EL MUNDO › HASH AHMED, MINISTRO SAHARAUI PARA LAS RELACIONES CON AMéRICA LATINA
El Frente Polisario denuncia que la comunidad internacional está haciendo poco para proteger al pueblo saharaui del poder de la monarquía marroquí. Así lo afirma uno de sus representantes, el ministro Ahmed, a su paso por la Argentina.
El Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) está discutiendo un proyecto de resolución sobre el Sahara Occidental. La entidad debe decidir si prolonga el mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (Minurso). Países europeos, Estados Unidos y Rusia auspician la iniciativa, pero no le dan a la Minurso ninguna competencia para proteger la situación humanitaria. Desde el Frente Polisario denuncian que la comunidad internacional está haciendo poco para proteger al pueblo saharaui del poder de Marruecos, país que ocupa militarmente el territorio en disputa.
De visita en Buenos Aires, Hash Ahmed, ministro saharaui para las relaciones con los países latinoamericanos, repasó la situación que se vive en la ex colonia española y qué se espera de la comunidad internacional. Además, Ahmed viajó hasta la Argentina para retomar las negociaciones para que la Casa Rosada reconozca a la República Saharaui. “Los árabes van a La Meca y nosotros venimos a la Argentina”, bromeó.
–¿Cómo se explica que la Minurso no proteja la situación humanitaria?
–Es una de las principales fallas que tiene esta misión. Por eso nuestra confianza en Naciones Unidas se ha situado por debajo de cero. La Minurso tiene dos fallas fundamentales. En primer lugar, Francia se opuso en la discusión anterior a que se sometiera al capítulo siete de la Carta de Naciones Unidas, que implicaba una mayor firmeza por parte del Consejo a la hora de aplicar este plan de paz. En segundo lugar, Naciones Unidas no atiende los reclamos sobre respeto a los derechos humanos, alegando que no tiene competencia en la materia. Nosotros siempre hemos afirmado que ésa es una competencia implícita, insoslayable en cualquier mandato de la ONU. De hecho fue un vericueto a través del cual Marruecos se ha escapado de las sanciones, a pesar de que cometió graves atropellos a los derechos humanos. Ahora, con este terremoto de revueltas en el mundo árabe que reclaman mayores cuotas de libertad y de respeto a los derechos humanos, esperamos que Francia no se oponga como lo hizo la vez pasada, porque el Elíseo está mandando a bombardear Libia bajo excusa de la protección de los derechos humanos.
–¿Esperan que España tome una postura similar frente a la cuestión saharaui?
–España está participando en las operaciones bélicas en el norte de Africa y argumentando su celo por la defensa de los derechos humanos, la democracia y las libertades. Estas son conductas basadas en una doble moral. Se bombardean objetivos en Libia para proteger los derechos humanos, pero en el Sahara Occidental saben que los atropellos de Marruecos son flagrantes y no hacen nada. El gobierno español actual sigue apostando por el dominio colonial marroquí en el Sahara Occidental y sigue soslayando su propia responsabilidad histórica en el asunto. En el fondo no defienden los derechos humanos, sí sus intereses y el petróleo.
–¿Cuál es la situación actual en los campamentos saharauis, después de la represión del pasado noviembre?
–A pesar de la presión del Parlamento Europeo y de varios organismos internacionales, Marruecos sigue negándose a que se cree una comisión que investigue los hechos. El reino publicó informes policiales diciendo que hubo más pérdidas en las filas de la fuerza de intervención militar que en los civiles. Cosa inédita en la historia de la represión mundial. Cuando se produjeron los hechos, tampoco intervino la Minurso porque sus oficiales recibieron la orden de no abandonar sus cuarteles. Sabemos que hay más de 200 personas que fueron detenidas y violentamente reprimidas, torturadas en larguísimas sesiones en las dependencias del servicio de seguridad marroquí. No sabemos de qué se los acusa.
–¿Repercutieron a favor de la causa saharaui las protestas que se suceden desde febrero contra la monarquía marroquí?
–Para nosotros esto encierra una esperanza, en el sentido de que las reivindicaciones, cada vez más sólidas por reformas profundas que limiten los poderes de la monarquía, alcancen al territorio bajo ocupación marroquí. Cuando empiecen a soplar esos aires, Marruecos no va a poder ocultar la casa saharaui, que se originó por no respetar un derecho básico como el de la autodeterminación. Hasta ahora es sólo un deseo. Vemos cómo España, Francia e incluso los Estados Unidos están intentando proteger a esta monarquía, frente a estas tempestades que están azotando al mundo árabe.
–Noam Chomsky dijo tiempo atrás que la revuelta en el mundo árabe se originó en el Sahara occidental, ¿por qué cree que triunfó en Túnez y en Egipto pero ustedes no tuvieron la misma suerte?
–La chispa que alentó a los pueblos árabes a rebelarse contra las dictaduras fue precisamente el campamento saharaui contra el poder colonial marroquí. En el caso de los saharauis, la represión permitió quemar a sangre y fuego el campamento, pero el ejemplo quedó allí.
Entrevista: Luciana Bertoia.
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