Terrorismo, armas nucleares y Yasser Arafat. Esto fue lo que ayer convocó a los mandatarios George W. Bush y Ariel Sharon en la Casa Blanca, y a los ministros de Defensa Donald Rumsfeld y Benjamín ben Eliezer en el Pentágono. “Hacia el 2005, ellos (los iraníes) estarán capacitados para producir para el mundo una bomba nuclear”, alertó Ben Eliezer junto a Rumsfeld, en la primera reunión del día. Y al recibir a Sharon, Bush aseguró que mantendría la presión sobre Yasser Arafat, atención que fue correspondida por el primer ministro al declarar que “al final del proceso, habrá un Estado Palestino”.
Ben Eliezer, al aludir a la amenaza iraní, se preocupó por dejar claro que “no recomiendo un bombardeo”. El ministro sugirió que Estados Unidos acerque posiciones con Rusia para evitar que Irán continúe desarrollando su capacidad militar y advirtió que hay miembros de la red de Osama bin Laden en el Líbano, para unirse con la organización Hezbolá. “Hoy las relaciones entre Rusia y América son tan buenas (...), creo que es momento para que ambos se sienten y discutan la situación”, sostuvo. Es que Irán desarrolló su capacidad militar gracias a Rusia y a Corea del Norte. Por ello, el funcionario israelí consideró que la presión norteamericana resulta fundamental para neutralizar a Irán. Asimismo, Israel acusa a ese país por la ayuda a los grupos palestinos extremistas y de ser responsable del cargamento de 50 toneladas de armas del “Karine A” encargado por la Autoridad Palestina. Sobre la presencia de Al-Qaida en el Líbano, dijo: “De la sólida prueba que tengo ahora, no hay duda de que Al-Qaida está en esa parte del mundo”. En tanto el ejército israelí actuó en represalia contra el asesinato de tres israelíes en la colonia de Hamra en Cisjordania el miércoles: helicópteros bombardearon la casa del gobernador de Nablus en Cisjordania causando 14 heridos.
El nivel de tensión creciente con Irán fue ejemplificado por una advertencia clara: “Si alguien quiere agredir a este pueblo y amenazar sus intereses, la respuesta del pueblo de Irán será viva y los agresores lamentarían su iniciativa”, amenazó Alí Jamenei, el líder espiritual (y el que controla a las Fuerzas Armadas) ayer. El ayatola Jamenei sostuvo que “el pueblo iraní no comienza jamás una agresión, por voluntad hegémonica”. De esta manera, Irán responde a la acusación de
Bush, quien calificó a ese país, a Irak y a Corea del Norte como el “eje del mal” y los designó como eventual objetivo de su “guerra contra el terrorismo”. Un día antes, el secretario del Consejo Supremo Nacional de Irán, Hassan Rohani, dijo que el arsenal nuclear israelí representa un peligro para el Medio Oriente. “La existencia de armas atómicas y de armas de destrucción masiva en la región, en particular en el arsenal del régimen sionista, es un grave peligro”, declaró. También había dicho que la región debía ser “limpiada” de las armas de destrucción masiva, y que “la posición belicista y las declaraciones sin fundamento de los responsables estadounidenses pueden poner en peligro la paz y la seguridad en toda la región”. Ya anteriormente, Ali Akbar Rafsanjani, ex presidente y figura influyente en Irán, había recordado que “con una sola bomba atómica podemos terminar con Israel”.
Mientras tanto, el canciller Shimon Peres, en funciones de primer ministro por la ausencia de Sharon, sostuvo que las autoridades palestinas “deberán pagar el precio” en caso de que continúen los ataques contra objetivos israelíes. Es que tras el asesinato de tres israelíes en la colonia de Hamra en manos de un palestino, Israel prometió una represalia, lo que cumplió ayer con aviones de combate israelíes F-16 bombardeando la sede del gobernador de Nablus (norte de Cisjordania). Las tensiones interpalestinas resurgieron, con una multitud que asaltó cárceles en Balus y Jenin liberando a varios líderes extremistas.
Anoche el ejército israelí impuso el toque de queda en cuatro pueblos palestinos cercanos a la colonia, según fuentes palestinas. Cerca de 200 palestinos estaban bloqueados a las entradas de Hamra desde la noche del miércoles por un retén militar.