El gobierno de Siria fue otra vez protagonista en un viernes de represión contra su pueblo, esta vez con un saldo de 26 muertos.

Fuerzas de seguridad del país de Medio Oriente embistieron con gases lacrimógenos y balas de plomo contra los manifestantes en distintos puntos del país. Las víctimas fatales ascendían en las últimas horas a 26, en tanto que se registró una cifra desconocida de heridos.

Como viene siendo costumbre, luego de las oraciones musulmanas del mediodía, miles de sirios tomaron las calles en las principales ciudades del país para participar en una jornada nacional de protestas, con el objetivo de lograr imponer demandas en torno de reformas políticas.

La mayoría de las muertes tuvo lugar en la ciudad de Homs, en el centro del país, según consignó el jefe de la Organización para los Derechos Humanos en Siria, Ammar Qurabi. Allí, unas dieciséis personas murieron a manos de las fuerzas de seguridad del régimen de Bashir Al Assad.

Otros seis manifestantes sucumbieron a las balas de las fuerzas del orden en Hama, a 210 kilómetros al norte de Damasco, según militantes.

Otro manifestante perdió la vida en Lataquia, primer puerto de Siria, y otros tres resultaron heridos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Otros dos cayeron en Jablah, a unas decenas de kilómetros más al sur en la costa, según militantes, que no precisaron dónde murió el último.

Más protestas se sucedieron de forma simultánea en las ciudades de Damasco, Banias, Rastan y Tel. Inclusive los kurdos de la región oriental de Siria salieron a las calles pidiendo mayor libertad política.

En Saqba, cerca de Damasco, miles de personas salieron a las calles para reclamar la caída del régimen y la liberación de prisioneros políticos. El jueves, 300 personas fueron detenidas en esta localidad.

En el sur de Damasco, el ejército proseguía su retirada de la ciudad de Deraa, epicentro de la protesta contra el régimen, situada a 100 kilómetros al sur de la capital, según indicó un alto responsable del ejército, quien prefirió mantenerse en el anonimato.

En una demostración de poder, el gobierno de Bashir Al Assad envió a los tanques del ejército que se apostaron cerca de los centros urbanos.

Los servicios de seguridad, con altavoces colocados en camionetas, exhortaban a los habitantes que participaron en las manifestaciones a rendirse, amenazando con detenciones y castigos. También instaban a los comerciantes a volver a sus casas y a los habitantes a no salir.

En Damasco, Riad Seif, uno de los líderes más prestigiosos de la oposición siria, fue detenido después de la oración del viernes cerca de la mezquita Al Hasan, en el barrio Midan, según informó el presidente del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdel Rahman.

Seif, de 64 años, purgó una condena de dos años y medio de cárcel entre enero de 2008 y julio de 2010 por reclamar mayor democracia.

En 2001, el disidente ya había sido condenado a cinco años de cárcel acusado de haber querido cambiar la Constitución de forma ilegal.

En tanto, una fuente militar indicó a la agencia oficial Sana que un agente del ejército y cuatro policías murieron ayer en Homs.

“Un grupo criminal armado disparó contra un retén del ejército, de la policía y de la seguridad, en Baba Amr, en Homs, matando a un oficial y a cuatro policías”, indicó la fuente.

Por su parte, la Unión Europea (UE) acordó ayer en Bruselas imponer sanciones a 13 miembros del régimen sirio por la represión de las manifestaciones en el país, según voces diplomáticas. Entre esas 13 personas no figura el presidente Bashar Al Assad.

Entre las medidas adoptadas se impusieron los congelamientos de activos y restricciones de viajes contra 14 funcionarios sirios.

Francia aseguró que esas sanciones son un primer paso que derivarán en otras a las altas esferas del poder, entre ellos el presidente.

Además, hubo un acuerdo en principio de la UE para imponer un embargo de armas sobre Siria. Las medidas serán adoptadas el lunes si no existe ninguna objeción por parte de ningún Estado miembro.

Por su parte, Washington expresó su preocupación por el paradero de una periodista norteamericana de la cadena qatarí Al Jazeera, Dorothy Parvaz, detenida en Siria desde hace una semana.

Desde Estados Unidos advirtieron este viernes que tomarían medidas adicionales contra Siria si el régimen de Al Assad no detiene su brutal represión contra los manifestantes, casi una semana después de haber impuesto duras sanciones al país de Medio Oriente.

Desde el inicio de las protestas, al menos 8000 personas han sido detenidas en Siria, según la organización Insan. Las organizaciones de derechos humanos mencionan al menos 600 muertos, la mayoría en Deraa.