EL MUNDO › EL PRESIDENTE DESIGNO A UN EX JEFE DE LOS SERVICIOS EGIPCIOS COMO SU VICEPRESIDENTE; LA AGITACION CONTINUO
La nueva maniobra del gobernante no convenció a las decenas de miles de ciudadanos que tomaron las calles de El Cairo, Alejandría y Suez. Desde que empezaron las manifestaciones se calcula un centenar de muertos por la represión.
El presidente Hosni Mubarak hizo un nuevo movimiento para intentar calmar a los miles que piden su renuncia: designó ayer a un ex jefe de los servicios egipcios como su vicepresidente, algo que se había negado a hacer durante los 30 años que lleva en el poder. También, nombró un premier. Los egipcios volvieron por quinto día consecutivo a ocupar las calles para decirle al mandatario de 82 años que eso no era suficiente y que lo que estaban exigiendo era el fin de su régimen. En lo que va de las protestas, alrededor de cien personas murieron y los heridos se cuentan por miles.
A última hora del viernes, Mubarak pronunció una frase vacía: iba a hacer renunciar a todo su gabinete pero él se quedaba. Y así fue. Ayer presentaron sus dimisiones todos los ministros así como Ahmed Ezz, uno de los altos mandos del oficialista Partido Nacional Democrático (PND) y uno de los hombres más cercanos a Gamal Mubarak, el hijo del presidente y quien se perfilaba para sucederle.
Haciendo gala de la táctica de cambiar algo para que nada cambie, Mubarak designó ayer a Omar Suleiman como su vicepresidente. Designación que había omitido hacer en los 30 años que lleva en el ejercicio del poder. Suleiman, de 74 años, es considerado uno de los jefes más importantes de Medio Oriente por haber participado directamente de las negociaciones entre israelíes y palestinos y aparece ahora como un posible sucesor del mandatario de 82 años (ver página 22). También, el jefe de Estado que está en el gobierno desde 1981 designó como primer ministro a Ahmed Shafiq, el ex ministro de Aviación y ex jefe de la fuerza aérea egipcia.
Esas medidas no convencieron a las decenas de miles de ciudadanos que tomaron las calles de El Cairo, Alejandría y Suez así como las de todas las principales ciudades del país norafricano para desafiar el toque de queda, que el tambaleante régimen dispuso desde las cuatro de la tarde hasta las ocho de la mañana de hoy. Por ejemplo, en Suez, los empleados públicos declararon la huelga indefinida hasta que Mubarak no abandone el gobierno.
El Premio Nobel y ex director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) Mohamed El Baradei, que regresó al país para organizar la oposición al gobierno, denunció la maniobra de Mubarak. “Estamos buscando un cambio de régimen. El presidente Mubarak debe renunciar. Debemos encaminarnos hacia un Estado democrático a través de un nuevo gobierno y en elecciones libres y democráticas”, reclamó. “El mundo entero debe enterarse que los egipcios no se irán a casa antes de que sus demandas sean acatadas. Estamos hablando de derrumbar la dictadura faraónica”, advirtió El Baradei. Por su parte, Mohamed Beltagi, miembro del grupo opositor Hermanos Musulmanes respondió a los anuncios del presidente: “Lo que Mubarak ha llamado cambio no responde a las demandas de la gente. Nosotros pedimos democracia real y derechos civiles, pero él no ha dicho nada sobre eso en su discurso”.
El Cairo se convirtió ayer en un campo de batalla, con restos de autos quemados y escombros que regaban las calles de la capital. En medio de acusaciones a la policía por la feroz represión contra los ciudadanos y como instigadora de saqueos y otros actos violentos, salieron los tanques del ejército y fueron aclamados por la población. Según la cadena Al Jazeera, algunas personas se acercaban hasta los vehículos militares para alcanzarles rosas a los uniformados. El ejército pidió a los residentes que acataran el estado de sitio y que no abandonaran sus casas. especialmente, les recomendaron no desafiar el toque de queda en la céntrica Plaza Tahrir. Según un corresponsal de esa cadena televisiva árabe, un vocero de los militares habría pedido calma a la población pero habría reconocido que la única forma de asegurar que la paz vuelva a Egipto es con la salida de Mubarak. Lo mismo pidió el jeque Yusef Al Qardaui, considerado como el predicador de mayor influencia del mundo árabe.
Las comunicaciones siguen complicando los cálculos de los muertos y heridos en Egipto, a pesar de que la compañía Vodafone informó que los teléfonos celulares volvieron a funcionar. Unas diez personas murieron ayer cuando intentaron copar una comisaría Beni Suef, a 120 kilómetros al sur de la capital. Otras tres personas murieron este sábado en El Cairo, tres en Rafah, en la frontera con Gaza, y cinco en Ismailia, en la margen occidental del canal de Suez. Según fuentes médicas y de seguridad, los muertos en lo que va desde que arrancaron los disturbios trepan a 102. Tampoco hay precisiones acerca del número de heridos aunque se cree que superan los dos mil. Tampoco se sabe cuántas personas permanecen detenidas.
Mientras la agitación y la violencia siguen en escalada, se conformaron grupos vecinales de defensa para hacer frente a los saqueos que se reproducen en todos los puntos de la capital. A pesar de que las tropas militares están desplegadas, los vecinos ejercen la justicia por mano propia armados con revólveres y cuchillos. Según Al Jazeera, bandas de jóvenes irrumpieron en áreas residenciales y, al cierre de esta edición, aún se escuchaban disparos en el centro y en las afueras de la ciudad. También resonaban los que venían desde el edificio del Ministerio del Interior. Las viviendas no sólo fueron saqueadas sino que los destrozos llegaron también al Museo Nacional de Egipto. El director de una prisión en el oeste de Egipto fue asesinado y unos 700 presos lograron fugarse, informó la cadena Al Arabiya.
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