Las autoridades de Barcelona cerraron el Parque de la Ciudadela para impedir que los “indignados” puedan manifestarse ante la sede legislativa. En ese predio se encuentra el Parlamento regional catalán, donde hoy se debatirá el presupuesto de 2011. Cientos de personas empezaron a reunirse durante la tarde de ayer frente a las puertas cerradas del parque, donde la policía había desalojado previamente a paseantes y turistas. Al cierre de esta edición, los indignados que todavía permanecían acampando en cercanías a la céntrica plaza barcelonesa, en el marco del movimiento denominado 15-M, convocaban a sus seguidores a acompañarlos en los jardines de ese parque, antes de movilizarse para intentar evitar la primera sesión del Parlament.

Los manifestantes pretenden acordonar el Parlamento regional para impedir que los diputados catalanes lleguen al pleno, donde se debatirá hasta mañana el proyecto de ley de presupuesto regional 2011. Los “indignados” quieren impedir, de ese modo, la aprobación de los presupuestos que prevén un recorte del gasto público del 10 por ciento, así como la reducción de prestaciones sociales y sanitarias. El Ayuntamiento de Barcelona había anunciado el lunes que cerraría el parque para evitar la acampada y que lo hacía a petición del Departamento de Interior de la Generalität.

Finalmente, el cierre se hizo efectivo a partir de las 17 de ayer hora local, impidiendo sin distinciones el acceso de la gente al parque e invitando a salir a los que estaban dentro. A las 18, el parque presentaba un panorama desolador. Ante la presencia de numerosos vehículos y efectivos policiales, algunos jóvenes protestaban en las puertas del recinto con bidones de agua y los elementos necesarios para pasar la noche en el parque, a la espera de que se les unieran otros “indignados”.

Las autoridades catalanas advirtieron que la intención de los jóvenes de acordonar la sede del Parlament y bloquear el acceso de los diputados constituye un acto delictivo con penas que van de los seis meses al año de prisión. El Parlament había sido cerrado y acordonado por los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana. La policía controlaba el perímetro del parque para evitar que los manifestantes pudieran retomar el control del espacio verde e impedir que queden bloqueados los accesos a la sede legislativa. Los grupos parlamentarios pidieron a los indignados que “respeten” el derecho de los diputados a realizar su trabajo “en una jornada tan trascendental” como la del debate presupuestario, si bien todos coincidieron en destacar que las protestas de este colectivo son “legítimas”.

“Que ellos se hayan encerrado dentro y nosotros estemos fuera resulta ridículo”, lamentaba una mujer de 30 años, que prefirió no dar su nombre, y que dormía en el parque cuando se le acercaron agentes de la Guardia Urbana para pedirle que abandonara el lugar por motivos de seguridad. El movimiento de indignados, nacido el 15 de mayo como portavoz de millones de españoles exasperados por las consecuencias de la crisis económica, llevó a cabo diversas movilizaciones en el último mes, especialmente, campamentos de protesta en varias ciudades españolas.