EL MUNDO
› IRAK ACELERA SU DESARME Y EE.UU. REDISEÑA EL MAPA DE LA GUERRA
Cada cual va atendiendo su juego
La Casa Blanca desestimó los nuevos anuncios de desarme del gobierno iraquí. Mientras crece el contingente militar hacia el Golfo, el Pentágono busca la alternativa para abrir un frente norte contra Bagdad luego de la negativa turca a ceder su territorio.
Irak dobló la apuesta con su carta del desarme repentino mientras Estados Unidos prepara un cambio de mazo. Bajo supervisión de los inspectores de armas de la ONU, el gobierno iraquí destruyó otros seis misiles prohibidos Al Samud 2 y, luego del hallazgo de un considerable arsenal químico y bacteriológico, anunció que presentará en una semana un informe completo sobre la cantidad de armas de este tipo. Del otro lado, Kuwait ofreció a Estados Unidos su territorio para ubicar allí a los 62.000 soldados que iban a pasar por Turquía hacia el norte de Irak, luego de la negativa del Parlamento turco, el sábado, al paso de las tropas norteamericanas por su territorio para abrir un frente norte hacia Bagdad. Mientras el Pentágono estudia cómo se rediseña la estrategia sin Turquía, las tropas siguen marchando: ayer zarpó de Estados Unidos el portaaviones “USS Nimitz”, buques de guerra atravesaron el canal de Suez en dirección al Golfo Pérsico y Gran Bretaña anunció su intención de elevar sus efectivos a 45.000 en la región. Aviones norteamericanos y británicos realizaron ataques contra objetivos militares iraquíes en el sur del país, dejando seis muertos y 15 heridos, según fuentes de Bagdad.
El Pentágono estaría barajando dos opciones luego de la inesperada negativa turca para mantener el plan de un frente norte contra Saddam Hussein: desplazar parte de las tropas estacionadas en Kuwait hacia allí, algo muy costoso, o instalarse en el norte iraquí bajo control internacional y con colaboración de las guerrillas kurdas que operan en la región, transportando las tropas desde Europa del Este e incluso desde las bases norteamericanas en Turquía. Las dos opciones requieren tiempo. En el primer caso, porque las tropas transportadas (hay más de 100.000 sólo en Kuwait, a las que se sumarían los 62.000 soldados que originalmente irían por Turquía) deberán recorrer muchos kilómetros. En el segundo, porque las pistas de aterrizaje en el norte de Irak todavía están siendo acondicionadas y no están listas para recibir ya a un contingente que estaba previsto que arribara a Turquía y de allí, gradualmente, se desplazaría al norte de Irak.
El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, admitió que su gobierno recibió “con sorpresa” la negativa del Parlamento turco, cuando el propio gobierno turco había acordado con la administración Bush la entrada de las tropas a cambio de una compensación económica de 30.000 millones de dólares, 6000 de los cuales iba a ser desembolsados próximamente. A pesar de contar con mayoría en el Parlamento, el gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP) no pudo hacer que sus diputados dieran la mayoría necesaria para aprobar el acuerdo. “Respecto a este paquete económico, la mayoría estaba destinado a ayudar a Turquía a cubrir los costos de un involucramiento militar, por lo tanto, tengo que decir que la mayor parte del mismo no se entregará si no participa del esfuerzo bélico”, declaró ayer el vocero del Departamento de Estado, Richard Boucher.
Francia, Alemania y Rusia se felicitaron por los avances en el desarme iraquí. Desde Argelia, donde realiza la primera visita oficial de un presidente francés desde la guerra de independencia argelina en 1962, Jacques Chirac dijo, casi irónicamente, que estos avances se deben a la presión norteamericana. En la Casa Blanca, el desarme no hace más que confirmar que Saddam Hussein no quiere desarmarse. “El dijo que nunca tuvo esas armas, ¿y ahora destruye? Si miente al decir que no las tuvo, ¿cómo creerle que las está destruyendo? ¿Cómo sabemos si no tiene otras armas escondidas?”, se preguntó Ari Fleischer.
En la ONU, el compás de espera se extenderá hasta el viernes, día en que el jefe de inspectores, Hans Blix, presentará un nuevo informe incorporando todos estos avances. El embajador norteamericano en la ONU, John Negroponte, dijo que presentará luego de este informe una propuesta de “votación rápida” sobre el proyecto de segunda resolución que impulsa su país y que tiene pocas probabilidades de tener éxito, según las afirmaciones de los países con poder de veto y los otros miembros no permanentes del Consejo de Seguridad. En este sentido, ningún funcionariode la administración Bush quiso comentar la denuncia del diario británico The Observer, según el cual el gobierno de Estados Unidos está espiando a los países del Consejo para estudiar cómo votarán. Uno de los pocos países que no anunció como lo hará es Guinea-Conakry (ver nota aparte), que ayer asumió la presidencia temporaria del organismo.
Ya en el terreno de la opinión pública, el jefe de gobierno español, José María Aznar, siguió el libreto ya desarrollado por Estados Unidos y Gran Bretaña respecto de comparar la situación actual con la de comienzos de la Segunda Guerra Mundial, al advertir a la ONU que no haga “un pacto de Munich” como el que le permitió a Hitler continuar su avance en Europa. Por otra parte, celebridades y activistas de todo el mundo se unieron ayer en una serie de lecturas públicas de la comedia antibélica griega Lisístrata, de Aristófanes, en una muestra de oposición al posible ataque de Estados Unidos a Irak. Los organizadores señalaron que se agendaron 900 lecturas en 56 países y en los 50 estados norteamericanos.
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