EL MUNDO › EL GOBIERNO DE HOSNI MUBARAK PROHIBIó LAS PROTESTAS. EL CAIRO SE CONTAGIó DE TúNEZ
La policía enfrentó rápida y brutalmente a los manifestantes que intentaban repetir las masivas movilizaciones del día anterior. Entre los dos días se calculan al menos seis muertos y decenas de heridos. Ayer fueron detenidas casi mil personas, entre ellas periodistas.
› Por Catrina Stewart *
La policía egipcia enfrentó rápida y brutalmente a los manifestantes que intentaban repetir las demostraciones del día anterior, en las que decenas de miles de personas salieron a las calles a pedir el fin del gobierno de 30 años del presidente Hosni Mubarak. Casi mil personas fueron detenidas en todo Egipto ayer cuando la policía montó una feroz represión usando gas lacrimógeno y bastonazos. El día anterior hasta 20.000 personas se reunieron en marchas a través del país que resultaron en choques violentos, dejando a un policía y tres manifestantes muertos.
Otro policía y un manifestante murieron ayer en los enfrentamientos de El Cairo, en el segundo día de unas protestas sin precedentes contra el régimen del presidente Mubarak, Con estos dos decesos asciende a seis el número de personas que murieron en las 48 horas de protestas. El martes, la policía disparó contra la multitud en Suez y mató a dos personas, mientras que en El Cairo un policía murió debido a las heridas que sufrió en las protestas. Además, otras 70 personas resultaron heridas (55 manifestantes y 15 policías) en los enfrentamientos en la ciudad de Suez, situada 100 kilómetros al este de El Cairo, El gobierno declaró el estado de sitio en Suez.
Las autoridades prohibieron las manifestaciones en un esfuerzo por controlar al enojado electorado, envalentonado por las revueltas en Túnez que hicieron caer a una dictadura. “Todo Egipto debe moverse al mismo tiempo”, decía ayer un grupo que organizaba las manifestaciones, llamando a los egipcios a salir a un segundo día nacional de protestas. Hacia la tarde, el acceso a Facebook junto con el de Twitter parecían estar bloqueados.
Las mayores manifestaciones que Egipto viera en más de tres décadas tuvieron lugar en todo el país el martes en respuesta a la corrupción, al gobierno de mano dura y a las deterioradas condiciones económicas. Inspirados en los hechos de Túnez que derrocó al presidente Zine El Abidine Ben Alí después de 23 años en el poder, miles desafiaron la ira de las autoridades y marcharon. Protestas similares, aunque en menor escala, han sacudido a líderes en el mundo árabe, donde gobernantes autoritarios han reinado con un puño de hierro durante décadas temidos por su, a menudo, cruel supresión de cualquier expresión política.
En la ciudad de Suez, donde murieron tres manifestantes el martes, cientos de opositores al gobierno se reunieron en la morgue exigiendo la entrega de uno de los cuerpos listos para una autopsia, entre reclamos de que había muerto por balas de fuego. “El gobierno mató a mi hijo”, gritaban los manifestantes de Suez. “Oh Habib, dile a tu jefe, sus manos están manchadas con nuestra sangre”, decía, refiriéndose al ministro del Interior Habib El Adli. Los manifestantes en El Cairo y en otras partes de-safiaron la prohibición del gobierno, con unas 3000 personas reuniéndose frente a una Corte, donde fueron dispersados por la policía usando camiones antimotines.
Afuera del sindicato de periodistas, la policía usó palos para pegarles a los manifestantes quienes trataban de romper sus cordones, mientras otros gritaban, “Mubarak se va, se va. Oh pueblo egipcio, sé valiente y únete”. Cada vez que las manifestaciones crecían en tamaño, eran atacados por la policía antimotín con cascos y escudos. Hacia la noche, los manifestantes estaban luchando nuevamente, tirando piedras y quemando gomas.
Las emotivas escenas callejeras surgen cuando Mubarak enfrenta una nueva elección presidencial este otoño, donde se espera que se presente para un sexto gobierno consecutivo. El año pasado hubo estallidos de ira aislados contra el régimen, dirigidos hacia la brutalidad de la policía, la pobreza y el aumento de precios y el desempleo, similares a los motivos que desataron los motines en Túnez. En noviembre, las elecciones parlamentarias fueron denunciadas como fraudulentas.
Muchos han dirigido su enojo hacia Mubarak, quien se ha mantenido en el poder en Egipto desde 1981. Se cree que está mal de salud y que ha preparado a su hijo, Gamal, para sucederlo, a pesar de los informes de que tal nombramiento sería mal visto por el establishment militar del país. Algunos informes sugieren que Gamal Mubarak huyó de Egipto junto con otras importantes figuras políticas.
Mientras, Estados Unidos y la Unión Europea le recordaron a Egipto, al comienzo de la protestas, que permitiera la libertad de expresión e instaron al gobierno a que escuche las necesidades del pueblo. El primer ministro Ahmed Nazif respondió que el gobierno respetaba la libertad de expresión a través de “medios legítimos”; añadiendo que la policía había actuado restringidamente en las protestas del martes.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Páginal12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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