EL MUNDO › EL MANDATARIO NORTEAMERICANO NEGó QUE SU GOBIERNO FUERA A DIFUNDIR LAS IMáGENES QUE PROBARíAN EL OPERATIVO
“No se trata de algo que haya que celebrar como si hubiéramos metido un gol”, dijo Obama, dos días después de haber celebrado en cadena nacional que habían matado al jefe de Al Qaida. Pese a las críticas, su gobierno afirma que el operativo fue legal.
Washington confía en su palabra, pero más confía en que el resto del mundo le crea sin el respaldo de una mínima prueba. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, definió las idas y vueltas que su gobierno dio durante los últimos tres días respecto de la publicación de las fotos que certificarían el asesinato de Osama bin Laden. “No vamos a utilizar ese material como un trofeo”, señaló el mandatario en una entrevista a una cadena de noticias. “No hay ninguna duda sobre el hecho de que Bin Laden está muerto. Seguramente hay dudas sobre su muerte entre los miembros de Al Qaida. Y entonces no pensamos que una fotografía en sí haga la diferencia”, emprolijó el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, en su segundo discurso consecutivo que ofreció sobre el ataque estadounidense a la mansión de Pakistán donde vivía el líder de Al Qaida. No obstante, una serie de fotos supuestamente tomadas por fuerzas policiales paquistaníes del estado en que encontraron la casa de Bin Laden circuló ayer por medios de comunicación internacionales y satisfizo el morbo.
“No se trata de algo que haya que celebrar como si hubiéramos metido un gol”, consideró Obama ante periodistas de la cadena de noticias CBS, dos días después de haber celebrado en cadena nacional que su gobierno había asesinado a Osama bin Laden y que, a partir de entonces, el mundo era un lugar más seguro. En la entrevista ofrecida ayer, el mandatario negó oficialmente que el gobierno vaya a difundir las fotografías del cadáver del líder de Al Qaida, único elemento que probaría el hecho, por fuera de las pruebas de ADN que la agencia de Inteligencia estadounidense supuestamente realizó sobre el cuerpo. No obstante, como para bajar un poco la ansiedad, aclaró: “Son una serie de imágenes muy gráficas que no queremos que instiguen a la violencia o sean usadas como propaganda”.
La negativa de Estados Unidos a mostrar crudeza, sin embargo, no evitó que el morbo comenzara a ceder ante la expectación de algunas pocas fotos que la agencia de noticias inglesa Reuters puso en circulación ayer, y que a partir de aquello publicaron en sus sitios web algunos diarios internacionales, como El País, de España. Las instantáneas muestran el torso de dos hombres muertos extendidos sobre charcos de sangre en lo que los medios de comunicación identificaron como alguna de las habitaciones de la casa de Abbottabad que las fuerzas de Estados Unidos atacaron. Los cadáveres tienen las cabezas heridas y la ropa ensangrentada. Las imágenes también muestran restos de helicópteros en lo que sería el parque de la casa. Según El País, Reuters habría obtenido las instantáneas de parte del ejército paquistaní, que ingresó a la casa luego de que las tropas especiales de Estados Unidos la abandonaran con el cadáver más preciado a cuestas. Nadie en Washington se pronunció al respecto.
Horas más tarde de los dichos de Obama, y tal como lo hizo el lunes, el vocero de turno de la Casa Blanca, Jay Carney, les puso el pecho a las preguntas de la prensa desde el edificio de gobierno. “No es de interés de la seguridad nacional permitir (la publicación de) estas imágenes, de manera de evitar como en el pasado que sirvan de iconos para movilizar contra Estados Unidos”, explicó a los periodistas.
Carney también habló por el presidente de Estados Unidos respecto del operativo que desarrolló su país para asesinar a Bin Laden, sin pedir permiso a Pakistán. En Pakistán, un grupo de 70 abogados de Abbottabad manifestó su repudio contra la operación, a la que consideran como una violación de la soberanía del país. Consultado por tal argumento, Carney fue tajante: “(Barack) Obama cree que se tomó la decisión correcta y continúa sintiendo eso”. Luego, afirmó que el gobierno repetiría el ataque si se confirmara la presencia de sospechosos de terrorismo en ese país.
El primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, afirmó que los servicios de Inteligencia de todo el mundo comparten con su país el fracaso en capturar al líder árabe, por lo que el error fue de todos. En cambio, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, subrayó que Pakistán debe mejorar su cooperación. Según un informe de Naciones Unidas citado por El País, Washington realizó más de 120 ataques con aviones no tripulados en Pakistán desde 2002 bajo la excusa de la lucha contra el terrorismo. El Instituto New American Foundation apuntó, por su parte, que los bombardeos mataron a 2300 personas desde 2004, de las que el veinte por ciento eran civiles.
La ferviente convicción de Obama, que dice estar haciendo lo correcto, fue respaldada en el Senado de Estados Unidos por el fiscal general Eric Holder, que consideró al operativo legal y atinado: “El ataque fue absolutamente legal, un acto de legítima defensa nacional”. Una de las preguntas más notables que el cuerpo de legisladores estadounidenses realizó al funcionario se refirió al peligro específico que significaba que Bin Laden estuviera vivo:
–¿Se debía actuar bajo el principio de que (Bin Laden) era una bomba ambulante? –preguntó el senador Lindsey Graham.
–Exactamente –respondió Holder.
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