue de tres muertos.
› Por Catrina Stewart *
Decenas de miles de personas inspiradas por la reciente revuelta en Túnez tomaron ayer las calles de las ciudades egipcias, pidiendo el fin del gobierno de casi 30 años del presidente Hosni Mubarak en protestas que terminaron en choques violentos. Los manifestantes en El Cairo tiraron piedras y botellas e intentaron treparse a bordo de los vehículos de seguridad. La policía contraatacó con camiones hidrantes y gas lacrimógeno en un intento por dispersar a la multitud. El resultado: tres muertos, dos civiles y un policía.
Cantando “Abajo con Mubarak” y “Libertad”, los manifestantes se expresaron contra la corrupción, las fracasadas políticas económicas y una policía estatal que es rápida para tomar severas medidas contra los disidentes. Las protestas no autorizadas son las más grandes que se han visto en Egipto en muchos años, y suceden cuando los líderes del mundo árabe –temerosos del efecto dominó por los hechos en Túnez– tratan de aplacar a los ciudadanos cansados de gobiernos autoritarios y del empeoramiento de la calidad de vida.
Miles de policías con cascos estaban desplegados en la capital de Egipto ayer, acorralando a los manifestantes y bloqueando las rutas de entrada. Pero a medida que los manifestantes lograban ganar fuerza, la televisión mostró que varios de ellos corrieron a la policía por las calles laterales. Un manifestante se subió a un camión de bomberos y se fue.
La respuesta de la policía parecía relativamente restringida al principio en un país donde las fuerzas de seguridad son rápidas para tomar medidas rigurosas con las protestas espontáneas y son acusadas de brutalidad. Pero cuando las multitudes enormes entraron en la Plaza Tahrir del centro de El Cairo, las tácticas de la policía cambiaron, se volvieron violentas y comenzaron a golpear a los manifestantes. Gran parte del enojo estaba dirigido al envejecido Mubarak, que ha gobernado Egipto con un puño de hierro desde 1981 y se cree que se presentará para otro período en las elecciones de septiembre, a pesar de las muchas preguntas en torno de su salud. Los analistas dicen que está preparando a su hijo, Gamal, para que lo suceda.
Las manifestaciones estallaron en varias otras ciudades egipcias, y se estimaba que unas 20.000 personas salieron a las calles, muchas de ellas gritando “Túnez, Túnez”. “Estamos hartos, ya basta”. Sayid Abdelfatah, un empleado de 38 años, dijo: “La revolución tunecina me inspiró pero nunca pensé que encontraría tanta gente dispuesta a hacer lo mismo aquí”.
Como en Túnez, 90.000 egipcios firmaron en un grupo de Facebook ayudando a organizar las protestas, una señal del vacío dejado por más grupos organizados de la oposición. La página indicaba a la gente dónde reunirse y cómo eludir a la policía. Las redes sociales fueron instrumentos clave en Túnez para atraer la atención del país y del mundo a las protestas, luego de que un vendedor callejero en una pequeña ciudad regional se inmolara después de un altercado con una mujer policía. Lo que comenzó como una protesta localizada se desparramó gradualmente a todo el país, impulsando a los ciudadanos a la acción después de años de gobierno con puño de hierro que dejó a muchos en una complicada situación financiera. Los manifestantes finalmente lograron que el presidente Zine El Abidine Ben Alí huyera después de 23 años en el poder.
Pero había pocos indicios de que los organizadores en Egipto pudieran canalizar la ira de los manifestantes hacia un desafío político capaz de derrocar a los gobernantes del país en un futuro cercano. Muchos habían temido que la revuelta estilo tunecino pudiera recorrer Medio Oriente mientras los manifestantes tomaban las calles en Jordania, Egipto, Yemen y otros lugares que sufren males económicos cada vez más graves.
Algunos predecían que Egipto podría enfrentar la más fuerte resistencia, ya que comparte muchos de los problemas de Túnez, como el desempleo y los precios de los alimentos. Pero a diferencia de Túnez, donde una relativamente próspera y educada clase media instó al cambio, en los países vecinos éstos son más pobres y menos politizados. Y en Egipto, el ejército apoya mucho más al régimen.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: C. D.
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