EL MUNDO › EL PREMIER GRIEGO RENOVó EL GABINETE DE CARA AL CRUCIAL VOTO DE MAñANA
Papandreu sustituyó al ministro de Economía y creó un nuevo Ministerio de Reformas Administrativas para reducir personal en el sector público y para achicar el déficit presupuestario. Intenta fortalecer el gobierno con figuras de peso del Partido Socialista.
El primer ministro de Grecia, Giorgos Papandreu, reestructuró ayer el gabinete con miras a la votación de mañana por su plan de ajuste. Al mismo tiempo en Alemania y Francia, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy confirmaron que aprobarán en forma conjunta un segundo plan de rescate para Grecia (ver pág. 12). El primer fusible en saltar tras la tercera huelga que paralizó al país helénico seguido de los graves disturbios registrados en plaza Syntagma, fue en el Ministerio de Economía.
Giorgos Papaconstantinou fue sustituido por el saliente ministro de Defensa, Evangelos Venizelos. “El país tiene que ser salvado y será salvado”, dijo Venizelos, número dos del partido del gobierno, el socialista Pasok. “El ministro de Economía completará negociaciones críticas e implementará un programa de cambios estructurales especialmente difícil y doloroso, que convertirá a nuestra economía en viable en los años venideros”, vaticinó Papandreu luego de anunciar el nombramiento. Venizelos, un profesor de derecho constitucional de 57 años, ya ocupó varias carteras ministeriales. Su antecesor, devenido ahora en ministro de Medio Ambiente y Energía, había concentrado la ira popular por la implantación de medidas de austeridad –aumento de impuestos y recortes de presupuestos, salarios y beneficios sociales– que le exigió el FMI para que Grecia recibiera en 2010 un paquete de rescate por 110.000 millones de euros. Papandreu hizo otros cambios destinados a implementar las reformas y políticas acordadas con el FMI, la Unión Europea (UE) y el Banco Central Europeo (BCE), para que se liberen otros 90.000 millones de euros destinados a cubrir pagos de la deuda que vencen en julio.
El premier creó un nuevo Ministerio de Reformas Administrativas cuyo objetivo es una de las claves del plan de ajuste: reducir personal en el sector público para achicar el déficit público. Papandreu también sacrificó ministros de su propio riñón con el objetivo de promover a otros pesos pesados del Pasok, con lo que espera ampliar la base de su gobierno. Dimitris Droutsas, un amigo de Papandreu, perdió la cartera de Relaciones Exteriores y lo mismo ocurrió con Tina Birbili, la ahora ex ministra de Medio Ambiente. Droutsas fue reemplazado por Stavros Lambrinidis, líder de los socialistas griegos en el Parlamento Europeo. Un vocero gubernamental dijo que el reestructurado gabinete será sometido a una moción de confianza el martes en el Parlamento, donde una serie de dimisiones en las filas oficiales dejó al gobierno con una mayoría legislativa de apenas dos bancas.
El recambio de gabinete y el aún eventual voto de confianza son las medidas adoptadas por el primer ministro para contener las multitudinarias protestas callejeras que desde hace meses sacuden al país. Estas vienen expresándose en distintos grados de potencia, la más fuerte vista en la última huelga general. En la céntrica plaza Syntagma de Atenas, comenzó a practicarse el ejercicio de la democracia directa y la horizontalidad. Todas las noches a las 9, la asamblea popular se forma para votar de todo, desde equipos de trabajo para limpiar la plaza hasta los puntos en común acerca de la deuda pública. Lo que más sobresale de las protestas de la plaza es la organización, que la asemeja a la experiencia de España. Entre las banderas que lo muestran al primer ministro como un payaso de circo, hay habilitado un buzón en donde la gente puede depositar sus propios slogans de protesta y un mapa de asambleas populares de los barrios de Atenas. Nadie cree que barriendo a los socialistas cambiará algo. Ni siquiera con los conservadores. Tampoco hay consenso en la idea de sacar a Grecia del euro, lo cual parece ser visto como un paso hacia atrás.
En vez de esto hay bronca y una disposición para participar activamente desde las bases. Muchos culpan de los incidentes del miércoles al accionar de la policía. “Todos tienen la culpa de lo que pasa en Grecia. Yo también. Nosotros fuimos los que pusimos a esos ladrones en el Parlamento griego”, afirma un matemático desempleado llamado Nikos Brantis. Este joven de 29 años forma parte de los cientos de indignados griegos que transformaron la histórica plaza Syntagma en un campamento de protesta. “Nunca estuve en una manifestación en mi vida, pero se puede ver a mucha gente que está tomando participación activa. Hemos llegado a un punto sin retorno con estos políticos, la gente se está despertando y quieren ser parte en la toma de decisiones”, dice Georgia Mavriogianni, una madre de 54 años que ha estado sin trabajo desde que su pequeño negocio quebró.
Un núcleo duro de 400 indignados han permanecido en la plaza desde el 25 de mayo y dicen que se quedarán hasta que esa suerte de espejo de lo que fue la plaza Tahrir Egipto tenga éxito. “Nos quedaremos hasta que tengamos el liderazgo necesario que nos saque de este desastre en el que estamos, y que la verdadera creatividad de Grecia sea liberada”, dice Brantis, quien admite que esto hace prever que no parece que el campamento vaya a levantarse tan rápidamente.
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