EL MUNDO › EL PRESIDENTE DE HONDURAS NO LOGRó LEGITIMARSE ANTE EL MUNDO Y NO PUSO FIN A LA REPRESIóN
Paradojas de la historia, por estas horas los congresistas decidieron avalar un proceso hacia la reforma de la Constitución. Zelaya fue arrancado del poder por querer llevar adelante una consulta sobre el tema.
El presidente Porfirio Lobo cumple hoy un año en el gobierno hondureño. El político que ganó las elecciones que se celebraron después de que un golpe de Estado arrancara del poder al presidente constitucional Manuel Zelaya tiene varias deudas pendientes. En primer lugar, no logró reinsertar a Tegucigalpa en el mundo y, mucho menos, puso fin a las violaciones a los derechos humanos que son moneda corriente en la república centroamericana.
El 28 de junio de 2009, la historia de Honduras inauguró uno de los capítulos más negros, repitió una de esas historias que el país conocía porque había vivido en la inestabilidad política hasta 1982, momento en el que habían retornado las instituciones democráticas. El presidente Zelaya fue arrancado en la madrugada del poder por un golpe de Estado sangriento. Roberto Micheletti asumió el poder de facto y convocó a elecciones generales para fines de noviembre. En esos comicios resultó victorioso Lobo. El 27 de enero del año pasado, el administrador de empresas ocupó el sillón que le habían arrebatado a Zelaya.
En las últimas horas, el Parlamento hondureño dio un nuevo paso hacia lo inexplicable. Los parlamentarios decidieron reformar la Constitución y con ello allanar el camino para la reelección. “Los felicito por la reforma del artículo cinco de la Constitución, así se hace patria”, dijo el martes Lobo a los diputados, mientras inauguraba las sesiones del Congreso. Aunque, rápido de reflejos, Lobo no confirmó que vaya a impulsar una nueva candidatura presidencial. Paradójicamente, al momento del golpe los militares y sus socios justificaron su intervención por oponerse a la consulta popular que impulsaba Zelaya para lograr un nuevo mandato. El mandatario derrocado salió al cruce rápidamente y denunció que era evidente que no había justificación para la irrupción, prueba de ello era la reforma constitucional de los últimos días.
El panorama internacional no le fue favorable a Lobo durante el 2010. Honduras no logró conseguir los votos necesarios para su reingreso en la Organización de los Estados Americanos (OEA), retorno que es auspiciado por los Estados Unidos. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) así como otros organismos han venido denunciado, día tras día, la penosa situación de los derechos humanos en el país.
Para tratar de sortear las críticas internacionales, Lobo anunció en mayo de 2010 la creación de una Comisión de la Verdad. La entidad que es coordinada por el ex vicepresidente guatemalteco Eduardo Stein prometió entregar el próximo 26 de marzo un informe que dé cuenta de las arbitrariedades cometidas desde el golpe de Estado que depuso a Zelaya. Curiosamente, en esa comisión no hay ningún integrante del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) que busca la vuelta del gobernante derrocado. “La debilidad de esa comisión es que no tiene en su mandato desarrollado el tema de las víctimas, sólo ha venido investigando para dar a conocer una nómina a la comunidad internacional”, explicó a Página/12 Wilfredo Méndez, director ejecutivo del Centros de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos en Honduras (Ciprodeh).
“La gran piedra en el camino de Lobo han sido las violaciones sistemáticas a los derechos humanos”, denunció Méndez. “Hemos visto que el presidente Lobo no ha podido detener la persecución y la represión a la oposición”, agregó, al tiempo que enumeró los casos de torturas que siguen sufriendo los disidentes, la imposibilidad de ejercer el derecho de protesta y las intimidaciones que sufre la prensa. Los periodistas han sido uno de los blancos elegidos por la violencia política, que se cobró diez vidas de reporteros durante el año pasado. “Asimismo, el presidente integró al Poder Ejecutivo a los generales golpistas que fueron a parar a instituciones estratégicas. Hay una intención gubernamental de protegerlos”, disparó Méndez. Otro tema que preocupa a los organismos son las amenazas a los defensores de derechos humanos y la reciente aprobación de la ley antiterrorista. “Sin respeto a los derechos humanos, no hay democracia ni gobierno legítimo”, remató el titular de Ciprodeh.
Las organizaciones de derechos humanos y agrupaciones sociales conformaron una Comisión de Verdad paralela para llevar su propio registro de los crímenes y exigir justicia. Esa comisión está integrada por el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel y la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas y presentará su informe a mitad de año.
Lobo no prepara ningún acto para celebrar su primer año de gobierno. En cambio, el frente de la resistencia realizará hoy una manifestación en Tegucigalpa, en la que se exigirá el regreso de Zelaya y el llamado a una Asamblea Constituyente.
Informe: Luciana Bertoia.
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