EL MUNDO › TRAS EL REVéS ELECTORAL, EL PREMIER ITALIANO QUIERE APURAR UNA REFORMA TRIBUTARIA
El primer ministro quiere tomar algunas medidas urgentes para acallar el descontento. Su ministro de Economía, Giulio Tremonti, podría ser el primer chivo expiatorio si no anuncia cuanto antes la reforma fiscal.
› Por Elena Llorente
Desde Roma
El gobierno de Silvio Berlusconi parece querer arremangarse finalmente la camisa y ver qué soluciones encuentra para contentar a los electores. Parece querer tomar algunas medidas urgentes como para acallar los ánimos insubordinados de sus seguidores. Pero no todos en la coalición gobernante están de acuerdo sobre qué hacer y cuándo. Y el ministro de Economía, Giulio Tremonti, dicen analistas políticos, podría ser el primer chivo expiatorio si no se apura a anunciar la reforma fiscal.
El descontento del electorado se manifestó demasiado claramente el lunes, al conocerse los resultados de las votaciones de los cuatro referéndum que derogaron artículos o leyes referidos a la privatización del agua (dos de ellos), a la energía eléctrica de origen nuclear y al legítimo impedimento, ley creada por el Parlamento hace un año para proteger a Berlusconi de los procesos que tiene en curso.
Al malestar de saber que el 55 por ciento de los electores fue a votar –el quórum bajó de casi 57 a 55 por ciento, al incluirse el voto de los italianos residentes en el exterior– y que el SI que derogaba las leyes consiguió no menos del 94 por ciento de los votos, se le agregó otro hecho no menos deprimente para Il Cavaliere: que el 44 por ciento de los electores de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), y el 40 por ciento de los electores de su principal aliado, la Liga del Norte, fueron a votar. Berlusconi dijo públicamente que no iría a votar, pero dio libertad de voto a su gente. El líder de la Liga del Norte, Umberto Bossi, en cambio, invitó todo el tiempo a no hacerlo.
El referéndum fue la segunda derrota electoral en un mes, después de las elecciones administrativas de mayo, en las que la centroderecha perdió, entre otras, Milán, corazón financiero y económico de Italia. Hacía 16 años que en Italia un referéndum no obtenía los resultados alcanzados esta vez. Siete intentos, entre 1997 y 2009, no consiguieron ser validados por falta del mínimo exigido de votantes, el 50 por ciento más uno.
Comentando los resultados referendarios, Berlusconi dijo: “Es el viento de los ‘indignados’ que corre por toda Europa, pero eso no cambia nada para el gobierno”.
Ahora, no sólo el gobierno y los grupos económicos simpatizantes se quedaron sin el negocio de las centrales nucleares y del agua corriente privatizada sino que Berlusconi mismo ha quedado sin protección y deberá presentarse como un común ciudadano en todos los juicios que tiene abiertos. Sus funciones de primer ministro no justificaran su ausencia como hasta ahora. Son cuatro los juicios más importantes que tiene en curso en este momento: Mills, Mediaset, Mediatrade y el Caso Ruby, donde está acusado de prostitución de menores y de abuso de poder, una de cuyas audiencias se llevó a cabo ayer sin la presencia del premier.
Se habla de fracturas en la coalición gobernante y algunos periódicos hasta han lanzado la idea de que se podría desatar una crisis de gobierno en los próximos meses. Se sabe que en la Liga del Norte han dicho que “están cansados de recibir bofetadas”, en alusión a las dos derrotas consecutivas. Sobre las bofetadas, el comentario del ministro del Interior, Roberto Maroni, no tiene desperdicio: “Mi abuela decía que las bofetadas hacen mal, pero a veces te hacen reflexionar, tomar conciencia y abrir los ojos”. Maroni es uno de los que más critica la política económica de Tremonti. Se sabe que el próximo domingo, en Pontida, la reunión anual de la Liga impondrá duras condiciones a Berlusconi.
La urgencia de un cambio de ruta aparece como evidente para la centroderecha en el gobierno. Berlusconi quiere un cambio económico a toda costa y por eso se habla de que le podría costar la cabeza al ministro de Economía, reticente a hacer la reforma fiscal rápidamente, en un momento en que Italia aún no ha salido completamente de la crisis económica. Los consejeros de Berlusconi lo invitan a la calma y dicen que sería importante hacer también otros cambios dentro del partido, actualmente dividido en demasiadas corrientes, o darle mayor poder a su protegido, el ex ministro de Justicia, Angelino Alfano, al que nombró secretario del PDL.
Otros dicen que tendría que nombrar los ministros que faltan y sustituir a los que no sirven y, sobre todo, realizar una nueva y mejor negociación con la Liga del Norte, que se quiere llevar algunos ministerios al norte de Italia. El problema pasa por cambiar, renovarse y marchar con nuevos programas a la verificación parlamentaria, solicitada por el presidente de la república, Giorgio Napolitano, para ver si la coalición sigue teniendo la mayoría, que se realizará el 21 y 22 de junio en ambas Cámaras.
Según el presidente de la Región de Lombardía (norte de Italia), Roberto Formigoni, hombre del PDL, “es necesario un cambio de ruta rápido basado en las reformas (N. de R.: del Estado). Si las reformas se hacen, Berlusconi no será puesto en discusión. Si no se hacen... no nos salvará ni Superman”.
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