EL MUNDO › CHáVEZ VOLVIó A VENEZUELA Y MILES DE SIMPATIZANTES SALIERON A LA CALLE A FESTEJAR
Sin abandonar su habitual verborragia y evitando entrar en detalles, el mandatario hizo mención a su enfermedad y reconoció que los días que pasó en La Habana no habían sido nada fáciles. Adelantó que deberá someterse a estudios médicos.
› Por Adrián Pérez
Tras permanecer 25 días en Cuba, donde fue intervenido por un absceso pélvico, el presidente Hugo Chávez volvió a Venezuela. Ayer de madrugada aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Maiquetia para continuar con el tratamiento médico y participar en los festejos por el Bicentenario de Venezuela. Por la tarde, Chávez habló desde el “Balcón del pueblo” del Palacio Miraflores. “Se ha iniciado el retorno”, anunció Chávez, un poco más delgado, acompañado por sus dos hijas.
Sin abandonar su habitual verborragia y evitando entrar en detalles, el mandatario hizo mención a su enfermedad y reconoció que los días que pasó en La Habana no habían sido nada fáciles. Adelantó que deberá someterse a estudios médicos y a un tratamiento complementario dividido en dos fases que ya comenzó. Flameando banderas venezolanas, cubanas y con el rostro de Simón Bolívar, cientos de simpatizantes luciendo camisetas rojas siguieron atentamente sus palabras.
“Así como superamos con éxito la primera etapa, venceremos las etapas que vengan, las superaremos”, aseguró el presidente venezolano, vestido con uniforme militar y boina roja, mientras la multitud le gritaba “Pa’ lante”. “El amor es el mejor remedio para cualquier enfermedad, gracias por hacerme llegar ese baño de amor no sólo desde Venezuela sino desde muchas otras partes del mundo”, respondió Chávez, visiblemente emocionado por el recibimiento de su gente.
“¡Viva Venezuela, viva la unión de América latina, vivan los pueblos de América latina y el Caribe, viva Fidel, viva Cuba, viva Chávez!”, fue el saludo que partió desde el balcón presidencial en un abrazo que incluyó a niños y niñas, la clase obrera, los heroicos soldados, la juventud, los campesinos y los pueblos indígenas de Venezuela. Chávez arrancaba lágrimas y la primera ovación de la tarde.
En un discurso que duró aproximadamente unos cuarenta minutos, el mandatario venezolano afirmó que “el amor es el mejor remedio” para cualquier enfermedad y agradeció por “ese baño de amor” que recibió no sólo desde Venezuela, sino desde muchas otras partes del mundo. En la primera referencia a su estado de salud, Chávez afirmó que deberá someterse durante un tiempo a estudios médico-científicos. “Ustedes saben las razones, esta batalla también la ganaremos y la ganaremos juntos”, confió.
Luego mencionó un contacto telefónico que mantuvo días atrás con el presidente de Ecuador. “Rafael Correa me decía: ‘Comandante, ésta es otra batalla y estoy seguro de que como hijos de Bolívar, un hombre que superó muchas dificultades, también las sabremos afrontar y obtendremos la victoria’”.
Con ánimo encendido, Chávez recordó el terremoto que sacudió a su país en 1812 y aprovechó la anécdota para parafrasear a Bolívar. “Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca, esta batalla la ganaremos por la vida, por la patria y la revolución.”
En esa misma tónica, y sin perder el tono de su voz, se dirigió a la gente que colmó todos los espacios linderos al palacio construido por el italiano Giussepi Orsi de Mombello.
“Estoy seguro de que ustedes comprenden perfectamente las dificultades de esta batalla, que nadie vaya a creer que mi presencia aquí significa que ganamos la batalla –pidió el bolivariano–. Hemos comenzado a remontar la cuesta, hemos comenzado a vencer el mal que se incubó en mi cuerpo quién sabe por cuántas razones, pero tendremos que seguir un plan estrictamente médico-científico. Sé que ustedes serán los primeros en acompañarme para la victoria definitiva”, dijo.
Además de saludar al pueblo cubano, Chávez hizo alusión a sus padres, a Dios y la medicina. “Me pongo en manos de Dios y segundo en manos de la ciencia médica cubana y mundial, en manos de ustedes. Les doy gracias a los espíritus de la sabana, aquellos que invocó Florentino Coronado cuando enfrentaba al mismo demonio, le doy las gracias a la vida.”
Sin duda, la espina dorsal de su discurso se apoyó en la figura de Fidel Castro, a quien le reconoció haber sido el jefe médico de la legión de médicos que lo atendió durante su permanencia en La Habana.
Antes del comienzo de su discurso, las muestras de apoyo para recibir al presidente venezolano borraban los límites de la Avenida Urdaneta. La televisión estatal venezolana devolvía una imagen de multitudes inundando las veredas, interrumpiendo el tránsito en la principal arteria de la ciudad.
Los referentes del oficialismo no ocultaron su felicidad por el retorno. “Estamos muy contentos de que el presidente haya regresado y esté al frente del gobierno, pero sobre todo nos da alegría saber que está con nosotros y que va a recuperarse de su malestar”, señaló Luis Acuña, diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Desde su análisis, la posible participación de Chávez en los festejos por el Bicentenario y la Independencia de Venezuela sería bienvenida por todo el país. “Creo que la presencia del presidente es saludable hasta para la oposición venezolana, que es antichavista”, opinó. El diputado consideró que esa oposición no tiene proyecto de país. “Es una oposición al presidente pero nunca presentó ninguna alternativa”, remarcó en diálogo con Página/12.
Roy Daza, diputado del Parlamento latinoamericano (Parlatino), también celebró el regreso del presidente venezolano. “Chávez generó un movimiento espontáneo de alegría y solidaridad como pocas veces se ha vivido en Venezuela”, señaló Daza. “Su regreso echó por tierra una maniobra de la oposición que pretendía plantear que se había registrado una situación de ausencia temporal del presidente. Esto no es así porque contaba con el permiso de la Asamblea Nacional, renovable por 90 días más”, agregó. Daza dijo que Chávez lucía muy bien de ánimo en su arribo a Caracas. “Llegó echando cuentos y cantando una canción popular sobre una mujer de Maiquetia.”
El representante venezolano en el Parlatino auguró que la movilización de hoy en el Paseo de los Próceres, para celebrar el Bicentenario, será inolvidable: “Va a ser una de las demostraciones más grandes de fuerza que se conozcan”.
Por su parte, la oposición dio la bienvenida al presidente venezolano, pero pidió cambios en su política comunicacional. “Que reflexione y no continúe mintiendo a los ciudadanos”, dijo César Pérez Vivas, gobernador del estado de Táchira. El mandatario provincial dijo estar complacido por el retorno de Chávez. “Pero lo importante es que la nación sea gobernada con autonomía e independencia. Depender de un dictador como Fidel Castro en La Habana me parece que es un riesgo para nuestro país y por eso es importante que el presidente esté en el ejercicio de sus funciones o delegue esa responsabilidad en el vicepresidente según la Constitución”, aseguró.
En el cierre de su discurso, Chávez dijo estar comiendo “de manera voraz, como nunca en mi vida” y que había vuelto a ser un cadete porque se levantaba a las 5 para ver el sol y comenzar a trabajar. “Gracias, pueblo mío, gracias patria mía, amor con amor se paga. ¡Viva Venezuela, viva la patria bolivariana, viva la revolución socialista: hasta la victoria, siempre”, concluyó, abrazado a su familia y cobijado por el abrazo de su pueblo.
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