Sáb 21.05.2011

EL MUNDO  › EL PREMIER ISRAELí RECHAZó LA PROPUESTA DE OBAMA PARA UN FUTURO ESTADO PALESTINO

Fracasó la cumbre de Obama y Netanyahu

Netanyahu dejó en claro que no acepta que el Estado palestino se base en las fronteras de 1967, tal como planteó su par estadounidense. Aunque ratificaron la alianza militar histórica entre los dos países, la relación se deteriora.

› Por David Usborne*

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tranquilizó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, su contrincante en el ring de boxeo en el que se convirtió la Casa Blanca durante la mañana de ayer: Estados Unidos seguirá comprometido a preservar la seguridad de Israel en momentos de inusual confusión y cambios políticos en Medio Oriente.

La reunión de tres horas que compartieron los dos hombres llega en medio de roces entre sus respectivos países de los que no se hallan precedentes. Previo al encuentro, el lado israelí del ring arremetió contra el discurso ofrecido el jueves por el mandatario estadounidense sobre Medio Oriente en el que consideraba urgente la realización de un acuerdo de paz entre el pueblo palestino y el israelí y que ese acuerdo debía basarse en el respeto de la demarcación fronteriza de la zona tal como estaba antes de la Guerra de los Seis Días, en 1967.

El apoyo al respeto de esos límites de parte de Obama tiene una fuerte relación con lo expresado desde siempre por el Cuarteto por la Paz de Medio Oriente, que involucra a representantes de Naciones Unidas, la Unión Europea, Rusia y Estados Unidos.

El Cuarteto, liderado por el ex primer ministro inglés Tony Blair, consideró las palabras de Obama como un paso adelante hacia la “fundación del tramo final del camino que israelíes y palestinos recorren en la búsqueda de una solución al conflicto que los separa”, por lo que “es urgente que ambas partes superen los recurrentes obstáculos que aparecen en ese sendero y retomen las negociaciones directas”.

Sin embargo, no todas fueron flores para las palabras de Obama. Las siempre presentes críticas del opositor Partido Republicano llegaron de la boca de Mitt Romney, uno de los candidatos mejor posicionados para competir por ese sector político en las presidenciales del año que viene, quien apuntó: “Obama tiró a Israel abajo de un colectivo”.

Sin embargo, las críticas más duras llegaron desde el país aliado a Estados Unidos en el Medio Oriente. Mientras Netanyahu atravesaba el océano Atlántico hacia Washington durante la madrugada de ayer, funcionarios de Tel Aviv aseguraban que la Casa Blanca estaba perdida. “Existe una sensación de que Washington no entiende la realidad, no comprende a lo que nos tenemos que enfrentar”, apuntó uno de los funcionarios que integró la comitiva con la que el primer ministro israelí llegó al norte del continente americano.

Tras el encuentro, fue el propio Netanyahu el que confirmó a los medios el amplio desacuerdo que separaba a los países respecto del conflicto con Palestina. Tajante, el primer ministro rechazó la propuesta de Obama sobre un futuro Estado palestino basado en las fronteras de 1967: “Aunque Israel está dispuesto a hacer generosos compromisos de paz, no está dispuesto a volver a las fronteras de 1967, porque esas líneas son indefendibles”, confirmó frente a las cámaras en el Salón Oval de la Casa Blanca.

Pero no sólo eso. Según fue revelado, Netanyahu llamó por teléfono a la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, momentos antes de que Obama expresara sus consideraciones en la mañana del jueves, furioso por los rumores que corrían sobre la posibilidad de que el mandatario incluyera en su discurso alguna referencia a las fronteras de preguerra.

La llamada no sirvió de mucho. Obama sostuvo su plan, que además de las referencias a la paz entre Israel y Palestina se refirió a la supuesta conveniencia de alinear el continente americano con lo que él calificó de “Primavera árabe”, y lo respetó.

Ahora, los líderes están unidos no sólo por una relación que cada vez empeora más, sino también por la manera en que cada uno analiza los cambios políticos en Medio Oriente. A partir de las palabras del presidente de Estados Unidos, la posibilidad de una negociación pacífica al problema israelo-palestino moderada por el país norteamericano estaba cada vez más lejos.

Quedan muy pocas dudas acerca de las actitudes que Estados Unidos tendrá para con Israel, de ahora en más. Por lo pronto, es más que seguro que consienta cada una de las demandas de Tel Aviv en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, debido al poder de veto con el que cuenta el país norteamericano. Washington será presionado, también, para aplicar el poder de sus diplomáticos sobre sus aliados europeos, incluida Gran Bretaña, para bloquear el reconocimiento de Palestina como un Estado.

Ahora bien, si Estados Unidos actuará en este sentido, y si sus aliados responderán tal como se prevé, es menos certero.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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