Ex agentes de la dictadura militar brasileña se infiltraron en organismos públicos y trabajaron en acciones desestabilizadoras durante los mandatos de los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inácio “Lula” da Silva. Así lo reveló una serie de informes de los Servicios de Inteligencia de ese país, publicado por el diario O Globo.

La supuesta conspiración en desmedro del gobierno de Lula tuvo como escenario a la empresa petrolera Petrobras, la más importante del país. Según consignó el periódico, el ex comisario Wilson Pina, que fue espía del gobierno militar, elaboró en 2009 un dossier falso que causó una crisis en la compañía y puso al borde de la renuncia a miembros del gabinete del entonces gobierno. Basados en ese informe, cuya falsedad se comprobó más tarde, la oposición exigió la dimisión de funcionarios y pidió investigaciones sobre la gestión de Petrobras.

Los papeles reservados y difundidos por O Globo dieron cuenta de que el ex comisario Pina trabajó en el sector informaciones de Petrobras hasta 2009, cuando lo echaron. En la década del ’80 se infiltró en actos sindicales y estuvo vinculado con grupos que perpetraron acciones terroristas por orden de los Servicios de Inteligencia de la dictadura de Joao Baptista Figueiredo (1979-1985) para postergar la transición hacia el primer gobierno civil.

Otros informes secretos consignan que ex miembros de los servicios conspiraron también contra el gobierno de Cardoso al grabar conversaciones de sus ministros sobre la privatización de la empresa estatal de telefonía. Asimismo, documentos de la agencia de informaciones de la Aeronáutica revelaron que tanto Lula como Cardoso fueron investigados en los años ’90, durante el gobierno de Fernando Collor de Mello, el primero electo en comicios libres tras el fin de la dictadura.